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El cariņo como tratamiento

Ortotanasia


Carta de una enferma de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), en la que cuenta algunas de las consecuencias de la enfermedad y lo que le ayuda a sobrellevarla.
Mayte Mencías - Palencia
La Razón, 12 de enero de 2006. Carta al Director

Lo valioso para una persona

Llevo año y medio diagnosticada de una enfermedad que quiero dar a conocer: la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). La ELA es degenerativa, progresiva e irreversible, siendo la más grave del sistema nervioso central. Ataca sólo a las neuronas motoras. No es contagiosa, se desconoce su origen y, por ahora, no tiene ningún tratamiento curativo. Se calculan unos 4.000 enfermos de ELA en España. Según avanza la enfermedad, se van atrofiando y paralizando de forma lenta los músculos del cuerpo (movimiento de brazos, piernas, control del tronco y cuello), se va perdiendo la capacidad de hablar, tragar y de respirar. No daña órganos ni afecta la capacidad intelectual o los sentidos.

Tengo 38 años, estoy casada y tengo una hija de quince años. En noviembre de 2004, cuando sólo había pasado un año desde los primeros síntomas, dejé de andar. Ya no podía valerme por mí misma, necesitaba ayuda para todo. ¡Fue tan rápido! A una persona activa como yo es lo peor que le puede pasar. No asimilaba el no volver a andar.

Las manos es lo que peor llevo: no volver a coser, hacer manualidades, cocinar, conducir… Los planes, sueños e ilusiones que tienes se esfuman. Algunos familiares se olvidan de que existes, pero no importa tanto. Tengo amigos, he conocido a gente nueva que se preocupa por mí y lo agradezco mucho porque veo que todavía hay personas de buen corazón que te quieren por cómo eres, no por tu enfermedad.

Gracias por vuestra ayuda y el cariño que me dais. Ahora estoy mejor, me he dado cuenta de que debo seguir «pa alante», disfrutando cada segundo de mi vida al máximo y valorando todo lo que me rodea.