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El Retorno de la Alegría

“En medio de la guerra nuestras únicas armas son el respeto, la unión, la fe en nuestros jóvenes, el amor por los niños y no perder nunca las esperanzas”

1. Origen

Retorno a la alegría es un programa del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) cuyo objetivo es la recuperación psicoafectiva de niños y niñas víctimas del conflicto armado. Este programa que se desarrolla a nivel internacional, llegó a Colombia aproximadamente en el año 1996.

Esta iniciativa se extendió a los municipios del oriente antioqueño, San Luís y San Francisco en el año 2002, gracias a la psicóloga Hirma Sánchez la cual ya había trabajado con este programa en Urabá y el Bajo Atrato.

Hirma identificó que los niños de estos municipios presentaban como principal problemática una marcada agresividad, generada por la situación de violencia armada que vive el país, sumado a la fuerte situación de violencia intrafamiliar que vivían en sus hogares. Además a esto, al observar que el juego repetido de los niños era a la guerra y que las balaceras vivenciadas por los pequeños dejaban secuelas graves, decidió introducir este programa en dichos municipios. Esta experiencia es impulsada por la UNICEF en convenio con la Diócesis de Sonsón Rionegro y parroquias municipales.

La experiencia iniciada en los municipios mencionados, dio pie a que se realizara también en la subregión de páramos, municipios pertenecientes del mismo modo al oriente antioqueño. Ellos son: Sonsón, Abejorral, Nariño y Argelia. En este último la experiencia se fortaleció en el mes de abril de 2004, debido a la situación que vivían los niños de este municipio. Además de las problemáticas nombradas para San Luís y San Francisco, que también se identificaron aquí, se suma la presencia de minas que hace más vulnerable la condición de los menores. También porque se descubre que los niños son los más afectados por el conflicto armado, bajan su nivel académico, abandonan el estudio, se aíslan y se vuelven violentos.

La experiencia en los municipios de San Luís y San Francisco continuó hasta mayo de 2005, quedando a la espera de aprobación de nuevos recursos para seguir ejecutándose. En el caso de los municipios del páramo, especialmente Argelia, la práctica se realizó hasta febrero de este año, guardando la esperanza de que haya una nueva intervención.

2. Objetivos y acciones

Los niños y niñas que están en medio de la guerra están quedando huérfanos, están siendo desplazados y tienen gran cantidad de impactos emocionales. Por esto Retorno de la Alegría es un programa de recuperación psicoafectiva para los niños y niñas entre los seis y los doce años, que busca realizar un acompañamiento a los menores víctimas de la violencia, con el fin de retornar y devolver la alegría a los corazones de los pequeños.

Para que los niños vuelvan a ser felices, el programa privilegia el trabajo realizado por los terapeutas lúdicos, que son jóvenes de los mismos municipios donde se realiza la experiencia. Estos jóvenes, también víctimas de la violencia, son capacitados por profesionales de las áreas de ciencias sociales, para que puedan realizar de una manera exitosa el trabajo con los niños.

La experiencia consiste en una terapia lúdica, en la que mediante el juego, muestran a los niños alternativas diferentes para que promuevan su proyecto de vida, alejados de las armas, la deserción escolar y la violencia intrafamiliar.
Para Retorno de la Alegría, los terapeutas lúdicos son un componente muy importante, pues ellos son quienes directamente ayudan en la recuperación afectiva de los niños y niñas, ya que mediante el juego que les proporcionan, pueden detectar los problemas emocionales de los menores y así tratar de realizar un trabajo más intencionado, teniendo en cuenta la situación de cada menor.

De igual forma, trabajan con los padres de familia de los niños y niñas, como con sus profesores, para que el impacto del programa sea más completo y cobije las personas que están involucradas en el desarrollo integral de los niños y niñas.
La experiencia se propone, además:

  • Recomponer el tejido social que la guerra ha desestructurado.
  • Velar por la reivindicación de los derechos de los niños.

Para la realización del programa en los diferentes municipios, se efectuaron acuerdos con las autoridades locales, y en el oriente antioqueño especialmente, se realizaron convenios con la Diócesis de Sonsón Rionegro junto con UNICEF. Para su seguimiento los trabajos se hacían a través de las parroquias municipales, las administraciones municipales y las instituciones educativas, para que conocieran el proyecto.
Las actividades que se realizaban tenían una secuencia de formación y de intervención para los niños, para los padres de familia y para los profesores de las instituciones.

Lo que primero se hacía era una presentación del proyecto con las instituciones para luego dar comienzo a la convocatoria de los terapeutas lúdicos, lo que permitía conformar el grupo que trabajaría con los niños y las niñas. Los jóvenes asistían a un seminario de capacitación de tres días donde conocían el objetivo del proyecto, la metodología, y donde recibían también apoyo psicosocial y emocional, porque eran quienes iban a ser luego ayudadores para los traumas de los niños.

Una vez conformados los grupos, a los terapeutas se les hacía entrega del manual del voluntario, que es una herramienta que utilizan todos los terapeutas lúdicos para guiar su trabajo. Allí se encuentran todas las acciones que deben emprender, como son juegos tradicionales con los niños, visualización del proyecto de vida, entre otros, que ayudados por material didáctico y cuentos, facilitan llegar a los niños. De la misma manera, emprenden acciones de recreación.

La metodología original consiste en utilizar la terapia lúdica, o juego terapéutico, para detectar las problemáticas emocionales que tienen los niños. Así, no solamente realizan una recreación con los niños, sino que hacen una terapia lúdica, que es, cómo a través del juego, se pueden integrar con el niño, conocer su vida emocional y aportarle en su recuperación.

