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Entrevista al Dr. Enrique Rojas

El prestigioso psiquiatra don Enrique Rojas ha escrito muchos libros sobre cuestiones relacionadas tanto con su ámbito médico, como con otras cuestiones ligadas al pensamiento y a la mentalidad dominante de nuestro tiempo: las depresiones, New Age, la banalización de la sexualidad y del amor son algunos de los grandes temas que ha tratado. Para él, la presión de los grupos homosexuales para generalizar la adopción de gays y lesbianas (automáticamente incluida al legalizarse el matrimonio entre personas del mismo sexo) tiene su origen en lo que él llama «la tetralogía formada por el hedonismo, el consumismo, la permisividad y el relativismo»

¿Cuál es su posición ante la adopción por parte de parejas homosexuales?

Dr. Rojas: En los últimos años, se ha trabajado sobre este tema, tanto en la Unión Europea como en todo el mundo. Se considera que, aunque no hay estudios metodológicamente rigurosos en sentido estricto, la adopción de hijos en parejas homosexuales no es buena por varias razones. En primer lugar, el niño no tiene capacidad para hacer una declaración sobre si quiere o no tener unos padres homosexuales o heterosexuales (lo que se llama un consentimiento informado). En la medicina actual, el consentimiento es importantísimo, por ejemplo cuando se dan fármacos a los pacientes: se explican los efectos secundarios que puede tener ese medicamento, y se pide a esa persona que firme un escrito por el que asiente que va a tomarlo. El niño, sin embargo, no tiene capacidad para hacer esto. Por otro lado, las parejas de gays y lesbianas constituyen una especie de laboratorio psicológico en el cual el niño es sometido a un experimento: tener dos padres, o dos madres, cuyo resultado no se va a saber cuál es. En tercer lugar, el niño no tiene capacidad ni posibilidad de tener los dos grandes componentes de la naturaleza humana, que son la masculinidad y la feminidad. Pero, además, la adopción en parejas gays significa una explotación del niño, que no puede defenderse de esta situación y que la acepta porque una pareja consigue adoptarle.

Por lo que usted explica, hay muchas contradicciones en todo lo que es la defensa de la adopción homosexual…

Dr. Rojas: Sí. Por ejemplo, en la Declaración Internacional de La Haya, a pesar de que Holanda es el país más permisivo de la Unión Europea, se acepta la adopción de niños por parte de homosexuales siempre que sean holandeses. El problema de este documento es que mira más el interés de la pareja que el del niño. Por tanto, un niño no es acogido en una familia, sino que es una pareja homosexual la que recibe a un niño. Pero hay más argumentos para decir No a las adopciones por parte de homosexuales: uno es el afectivo o sentimental, otro es el de la personalidad y la educación de todo lo que es la estructura de la forma de ser del niño y, finalmente, las repercusiones y los riesgos que este tipo de adopción tiene en el resultado educativo del propio niño.

¿Cuáles son esas repercusiones?

Dr. Rojas: Sobre todo, que es más fácil que el niño se homosexualice. Además, el niño tiene un sesgo, le falta información. Es como si a mí me explicasen sólo una parte, por ejemplo, de la historia de España. Por otro lado, está la gran cuestión de los derechos. El niño tiene unas exigencias que no puede expresar por la edad que tiene. Dicho esto, debo recordar que tengo un gran respeto por la conducta homosexual, y, sobre todo, por los gays y lesbianas como personas. Ellos tienen todos los derechos, como cualquier ser humano, aunque evidentemente esa conducta incluye muchos aspectos de desorden.

¿Qué ejemplos nos puede citar para demostrar esto?

Dr. Rojas: Aunque no hay una experiencia muy fidedigna, porque los estudios son muy pequeños, los niños adoptados por parejas homosexuales tienen más posibilidades de sufrir un desajuste de la personalidad, lo que en inglés se llama personality disorder. Narcisismo, inmadurez y obsesiones son algunas de las manifestaciones de estas personas, que presentan, en definitiva, una personalidad no bien construida. En España hay un estudio del año 2003, elaborado por María del Mar González, una psicóloga de la Universidad de Sevilla, sobre una muestra de 25 parejas homosexuales, pero le falla la base porque es sesgado, no aleatorio. Por tanto, no cuenta con la necesaria metodología científica estricta.

Entonces, ¿en qué nos basamos?

Dr. Rojas: En lo que es toda la experiencia de la educación de un niño en familia, entendida ésta como el núcleo de la sociedad, su célula más importante. Los dos primeros elementos en que el niño se apoya para construir su personalidad son sus padres. En ellos basan lo que se llama el modelo de identidad. No sabemos el resultado del experimento o la investigación global sobre lo que puede provocar en un niño el ser adoptado por una pareja de gays o lesbianas. Pero a priori, con los datos que tenemos sobre el tapete (que los hay), podemos afirmar que un niño que es educado por dos personas del mismo sexo tiene más posibilidades de presentar fallos, defectos o errores psicológicos que otro educado por una familia constituida por hombre y mujer.

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