Artículos de Prensa / Matrimonio
Imprimir

NYT expone desventajas de vivir en unión libre

Escrito por ReL
07-V-2012

 

En la edición del 14 de abril de 2012 el New York Times publicó el artículo "La desventaja de cohabitar antes del matrimonio" (The Downside of Cohabiting before Marriage) de Meg Jay, una psicóloga clínica de la Universidad de Virginia, en el que analiza el denominado "efecto cohabitación".
 
"El efecto cohabitación"

Según informa la agencia AICA, el artículo sostiene que existe un "efecto cohabitación" por el cual las parejas que conviven antes del matrimonio tienden a estar más insatisfechas con sus matrimonios y por tanto más expuestas al divorcio que las parejas que no convivieron.
 
Inicialmente, los investigadores atribuyeron el efecto convivencia a que los convivientes eran menos adeptos al matrimonio y por tanto más abiertos al divorcio. Pero nuevas investigaciones señalan que el riesgo se encuentra en la convivencia en sí misma, afirma Meg Jay.

La falta de decisión

Según el artículo, las personas que rondan los 20 años de edad, suelen llegar pronto a la convivencia y de manera no discernida, como si fuera una pendiente que pasa de la cita personal, a dormir en la casa del otro y de hacerlo periódicamente a la convivencia sin demasiada reflexión.

"Deslizándose, no decidiendo"

Se llega a la decisión de convivir sin demasiado diálogo y no se advierten las diferentes percepciones que varones y mujeres tienen sobre la convivencia. Según el artículo, las mujeres son más proclives a ver la convivencia como un paso al matrimonio, mientras que los hombres tienden a ver la convivencia como una prueba de la relación o una forma de posponer un compromiso. Ambos, varones y mujeres, acuerdan que sus estándares para un conviviente son más bajos que para un esposo.

 

Difícil salir de la convivencia

La convivencia, se afirma en el artículo, se toma como una decisión rápida, conveniente en términos económicos y de la que se piensa que se puede salir prontamente, pero en la realidad no es así por los costos comunes que se comparten y por otras razones que dificultan la ruptura.

Según el artículo, las convivencias se incrementaron en los Estados Unidos un 1.500 por ciento pasando de 450 mil parejas no casadas en 1960, a más de 7 millones 500 mil en la actualidad.

Estas estadísticas permiten advertir, aún desde perspectivas que son favorables o al menos indiferentes moralmente a la cohabitación, los problemas que tiene socialmente una forma de vida casi sin compromisos y que diluye los vínculos.

 

Religionenlibertad.com

 

*****************

Matrimonio en vez de ‘vivir juntos’

aramo.wordpress.com
24-VIII-2007
 

 

Yo siempre he creído que no hay comparación posible entre vivir juntos y el matrimonio. Hay enormes diferencias entre ser esposo o esposa y ser “un compañero”, “un amigo”, o un “compañero sentimental”; enormes diferencias entre un compromiso legal y una asociación voluntaria; entre levantarse ante la sociedad y anunciar públicamente tu compromiso y el vivir, simplemente, junto a otro.   

Al asistir a las bodas de dos de mis tres hijos este pasado verano vi las diferencias con más claridad.   

Primera diferencia: desde que te casas, ves la relación con más seriedad.   

No importa lo que pensabais cuando cohabitabais; en el momento que os casáis vuestra relación con el otro cambia. Ahora habéis hecho un compromiso con el otro como esposo o esposa delante de casi toda la gente importante de tu vida. Ahora os veréis el uno al otro con una luz diferente, más seria.   

Segunda diferencia: las palabras sí importan.   

Las palabras nos afectan profundamente. Vivir con tu “novio” no es lo mismo que con tu “esposo”. Y vivir con tu “amiga” o cualquier otro título que le des no es lo mismo que hacer un hogar con tu “esposa”. Cuando presentas a esa persona como tu esposo o esposa, estás haciendo una afirmación más importante sobre el papel de esa persona en tu vida que con cualquier otro título.   

Tercera diferencia: la legalidad sí importa.   

Estar legalmente atado y ser responsable por otra persona es algo que importa. Es un anuncio para él/ella y para ti de que tomais esta relación con la máxima seriedad. Ninguna palabra de afecto, promesas de compromiso, etc… no importa lo sinceras que sean, pueden igualar la seriedad de un compromiso legal.   

Cuarta diferencia: jamás reunirás a tanta gente que te importa.   

Para ver lo importante que es el matrimonio para la inmensa mayoría de la gente que te importa, piensa en esto: no hay ningún acontecimiento, ninguna ocasión, ningún momento en tu vida en el que tanta gente que te importa se reunirá en un lugar como en tu boda.   

Ni el nacimiento de ninguno de tus hijos, ni un cumpleaños importante, ni la confirmación o la bar-mitzvah de tus hijos… Sólo hay otro momento en que se reunirá en un lugar la mayoría de las personas que aprecias y que te aprecian: es en tu funeral. Pero, a menos que mueras joven, para entonces casi todas las personas que amas mayores que tú ya habrán muerto.   

Así que tu boda es la mayor concentración de seres amados de tu vida. Y eso es por una razón: es el momento más grande de tu vida. Un momento así no sucederá jamás si no tienes una boda.   

Quinta diferencia: sólo el matrimonio convierte ajenos en familia.   

Sólo mediante el matrimonio la familia de tu hombre o tu mujer será tu familia. Las dos bodas transformaron a la mujer que estaba en la vida de mi hijo en mi nuera, y transformaron al hombre de la vida de mi hija en mi yerno. E instantáneamente las bodas me convirtieron en suegro, cuando antes era sólo “el padre de su novio/a”. Fue la idea que más me impactó. Ahora yo era pariente de las parejas de mis hijos. Sus parientes y padres se convirtieron en familia. Nada comparable sucede cuando dos personas cohabitan sin casarse. 

 
Dennis Prager. http://www.dennisprager.com   
Con la autorización de: www.forumlibertas.com

 


.