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Cuidados paliativos en México

Gabriela A. Montes De Oca Lomelí
Directora Ejecutiva de Grupo MediQual, S.A. de C.V.
división "HOSPICE MÉXICO"

Después de los siglos de huir de la muerte, hace falta fomentar en nosotros el arte de morir.
José Ortega y Gasset

Con esta sencillez, tan propia de su versátil, rigurosa y bella prosa, José Ortega y Gasset expresaba en un artículo su arraigada creencia de que no se puede definir la vida sin la muerte. Los expertos dicen que morir con dignidad es un don que depende, sobre todo, de cómo se haya abordado, en medio de la vida, la cuestión de la muerte, el dolor, la enfermedad. ¿Se tiene miedo a la muerte o simplemente miedo a morir? Estos asuntos no suelen ser tema de conversación, hasta que de pronto, como un mazazo, un médico comunica al enfermo que su mal es irreversible y fatal, incluso con una medida casi exacta de los meses que le restan por vivir. En ese momento, cuando se acumulan las preguntas, entra una de las disciplinas que ha ganado más terreno en los últimos años: Medicina del Dolor y Cuidados Paliativos. Se trata de una nueva manera de ejercer la medicina.

Los Hospices:

Objetivos y definición

Los hospices son definidos en muchos países como espacios diseñados para dar el mejor confort, bienestar, apoyo emocional y espiritual, tanto al paciente como a toda la familia, cuando los enfermos llegan a la fase avanzada de su enfermedad terminal. El objeto de estos lugares es tratar que sus pacientes puedan disponer de los meses o días que les restan con una gran calidad de vida; mantenerlos libres de dolor, concientes y controlar los síntomas que se hacen presentes por la enfermedad en sí. Se busca que el ambiente sea lo más parecido posible a su hogar y que puedan también estar rodeados de sus seres queridos para así continuar con su vida familiar y morir con dignidad.

En los hospices se practican los cuidados paliativos. Éstos no alargan la vida, tampoco la aceleran, simplemente, la atención del paciente se realizará con personal especializado, que tratará no sólo de cubrir las necesidades de salud, también se ocuparán de la problemática espiritual y psicológica por la que atraviesan el paciente y su familia. Dicha atención tendrá que continuar después del fallecimiento, ya que resulta fundamental para el bienestar de los familiares y amigos. Ésta es la filosofía que da inicio al moderno movimiento de hospice y cuidados paliativos cuando, en la década de los sesenta, Cicely Saunders funda el St. Christopher´s Hospice en el sur de Londres.

Su historia

Los moviemientos de hospice, según Robert Twycross, pueden ser comparados con los hospicios medievales de fines del siglo XIX. Por esas fechas el desarrollo de la ciencia médica y los nuevos descubrimientos terapéuticos para curar las enfermedades, que hasta entonces eran letales, provocaron en los médicos un cambio profesional; hasta entonces el médico fungía como un cuidador, y con estos avances, cambia para asumir un papel autoritario y paternalista, pues los pacientes ya no estaban en "manos de Dios", sino en las suyas.

Al médico se le enseñó a curar, por lo que los enfermos moribundos perdieron importancia médica, ya que no se podía hacer nada por ellos. Los médicos, anteriores atendían a sus enfermos con el único propósito de aliviar los síntomas propios de la enfermedad y proporcionarles bienestar. La mayoría de las personas morían en casa. Los vivos estaban familiarizados con los muertos y con la idea de su propia muerte. La muerte era un hecho.
Desarrollos de Hospices: en Londres
En 1996 comienzan a surgir nuevos centros con el nombre de movimiento hospice, ya que esta modalidad fue rápidamente imitada en el Reino Unido, que para estas fechas logró tener 217 unidades hospitalarias con una capacidad de 3,215 camas, sólo para enfermos terminales. Desde 1970, tres hechos fueron importantes para determinar los Cuidados Paliativos:
▼ Se desarrolla la visita domiciliaria.
▼ El cuidado al paciente en centros de día.
▼ Equipos de apoyo en los hospitales.
La fundación Macmillan-Macmillan Cancer Relief promovió, desde sus inicios, equipos especializados en tratamiento en Cuidados Paliativos. Para 1997 se contaba con un equipo de 1,500 enfermeras y 160 médicos que atendían a 16,000 enfermos de cáncer. Esta fundación también cuenta con profesionales como médicos oncólogos.
Otra fundación es la Marie Curie Cancer Care, dedicada al apoyo social. Las enfermeras de Marie Curie atienden a 40% de los enfermos con cáncer en el Reino Unido, alrededor de 20,000 pacientes, y cuenta con 11 hospitales. En 1987 la Medicina Paliativa es reconocida como especialidad, no solo en el Reino Unido, sino también en Austria, Polonia y Canadá.
Los cuidados paliativos en
Canadá. Se describe en el concepto de hospice ligado a la estructura física de una institución. En los setentas Winnipeg y Montreal la introdujeron en el concepto de Unidades de Cuidados Paliativos dentro de los hospitales para enfermos terminales. Belfaur Mount abre la Unidad del Royal Victoria Hospital en Montreal.
Estados Unidos. Los cuidados paliativos entran en el sistema público de Salud Medicare. Desde entonces, la cobertura de Medicare Certificated Hospice ha crecido: en 1984 se contaba con 31 centros, para 1993 esta cifra aumentó a 1,288. También han surgido muchas compañías privadas que cuentan con características propias de este país.
España. En los años ochenta, en ese país se desarrolla la Medicina Paliativa con profesionales que toman conciencia que se puede cuidar de otra forma al paciente terminal. La primera unidad de cuidados paliativos fue promovida, en 1982, por Jaime Sanz Ortiz y, en 1987, se construyó la Unidad del Hospital de la Santa Creu de Vic, en Barcelona.

