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                                    La gran  competitividad e inseguridad laboral así como las exigencias del medio, los  cambios trascendentales en los enfoques de la vida y las costumbres,  condicionan un ritmo vertiginoso, que genera angustia, agotamiento emocional,  trastornos en los ritmos de alimentación, actividad física y descanso, con  dolencias físicas, psíquicas y factores de riesgo en la salud de los individuos  del nuevo milenio. 
                                                                          El Síndrome de  Burnout, también conocido como síndrome de aniquilamiento, síndrome de estar  quemado, síndrome de desmoralización o síndrome de agotamiento emocional o  profesional es considerado por la Organización Mundial  de la Salud  como una enfermedad laboral que provoca detrimento en la salud física y mental  de los individuos. 
                                                                          Herbert  Freudenberger en 1974 introdujo el concepto de Burnout describiéndolo como una  “sensación de fracaso y una existencia agotada o gastada que resultaba de una  sobrecarga por exigencias de energías, recursos personales o fuerza espiritual  del trabajador”. 
                                                                          Pines y Kafry en  1978, por su parte definieron el burnout como una “experiencia general de  agotamiento físico, emocional y actitudinal.” 
                                                                          Edelwich y Brodsky  en 1980 lo definen como “una pérdida progresiva del idealismo, energía, y  motivos vividos por la gente en las profesiones de ayuda, como resultado de las  condiciones de trabajo”. 
                                                                          En 1981, Maslach y  Jackson definieron el concepto desde una perspectiva tridimensional  caracterizada por: 
                                    • Agotamiento  emocional. Se define como cansancio y fatiga física, psíquica o como una  combinación de ambos. Es la sensación de no poder dar más de sí mismo a los  demás. 
                                    • Despersonalización.  Es la segunda dimensión y se entiende como el desarrollo de sentimientos,  actitudes, y respuestas negativas, distantes y frías hacia otras personas,  especialmente hacia los clientes, pacientes, usuarios, etc. Se acompaña de un  incremento en la irritabilidad y una pérdida de motivación. El sujeto trata de  distanciarse no sólo de las personas destinatarias de su trabajo sino también  de los miembros del equipo con los que trabaja, mostrándose cínico, irritable,  irónico e incluso utilizando a veces etiquetas despectivas para referirse a los  usuarios, clientes o pacientes tratando de hacerles culpables de sus  frustraciones y descenso del rendimiento laboral. 
                                    • Sentimiento de  bajo logro o realización profesional y/o personal. Surge cuando se verifica que  las demandas que se le hacen exceden su capacidad para atenderlas de forma  competente. Supone respuestas negativas hacia uno mismo y hacia su trabajo,  evitación de las relaciones personales y profesionales, bajo rendimiento  laboral, incapacidad para soportar la presión y una baja autoestima. La falta  de logro personal en el trabajo se caracteriza por una dolorosa desilusión y  fracaso al darle sentido a la actividad laboral. Se experimentan sentimientos  de fracaso personal (falta de competencia, de esfuerzo o conocimientos),  carencias de expectativas y horizontes en el trabajo y una insatisfacción  generalizada. Como consecuencia se da la impuntualidad, la evitación del  trabajo, el ausentismo y el abandono de la profesión, son síntomas habituales y  típicos de esta patología laboral. 
                                                                          Pines, Aronson y  Kafry sugieren que este síndrome se debe a “un agotamiento físico, emocional y  mental causado por que la persona se encuentra implicada durante largos  periodos de tiempo a situaciones que le afectan emocionalmente”. 
                                                                          Aunque no existe  una definición unánimemente aceptada sobre burnout, parece haber consenso en  que se trata de una respuesta al estrés laboral crónico, una experiencia  subjetiva que engloba sentimientos y actitudes con implicaciones nocivas para  la persona y la organización y generalmente se produce principalmente en el  marco laboral de las profesiones que se centran en la prestación de servicios y  atención al público: Médicos, enfermeras, profesores, psicólogos, trabajadores  sociales, vendedores, personal de atención al público, policías, cuidadores,  etc. Recientemente se ha hablado de “estudiantes quemados”, principalmente en  los universitarios que están en los últimos años de carrera. 
                                                                          La lista de  síntomas psicológicos que puede originar este síndrome es extensa, pudiendo ser  leves, moderados, graves o extremos. 
