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Cuidados paliativos en Latinoamérica

Liliana De Lima
International Association for Hospice and Palliative Care


¿Está funcionando la estrategia de la OMS?

Hace más de 20 años la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó los cuidados paliativos y el alivio del dolor como componentes de su Programa de Control del Cáncer. Sin embargo, millones de pacientes alrededor del mundo, incluyendo en Latinoamérica, no tienen acceso a los cuidados paliativos.
La OMS promueve una estrategia, compuesta por tres partes, para incluir los cuidados paliativos en los programas nacionales de salud pública: (Gráfico 1)
1. Edución
2. Disponibilidad de medicamentos
3. Políticas gubernamentales

Educación

La mayoría de las personas que suministran cuidados paliativos en Latinoamérica no reciben entrenamiento formal, sino que obtienen sus conocimientos de conferencias y programas autodidactas luego de graduarse. Pocos programas, tanto en salones de clase como en el hogar, ofrecen educación en cuidados paliativos. Los principios básicos sobre cuidados paliativos deben ser aprendidos a nivel de pregrado. Programas educativos en cuidados paliativos, a nivel de currículo, deben ser integrados en el pregrado de las carreras de enfermería y farmacia, así como en el diseño de diplomados y maestrías.

Disponibilidad de medicamentos

Los países desarrollados utilizan la mayoría de la morfina que se consume mundialmente, dejando un pequeño porcentaje para el consumo de aproximadamente 100 países en vías de desarrollo. En Latinoamérica y el Caribe se consume menos del uno por ciento del total disponible. Algunos países con programas consolidados de cuidados paliativos, como Uruguay, Argentina, Chile y Costa Rica, reportan un mayor consumo de morfina que otros países que o no cuentan con programas similares o están dando los primeros pasos al respecto.
Entre las barreras que impiden la disponibilidad de los medicamentos se incluyen las regulaciones que imponen límites en la dosis por paciente, el número de dosis diarias, el número de días que un paciente puede recibir opioides (medicamento para alivio del dolor) y la cantidad que puede ser almacenada por las farmacias. Adicionalmente se encuentra la excesiva burocracia, canales de distribución insuficientes, ignorancia de los profesionales de la salud y un reducido número de farmacéuticos autorizados para dispensar el medicamento.

 

Políticas gubernamentales

Siete países en Latinoamérica ofrecen alguna forma de cuidados paliativos a través de instituciones públicas y sólo Argentina, Chile, Colombia, Cuba, Perú, Brasil y Paraguay han declarado la necesidad de darle un enfoque de salud pública al tema. Si los cuidados paliativos son excluidos de las políticas nacionales de salud pública, los países e instituciones no podrán incorporarlos en sus presupuestos, los profesionales de la salud no recibirán pagos por sus servicios, y los programas de seguros privados no los cubrirán.

¿Y el acceso?

El enfoque de la OMS ignora el acceso. Lograr que los medicamentos y servicios estén disponibles no es suficiente -los pacientes necesitan tener acceso a los mismos. ¿Qué podemos hacer para lograrlo?
-Educar a los profesionales de la salud sobre el suministro de cuidados paliativos
-Establecer programas de cabildeo para generar una mayor demanda por los servicios a niveles comunitarios.
-Presionar a los gobiernos para que eliminen las barreras regulatorias y legislativas
-Asignar recursos para el suministro de cuidados paliativos -lo ideal sería una mezcla de apoyo local e internacional.
-Incluir cuidados paliativos en las políticas nacionales de salud y establecer una red de apoyo dentro del gobierno.

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-Alivio del Dolor en el Cáncer con una Guía sobre la Disponibilidad de Opioides (2da edición), Organización Mundial de la Salud: Ginebra, 1996
-Marco para un Proyecto Regional en Latinoamérica y el Caribe sobre Cáncer y Cuidados Paliativos, Organización Panamericana de la Salud: Washington DC, 1997
-'Legislation Analysis according to WHO and INCB Criteria on Opioid Availability: a Comparative Study of Five Countries and the State of Texas', Health Policy 56, páginas 99-110, por Liliana De Lima et al, 2001

Fuente: id21 insights health #8