Clínicas del dolor y cuidados paliativos en México

El fundador de las Clínicas del Dolor en la ciudad de México es el Dr. Vicente García Olivera. quien fue entrenado en Estados Unidos por el Dr, John Bonica. A su regreso a México, el Dr. García aplica su aprendizaje en la apertura de Clínicas del Dolor y a su vez realiza entrenamiento a nuevos médicos en el ámbito de dolor.
1972. Inicia la Clínica del Dolor en el Instituto Nacional de Nutrición, en la ciudad de México, bajo la responsabilidad del Dr. Ramón de Lille Fuentes. El Dr. Vicente García Olvera, en el Hospital General de México, entrena al Dr. Ricardo Plancarte Sánchez, quién tomara responsabilidad en el Instituto Nacional de Cancerología de México, D.F. (INCAN). El Dr. Plancarte capacita al Dr. Jorge Jiménez Tornero, quién inicia esta práctica en Guadalajara, Jalisco, en el Hospital General de Occidente (Zoquipan), junto con la Dra. Dolores Gallardo Rincón. En Jalisco esta modalidad continúa en el Hospital Civil de Guadalajara (Hospital Belén) con el Dr. Óscar Sierra Álvarez.
1988. Termina su especialidad la siguiente generación en el Instituto Nacional de Cancerología, México (INCAN). Egresan: el Dr. Gustavo Montejo Rosas, Dr. Guillermo Aréchiga Órnelas y la Dra. Silvia Allende Pérez.
1992. En el Hospital Civil de Guadalajara (Juan Menchaca). con el Dr. Gustavo Montejo Rosas, se instala la primera Unidad de Cuidados Paliativos y, en el Hospital General de Occidente (Zoquipan), con el Dr. Guillermo Aréchiga Órnelas. Lo mismo ocurre con la Dra. Silvia Allende Pérez al frente, en el instituto Nacional de Cancerología. Otras clínicas del Dolor y escuelas de más reciente formación en la ciudad de México son: la del Hospital 20 e Noviembre del ISSSTE y la del Hospital Infantiel de México "Federico Gómez".
1999. En Guadalajara, Jalisco da inicio el Centro Universitario para "El Estudio y Tratamiento del Dolor y Cuidados Paliativos", bajo la dirección de la Dra. Gloria Domínguez Castillejos, auspiciado por la Universidad Autónoma de Guadalajara.
2000.  Inicia el proyecto del Instituto PALIA con el Dr. Guillermo Aréchiga Órnelas, que pertenece a la Secretaría de Salud de Jalisco.

Conclusión

La creación de unidades de tratamiento del dolor y manejo de enfermos terminales, donde sólo se les atiende con cuidados paliativos, a través de los años, ha sido una respuesta a esa otra parte de la medicina donde no se cura, sino que, a los pacientes, se les brinda algo probablemente más importante: mitigar el sufrimiento y dar alivio al ser humano en todas las partes que lo constituyen. Esta visión tiene que ir en aumento aunada al cambio en las pirámides poblacionales, a la presencia de enfermedades crónico-degenerativas y la esperanza de vida. Por lo tanto, el público en general debe estar enterado de esta alternativa viable para mitigar el sufrimiento.

 
REVISTA MEXICANA DEL DOLOR Vol 1 Num 1