                                                                          Uno de los primero  síntomas de carácter leve pero que sirven como señal de alarma es la dificultad  para levantarse por la mañana o el cansancio patológico, en un nivel moderado  se presenta distanciamiento, irritabilidad, cinismo, fatiga, aburrimiento,  progresiva perdida del idealismo que convierten al individuo en emocionalmente  exhausto con sentimientos de frustración, incompetencia, culpa y autovaloración  negativa. Los graves se expresan en el abuso de psicofármacos, ausentismo,  abuso de alcohol y drogas, entre otros síntomas. 
                                                                          Aquellas  consecuencias del estrés laboral asociadas al síndrome del burnout con  evidencia empírica de acuerdo a la literatura, son: 
                                                                          Síntomas  Psicosomáticos 
                                      Síntomas  emocionales 
                                    Síntomas  conductuales 
                                    • Fatiga crónica 
  • Dolores de cabeza 
  • Dolores  musculares (cuello, espalda) 
  • Insomnio 
  • Pérdida de peso 
  • Ulceras y desórdenes  gastrointestinales 
  • Dolores en el  pecho 
  • Palpitaciones. 
  • Hipertensión. 
  • Crisis asmática. 
  • Resfriados  frecuentes. 
  • Aparición de  alergias. 
  • Irritabilidad 
  • Ansiedad  generalizada y focalizada en el trabajo 
  • Depresión 
  • Frustración 
  • Aburrimiento 
  • Distanciamiento  afectivo 
  • Impaciencia 
  • Desorientación 
  • Sentimientos de  soledad y vacío 
  • Impotencia. 
  • Sentimientos de  omnipresencia. 
  • Cinismo. 
  • No hablan. 
  • Apatía. 
  • Hostilidad. 
  • Suspicacia. 
  • Sarcasmo 
  • Pesimismo 
  • Ausentismo  laboral 
  • Abuso en el café,  tabaco. alcohol, fármacos, etc. 
  • Relaciones  interpersonales distantes y frías 
  • Tono de voz  elevado (gritos frecuentes) 
  • Llanto  inespecífico 
  • Dificultad de  concentración 
  • Disminución del  contacto con el público / clientes / pacientes 
  • Incremento de los  conflictos con compañeros 
  • Disminución de la  calidad del servicio prestado 
  • Agresividad. 
  • Cambios bruscos  de humor. 
  • Irritabilidad. 
  • Aislamiento. 
  • Enfado frecuente. 
                                                                          Es la repetición de  los factores estresantes lo que conforma el cuadro de crónico, que genera baja  de la autoestima, un estado de frustración agobiante con melancolía y tristeza,  sentimientos de impotencia, pérdida, fracaso, estados de neurosis, en algunos  caso psicosis con angustia y/o depresión e impresión de que la vida no vale la  pena, llegando en los casos extremos a ideas francas de suicidio. 
                                                                          El Síndrome del  Burnout es un proceso, más que un estado y se han podido establecer 4 estadios  de evolución de la enfermedad aunque éstos no siempre están bien definidos: 
                                      Forma leve: los  afectados presentan síntomas físicos, vagos e inespecíficos (cefaleas, dolores  de espaldas, lumbalgias), el afectado se vuelve poco operativo. 
                                                                          Forma moderada:  aparece insomnio, déficit atencional y en la concentración, tendencia a la  auto-medicación. 
                                      Forma grave: mayor  en ausentismo, aversión por la tarea, cinismo. Abuso de alcohol y  psicofármacos. 
                                                                          Forma extrema:  aislamiento, crisis existencial, depresión crónica y riesgo de suicidio. 
                                      El diagnóstico se  establece a través de la presencia de la tríada sintomatología constituida por  el cansancio emocional, la despersonalización y la falta de realización  personal, elementos que pueden se evalúan a través del MBI (Maslach Burnout  Inventory). 
                                                                          El diagnóstico  diferencial debe realizarse con el síndrome depresivo, el síndrome de fatiga  crónica y los sucesos de crisis. 
                                    Factores que  influyen en el desarrollo del burnout. 
