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Los peligros del falso mobbing


  Desde que se condenara el primer caso de mobbing en el trabajo, las denuncias en España prácticamente se han multiplicado. El problema es que ciertas situaciones pueden esconder intereses ocultos, y algunos expertos ya empiezan a hablar de los serios peligros que puede ocasionar a una empresa los falsos casos de mobbing. 

El 25 de septiembre de 2001 empezó el verdadero boom de los casos de mobbing en nuestro país, un fenómeno que los emprendedores deben conocer dada la enorme actualidad que tiene en en el entorno económico español.

En esta fecha fue cuando un tribunal dictó la primera condena por mobbing en España, exactamente, por acoso laboral. Tras este primer fallo, se dieron, en tan sólo un ejercicio, otros mil casos más en el país. Pero este despegue no había hecho más que comenzar, y siguió expandiéndose en 2003, logrando un crecimiento del 200%.

En teoría, todos los denunciantes presentados padecían acoso moral, exactamente, un maltrato psicológico grave y premeditado por parte de sus jefes o sus compañeros, o a así por lo menos lo estipulaba la Unión Europea. No obstante, desde el propio Parlamento Europeo, además de sindicatos, jueces y abogados, se empezó a plantear la necesidad de detectar ciertos casos falsos que escondían intereses ocultos.
De esta forma, cuando se produjo el verdadero aluvión de denuncias por mobbing, el Parlamento advirtió que las falsas acusaciones de acoso moral podían convertirse en un temible instrumento de acoso moral, una afirmación producida tras evidenciar el gran número de casos sin base objetiva llegados a los tribunales europeos.

En nuestro país, este papel ha sido adoptado por los propios jueces, ya que ellos han sido los que se han topado con incontables denuncias falsas que perseguían otros objetivos bien diferentes a la superación de un acoso laboral. Así, una sentencia del juzgado de lo social número 25 de Madrid aseguraba que en España se han introducido este tipo de demandas como una auténtica novedad judicial, siendo frecuentes las que vienen sucediéndose en estos últimos tiempos, por lo cual se ha de estar atento a situaciones abusivas.

La realidad es que más de la mitad de las demandas por mobbing que llegan a los juzgados españoles son directamente desestimadas, un porcentaje realmente alarmante. El verdadero peligro nace cuando un trabajador es capaz de inventar una falso caso para evitar, por ejemplo, un posible despido.

El hecho es que los expertos aseguran que ciertos empleados tienen en el mobbing una herramienta contundente para atentar contra la empresa. Así, cuando un trabajador considera que existen ciertas posibilidades de empeorar en su puesto laboral, desde un despido hasta un cambio de competencias, emplea una falsa denuncia para escudarse y protegerse ante posibles cambios que considera desagradables.

El principal peligro de este tipo de denuncias es la existencia de una garantía procesal que impide despedir o sancionar a los empleados que se encuentran inmersos en un proceso contra su organización. Por este mismo motivo no parece extraño la proliferación del número de demandas por despido improcedente que aseguran en sus alegaciones alusiones a un supuesto acoso moral.

Siendo conscientes de la existencia y crecimiento de estos fraudes, el emprendedor debe adoptar medidas para combatir este lastre.

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