Los jóvenes –terapeutas-, recibían formación en lúdica, en actividades lúdico-recreativas y en desarrollar habilidades para la realización de juguetes con material reciclable. También asistían a talleres sobre la atención primaria en salud mental, sobre una elaboración de duelo y sobre el desplazamiento, aspectos importantes para el trabajo con los niños y niñas.

En el proyecto también se desarrollaron las terapias sicológicas que se hicieron con los niños que tenían una problemática más marcada. Eran realizadas por la psicóloga que acompañaba el proceso. Ellos estaban con los voluntarios cada semana durante dos horas en sesiones lúdicas donde había juegos, trabajos de pintura, cuentos, técnicas proyectivas, que permitían que expresaran todos sus sentimientos, todo lo que estaban vivenciando y se liberaran, en el sentido de poder expresar todos sus sentimientos y emociones.

Fue así como lograron:

  • Generar en los niños un cambio de actitud frente a la vida. El juego posibilitó el incremento de actividades que no generaban violencia.
  • Antes, la mayoría de los niños dibujaban helicópteros y hombres armados disparando, y personas muertas tiradas en el suelo, porque era lo que habían visto. Con el pasar de los días en la terapia lúdica, la gran mayoría pintaban otras cosas que no hacían alusión a la violencia.
  • Los jóvenes, los terapeutas lúdicos, encuentran, generan y desarrollan la oportunidad de fortalecerse como personas humanas en relación a que pueden ser un apoyo para otras personas.
  • Descubren que ellos tienen la capacidad de desarrollar habilidades en el trabajo con niños y con comunidades.
  • A su vez, los terapeutas, se convierten en líderes comunitarios que los reconoce su comunidad, los reconocen los padres de familia, los profesores y los presidentes de las juntas de acción comunal, porque los ven haciendo algo muy positivo en beneficio de la infancia de su vereda, de su territorio, porque le están generando a los niños otras oportunidades de divertirse, de jugar, de compartir, de crear amistad, de fortalecerse en el respeto y en los valores y de expresarse a través de las actividades lúdicas.
  • Otro de los logros del proyecto, tiene que ver con la construcción del proyecto de vida de los jóvenes, ya que su proyección está dirigida a un trabajo comunitario, a la realización de estudios superiores en las áreas de las ciencias sociales, lo que cambia de alguna manera los referentes que se consolidaban antes, por la presencia de los grupos armados, siendo la vinculación a ellos la única opción.  
  • El programa en Argelia sobre todo, en el año 2005, le dio a los jóvenes la oportunidad de un emprendimiento en el área productiva, en la que ellos hacían una propuesta de proyecto de lo que querían tener, y desde la organización promotora –UNICEF- se realizó la inversión en recursos para su proyecto.

3. Beneficios y beneficiarios

Retorno de la Alegría, al ser un programa integral que involucraba no solamente a los niños, niñas y jóvenes terapeutas, sino también a padres de familia y profesores, ofreció para estas personas el beneficio de trabajar en conjunto por el desarrollo de su comunidad, donde se les permitió observar la vida con otros ojos, tener la esperanza de cambiar comportamientos agresivos que repercutían no solamente en la calle, sino también en el hogar y en la escuela.
Del mismo modo los padres de familia y los profesores, recibían el beneficio de conocer el trabajo adelantado por los terapeutas, que se reflejaba en el comportamiento de sus hijos y alumnos, el cual cambiaba de ser agresivo a uno más cordial y afectuoso.

Además, tanto padres de familia y profesores recibían talleres de formación sobre la experiencia para hacer más completo el impacto en su comunidad, lo que hacía que todos retornaran a la alegría.

La experiencia se perfiló como un escenario de desahogo y escucha para aquellos agobiados por el conflicto armado. En razón de los niños y los jóvenes, se les permitió tener mejores oportunidades y ambientes para su vida, que garantizaba crecer en ambientes más saludables.

4. Fortalezas y amenazas

Las fortalezas que permitieron el éxito de esta práctica fueron:

  • El compromiso y responsabilidad de los terapeutas en la ejecución del proyecto.
  • Las capacidades artísticas de cada uno de los terapeutas, ya que muchos de ellos tienen habilidades en el arte, la pintura, el baile y otros son deportistas.
  • La capacidad de asombro de los niños y niñas para las diferentes ofertas que se les presentaban a través del juego para poder cambiar los ejemplos de vida existentes por el conflicto.
  • La tenacidad de los jóvenes terapeutas para coordinar sus acciones en escenarios donde la presencia de los grupos armados es muy fuerte.

La presencia de minas en los caminos veredales y los combates que se presentan cerca de las zonas de trabajo, fueron los obstáculos que en determinadas ocasiones impidieron la movilización del grupo de trabajo a las zonas.
Por otro lado, la falta de recursos que no permite la continuidad de los procesos. Sin embargo, los jóvenes de algunas veredas del municipio de Argelia continúan trabajando en algunos sectores.

Sin embargo, las parroquias municipales jugaron un papel relevante en la ejecución del programa Retorno de la Alegría, ya que desde su apoyo solidario siempre acompañaron el proceso en cada municipio.

También el acompañamiento incondicional de los profesionales, que estuvieron siempre pendientes de la formación de los terapeutas para la intervención con los niños.
En el ámbito económico, UNICEF es quien hace la destinación presupuestal y apoya toda la propuesta del proyecto. En la actualidad se espera tener el recurso para darle c

ntinuidad a la experiencia.
Los líderes de la experiencia, con la ejecución del proyecto lograron ganarse el respeto de los actores armados para poder emprender sus acciones y así mismo siempre contaron con el respaldo de la comunidad.

UNICEF


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