                                                                          Los factores que  más se han estudiado como variables que intervienen en el desarrollo del  síndrome de Burnout son: 
                                                                          Características del  puesto y el ambiente de trabajo: La empresa es la que debe organizar el trabajo  y controlar el desarrollo del mismo. Corresponde a ella la formación del  empleado, delimitar y dejar bien claro el organigrama para que no surjan  conflictos, especificar horarios, turnos de vacaciones, etc. Debe funcionar  como sostén de los empleados y no como elemento de pura presión. La mayor causa  de estrés es un ambiente de trabajo tenso. Ocurre cuando el modelo laboral es  muy autoritario y no hay oportunidad de intervenir en las decisiones. La  atmósfera se tensa y comienza la hostilidad entre el grupo de trabajadores.  Según los expertos, el sentimiento de equipo es indispensable para evitar el  síndrome. 
                                    • Los turnos  laborales y el horario de trabajo, para algunos autores, el trabajo por turnos  y el nocturno facilita la presencia del síndrome. Las influencias son  biológicas y emocionales debido a las alteraciones de los ritmos cardiacos, del  ciclo sueño-vigilia, de los patrones de temperatura corporal y del ritmo de  excreción de adrenalina. 
                                    • La seguridad y  estabilidad en el puesto, en épocas de crisis de empleo, afecta a un porcentaje  importante de personas, en especial a los grupos de alto riesgo de desempleo  (jóvenes, mujeres, los personas de más de 45 años). 
                                    • La antigüedad  profesional, aunque no existe un acuerdo claro de la influencia de esta  variable, algunos autores han encontrado una relación positiva con el síndrome  manifestada en dos períodos, correspondientes a los dos primeros años de  carrera profesional y los mayores de 10 años de experiencia, como los momentos  en los que se produce un mayor nivel de asociación con el síndrome. 
                                    • El progreso  excesivo o el escaso, así como los cambios imprevistos y no deseados son fuente  de estar quemado y en tensión. El grado en que un cambio resulta estresante  depende de su magnitud, del momento en que se presenta y del nivel de  incongruencia con respecto a las expectativas personales. 
                                    • La incorporación  de nuevas tecnologías en las organizaciones, suelen producir transformaciones  en las tareas y puestos de trabajo, que incluyen cambios en los sistemas de  trabajo, en la supervisión y en las estructuras y formas organizativas. Las  demandas que plantean las nuevas tecnologías sobre los trabajadores, generan  escenarios con multiplicidad de factores y estresores, entre los cuales se  puede mencionar: la necesidad de capacitación, miedo a ser desincorporado,  incremento de control y monitorización del desempeño, aspectos relacionados con  la seguridad, reducción de la interacción psicosocial directa, posibilidades de  aislamiento en el puesto de trabajo, así como los cambios de roles en el  sistema organizacional. 
                                    • La estructura y  el clima organizacional, cuanto más centralizada sea la organización en la toma  de decisiones, cuanto más compleja (muchos niveles jerárquicos), cuanto mayor  es el nivel jerárquico de un trabajador, cuanto mayores sean los requerimientos  de formalización de operaciones y procedimientos, mayor será la posibilidad de  que se presente el síndrome de Burnout. 
                                    • Oportunidad para  el control, una característica que puede producir equilibrio psicológico o  degenerar en Burnout, es el grado en que un ambiente laboral permite al  individuo controlar las actividades a realizar y los acontecimientos. 
                                    • Retroalimentación  de la propia tarea, la información retroalimentada sobre las propias acciones y  sus resultados es, dentro de ciertos límites, un aspecto valorado por las  personas en el marco laboral. La retroalimentación o feedback de la tarea, ha  sido definido como el grado en que la realización de las actividades requeridas  por el puesto proporciona a la persona información clara y directa sobre la  eficacia de su desempeño. La investigación realizada al respecto muestra por lo  general que los trabajadores que ocupan puestos con esta característica  presentan mayores niveles de satisfacción y de motivación intrínseca, y niveles  más bajos de agotamiento emocional que aquellos que ocupan puestos en donde  esta retroalimentación falta o es insuficiente. 
