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Retrato de Miguel Carcaño, asesino confeso de Marta del Castillo
Incapaz de aceptar una frustración, su personalidad se caracteriza también por la violencia, el despotismo y la manipulación
Víctor Bejarano

El 'Cuco' ingresa voluntariamente en un centro de menores de Córdoba
Carcaño dijo a la policía que Marta estaba "harta de sus padres"

Violento, manipulador, celoso, impulsivo. Así es Miguel Carcaño, el asesino confeso de Marta del Castillo, según se deduce de sus declaraciones, de los análisis psicológicos elaborados por la policía y del entorno de amistades en el que se movía. El informe psiquiátrico elaborado por los forenses describe a Carcaño como un joven egocéntrico y consentido, poco acostumbrado a no salirse con la suya. Varios testigos que formaban parte del círculo de amistades en el que se movía han afirmado durante el juicio que tiene lugar estos días que es una persona "muy celosa" y que "se enfadaba con facilidad". Describieron cómo, en más de una ocasión, sus arrebatos de ira hacían que rompiese buzones del piso en el que vivía o incluso una puerta.

Esa imagen se consolida a tenor de sus propias declaraciones. Carcaño asegura en la última versión acerca de cómo acabó con la vida de Marta que golpeó a la chica con un cenicero en la cabeza "para acabar con la discusión" que en ese momento estaban teniendo. Propenso a desahogar su frustración por medio de los puños. Maquinador, trató de confundir a la policía los días posteriores a la desaparición declarando que ella misma le había confesado su deseo de marcharse de casa por la supuesta mala relación que tenía con sus padres. Este relato de Carcaño hizo sospechar de inmediato a la policía, ya que chocaba frontalmente con la descripción que hacían de Marta sus amigos, una chica sin problemas ni enfrentamientos familiares. Los amigos le reconocen notable éxito con las chicas y buscaba las menores de edad, como Marta, que en el momento de su desaparición tenía 17 años.

Poco se sabe de cómo eran las relaciones de Miguel con su familia. El joven, que ahora tiene 24 años, trabajaba en una empresa de limpieza que operaba en un bingo. Miguel perdió a su madre, vendedora de cupones, y de la que algunos vecinos aseguran que heredó el mal humor. Su hermanastro, Francisco Javier Delgado, asegura que mantenía con Miguel una buena relación. Sin embargo, el menor apodado el Cuco, absuelto de la violación y asesinato de Marta, ha llegado a afirmar que la relación de ambos hermanos era fría.

Eva Casanueva, madre de Marta, tampoco tenía buen concepto de Carcaño ya antes de que aconteciera el crimen. La madre de la joven había advertido a ésta sobre el carácter del que entonces era su novio y le llegó a decir que veía en él el perfil típico del maltratador: "primero te puteo y después de doy un regalo".

La catedrática de Psicología Social de la Universidad de Sevilla, Felicidad Loscertales, señaló en una ocasión que observa en Carcaño dotes de liderazgo. Según Loscertales, a pesar de esa impulsividad, el hecho de ser capaz de poner supuestamente de acuerdo a tanta gente para encubrir el crimen prueba esas capacidades de liderazgo. Además, Loscertales, le asignó una "falta de respeto" hacia la vida humana y una incapacidad de "distanciamiento" crítico, por ser capaz de destrozar su vida, la de Marta y la de los demás implicados en el crimen. Déspota, irascible, dominador con las chicas, así es Miguel Carcaño.

La Vanguardia


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