                                    • Las relaciones  interpersonales, son de forma habitual valoradas en términos positivos.  Diversos teóricos de la motivación han señalado que la afiliación es uno de los  motivos básicos de la persona. Los ambientes de trabajo que promueven el  contacto con la gente serán, por lo general, más beneficiosos que aquellos que  lo impiden o lo dificultan. De hecho, las oportunidades de relación con otros  en el trabajo es una variable que aparece relacionada con la satisfacción. Esto  no significa que las relaciones interpersonales en el trabajo siempre resulten  positivas, con cierta frecuencia se traducen en uno de los desencadenantes más  severos e importantes, sobretodo cuando son relaciones basadas en desconfianza,  sin apoyo, poco cooperativas y destructivas lo que produce elevados niveles de  tensión entre los miembros de un grupo u organización. 
                                    • También el  salario ha sido invocado como otro factor que afectaría al desarrollo de  Burnout en los trabajadores, aunque no queda claro en la literatura. 
                                    • La estrategia  empresarial puede causar el burnout: empresas con una estrategia de  minimización de costos en las que se reduce personal ampliando las funciones y  responsabilidades de los trabajadores; aquéllas que no gastan en capacitación y  desarrollo de personal, aquéllas en las que no se hacen inversiones en equipo y  material de trabajo para que el personal desarrolle adecuadamente sus  funciones, limitan los descansos, etc. 
                                                                          Factores  personales: 
                                    • El deseo de  destacar y obtener resultados brillantes 
  • Un alto grado de  autoexigencia 
  • Baja tolerancia  al fracaso 
  • Perfeccionismo  extremo 
  • Necesitan  controlarlo todo en todo momento, 
  • Sentimiento de  indispensabilidad laboral 
  • Son muy  ambiciosos. 
  • Dificultad para  conocer y expresar sus emociones. 
  • Impacientes y  competitivos por lo que les es difícil trabajar en grupo. 
  • Gran implicación  en el trabajo 
  • Pocos intereses y  relaciones personales al margen del trabajo. 
  • Idealismo 
  • Sensibilidad 
                                      Todo esto se  acentúa si: 
  • No tiene una  preparación adecuada para enfrentar las expectativas organizacionales en  relación al trabajo. 
  • Si tiene  dificultades para pedir ayuda a los compañeros o trabajar en equipo. 
  • Cuando no  comparte las ideas, metas o valores del grupo de trabajo o la empresa. 
  • Experimenta  sentimientos de miedo o culpa cuando no ha cumplido algo que debería haber hecho. 
  • No es capaz de  compartir sus preocupaciones o miedos sobre su vida laboral con su pareja,  familia o amigos. 
  • No descansa lo  suficiente cuando está cansado. 
  • No encuentra otro  empleo cuando desea cambiarlo 
  • Tiene problemas  familiares, económicos, etc. 
                                                                          Algunas de las  variables sociodemográficas estudiadas son: 
                                    • La edad aunque  parece no influir en la aparición del síndrome se considera que puede existir  un periodo de sensibilización debido a que habría unos años en los que el  profesional sería especialmente vulnerable a éste, siendo estos los primeros  años de carrera profesional dado que sería el periodo en el que se produce la  transición de las expectativas idealistas hacia la practica cotidiana,  apreciándose en este tiempo que tanto las recompensas personales, profesionales  y económicas, no son ni las prometidas ni esperada, por lo tanto cuanto más  joven es el trabajador mayor incidencia de burnout hallaremos. 
                                    • El sexo el  burnout tiende a ser más frecuente en la mujer, relacionándose con la doble  carga laboral (tarea profesional y familiar) y el tipo de enlace afectivo que  puede desarrollarse en el ambiente laboral y familiar. 
                                    • El estado civil,  aunque se ha asociado el Síndrome más con las personas que no tienen pareja  estable, tampoco hay un acuerdo unánime. Parece que las personas solteras  tienen mayor cansancio emocional, menor realización personal y mayor  despersonalización, que aquellas otras que o bien están casadas o conviven con  parejas estables En este mismo orden la existencia o no de hijos hace que estas  personas puedan ser más resistentes al síndrome, debido a la tendencia  generalmente encontrada en los padres, a ser personas más maduras y estables, y  la implicación con la familia y los hijos hace que tengan mayor capacidad para  afrontar problemas personales y conflictos emocionales; y ser mas realistas con  la ayuda del apoyo familiar. 
                                    Prevención 
                                                                          A este síndrome se  le puede hacer frente más fácilmente en la fase inicial que cuando ya está  establecido. En las primeras fases es posible que los compañeros se den cuenta  antes que el propio sujeto, por lo que amigos, compañeros o superiores suelen  ser el mejor sistema de alarma precoz para detectar el Burnout y por lo tanto  todos los profesionales del equipo tienen que darse cuenta que son ellos mismos  los que representan la mejor prevención de sus compañeros. 
                                                                          Como método  preventivo, existen diferentes técnicas: 
                                    • Brindar  información sobre el síndrome del Burnout, sus síntomas y consecuencias  principales para que sea más fácil detectarlo a tiempo. 
                                    • Vigilar las  condiciones del ambiente laboral fomentando el trabajo en equipo. 
                                    • Diseñar e  implementar talleres de liderazgo, habilidades sociales, desarrollo gerencial,  etc. para la alta dirección. 
                                    • Implementar  cursos de inducción y ajuste al puesto y a la organización para el personal de  nuevo ingreso. 
                                    • Anticiparse a los  cambios brindando talleres que contribuyan a desarrollar habilidades,  conocimientos y estrategias para enfrentarse a éstos. 
                                    Intervención 
                                                                          El síndrome de  burnout afecta muchas áreas de la vida, por lo que es importante que las  intervenciones consideren tres niveles: 
                                    • A nivel  individual: considerar los procesos cognitivos de auto evaluación de los  empleados, y el desarrollo de estrategias cognitivo- conductuales que les  permitan eliminar o mitigar la fuente de estrés, evitar la experiencia de  estrés, o neutralizar las secuencias negativas de esa experiencia para  adaptarse a las circunstancias. 
                                    • A nivel grupal:  potenciar la formación de las habilidades sociales y de apoyo social de los  equipos de trabajo. 
                                    • A nivel  organizacional: eliminar o disminuir los estresores del entorno organizacional  que dan lugar al desarrollo del síndrome. 
                                                                          Estrategias de  Intervención Individual buscan fomentar la adquisición de algunas técnicas que  aumenten la capacidad de adaptación del individuo a las fuentes de estrés  laboral. 
                                    Se clasifican en: 
                                    • Técnicas  fisiológicas 
  • Técnicas  conductuales 
  • Técnicas  cognitivas. 
                                                                          Las Técnicas  Fisiológicas: están orientadas a reducir la activación fisiológica y el malestar  emocional y físico provocado por las fuentes de estrés laboral. Dentro de éstas  se encuentran la relajación física, el control de la respiración y el  biofeedback, entre otras. 
                                                                          Las Técnicas  Conductuales: buscan que el sujeto domine un conjunto de habilidades y  comportamientos para el afrontamiento de problemas laborales. Entre ellas se  encuentran el entrenamiento asertivo, el entrenamiento en habilidades sociales,  las técnicas de solución de problemas y las de autocontrol. 
                                                                          Las Técnicas  Cognitivas: tienen como objetivo mejorar la percepción, la interpretación y la  evaluación de los problemas laborales y de los recursos personales que realiza  el individuo. Entre ellas encontramos la reestructuración cognitiva, el control  de pensamientos irracionales y la Terapia Racional Emotiva. 
                                                                          Estrategias de  Intervención grupal tienen como objetivo romper el aislamiento, mejorando los  procesos de socialización. Para ello es importante promover políticas de  trabajo cooperativo, integración de equipos multidisciplinarios y reuniones de  grupo. Se ha constatado que el apoyo social amortigua los efectos perniciosos  de las fuentes de estrés laboral, e incrementa la capacidad del individuo para  afrontarlas. 
                                                                          Estrategias de  Intervención organizacional se centran en tratar de reducir las situaciones  generadoras de estrés laboral. Modificando el ambiente físico, la estructura  organizacional, las funciones de los puestos, las políticas de administración  de recursos humanos, etc., con el propósito de crear estructuras más  horizontales, descentralización en la toma de decisiones, brindar mayor  independencia y autonomía, promociones internas justas que busquen el  desarrollo de carrera de los empleados, flexibilidad horaria, sueldos  competitivos, etc. 
                                    Presentación  realizada en el Tercer Congreso de Escuelas de Psicología de las Universidades  Red Anáhuac. Mérida, Yucatán 26 y 27 de abril, 2007                                    |