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Comprobando, mediante tests, el neuroticismo de los homosexuales masculinos

Dale O'Leary

Dos afirmaciones contradictorias se han realizado acerca de la salud mental de los homosexuales:

     1. Los homosexuales no padecen ningún deterioro mental.

2. El deterioro mental que padecen los homosexuales es ocasionado por la discriminación.

Quienes promueven la primera afirmación señalan con frecuencia el estudio de Hooker sobre los resultados del test de Rorschach, y otros estudios similares, como prueba de que los homosexuales son 'normales'. Sin embargo, los tests de Rorschach, se emplean corrientemente para descubrir la psicosis, no la neurosis.

La recensión de la literatura de van den Aardweg (1985, Male homosexualit Y and the neuroticism factor: An analysis of research outcome. Dynamic Psychotherapy 3, 1: 79-87) indica que:

1. Muchos de los estudios frecuentemente mencionados que, según cabe suponer, 'prueban' la normalidad de los homosexuales no emplean tests que pueda medir el neuroticismo.

2. Los estudios que emplean tests que pueden medir el neuroticismo descubren que los varones homosexuales puntúan más alto en neuroticismo que los heterosexuales.

3. Los estudios sin relación con la homosexualidad no demuestran como algunos han pretendido que el neuroticismo sea ocasionado por el ostracismo social.

Introducción

Hace varios años, el redactor-jefe del American Journal of Psychottherapy criticó con punzante ironía el carácter 'pseudocientífico' de toda una categoría de informes de investigaciones sobre la homosexualidad realizada por psicólogos, sociólogos y psicólogos sociales, y las fáciles conclusiones de ellos extraídas (1). Muchos científicos sociales -opinaba aquél- omiten las cuestiones fundamentales movidos por esta condición, de manera que sus resultados se refieren meramente a trivialidades.

Se emplean instrumentos de medición de escasa -si es que poseen alguna- validez para el rasgo o factor que pretenden medir; se confía en respuestas rápidas para difíciles preguntas biográficas, como si reflejasen la 'realidad' de la adaptación social de una persona o de sus relaciones con sus padres durante la infancia; se extraen muchas veces conclusiones de temas no abordados en la investigación. Tales prácticas no pueden sino crear confusión, sobre todo porque el arropamiento de estos informes en jerga test-psicológica y la elaboración estadística de puntuaciones insinúan rigor científico y credibilidad.

Lo importante es seleccionar los estudios con tests razonablemente válidos para la variable que ha de medirse, y distinguir entre hallazgos estadísticos e interpretación,

Tests de neuroticismo no válidos y homosexualidad

Los tests proyectivos, como el de Rorschach (mancha de tinta), el TAT ('test de percepción temática') y el DAP (dibujar una persona) no pueden considerarse indicadores válidos de la (in)estabilidad emocional, y su valor diagnóstico en este campo varía mucho de un individuo a otro, de un grupo a otro. En dicho sentido, las conclusiones del examen de Eysenck todavía son válidas (2). La ignorancia de este hecho ha conducido a inferencias erróneas. Hooker por ejemplo, interpretó incorrectamente la falta de diferencias entre homosexuales y heterosexuales en las puntuaciones Rorschach como confirmación del criterio de que la homosexualidad podría acompañar a la 'normalidad' psíquica (3). Tampoco los tests verbales, como listas de chequeo de adjetivos y diferenciales semánticas, son indicadores del neuroticismo lo bastante válidos porque no distinguen consecuentemente a los neuróticos clínicos de los normales, como ha quedado claro de investigaciones mencionadas tanto en los trabajos de Cattell (4) como de Eysenck. La falta de diferencias de puntuación entre homosexuales y heterosexuales en estos tests es, por tanto, irrelevante para el tema de si los homosexuales son emocionalmente inestables o no, pese a las interpretaciones que de tal dato han efectuado diversos investigadores (5). E indudablemente los inventarios que prueban la adaptación social o la satisfacción laboral no deberían confundirse con los inventarios del neuroticismo, un error que por ejemplo comete Schofield en su interpretación de los datos de adaptación social de los homosexuales (6).

Tests de neuroticismo válidos y homosexualidad

La tendencia uniforme que surge es que los homosexuales masculinos obtienen puntuaciones de neuroticismo elevadas, sobre todo en las escalas con las mejores capacidades neuroticismo-discriminación.

Las puntuaciones de neuroticismo elevadas no solamente se obtienen entre los denominados grupos clínicos (personas ingresadas, pacientes en tratamiento, etc), sino también entre los homosexuales no-clínicos que se encuentran socialmente adaptados y se comprometen con la vida homosexual.

En ciertos casos, la inspección inexacta del control ha conducido a errores de interpretación. Por ejemplo, Braaten y Darling dan cuenta de elevadas puntuaciones en Sc, Pt y D, tanto para homosexuales como para heterosexuales, pero en su interpretación omiten que estos últimos, los heterosexuales, eran pacientes emocionalmente trastornados. De ser emocionalmente estables los homosexuales, sus puntuaciones habrían sido inferiores a las de los controles (de aquí que los resultados apunten hacia la inestabilidad de los homosexuales).

Discusión

Un dato importante y relativamente sencillo de las investigaciones psicológicas lo constituye la asociación de la homosexualidad masculina con el neuroticismo, la inestabilidad emocional o la emocionalidad neurótica.

Debe plantearse el tema de si las puntuaciones de neuroticismo elevadas pueden reflejar la estigmatización o el estrés sociales. Tauss averiguó que el neuroticismo es un factor de predisposición, en cuya ausencia la incidencia de situaciones conflictivas no tenderán a producir neurosis (cuyo neuroticismo elevado, emparejado al conflicto, tenderán a producir síntomas neuróticos) (7). Burt -quien demostró que los episodios neuróticos de años posteriores resultan bastante predecibles según los índices de neuroticismo de la infancia (8) sugiere que las puntuaciones de neuroticismo elevadas indican una personalidad constante desde la niñez. Dos estudios holandeses, efectuados por Zaagsma y van Haasen, respectivamente, confirman el criterio de que los tests de neuroticismo miden una personalidad constante que es relativamente independiente del estrés situacional (9). Por supuesto, las investigaciones sobre la (in)estabilidad emocional de grupos notoriamente estigmatizados por la sociedad tienen que ver con nuestro problema: Bento Maia, quien dirigió un estudio con 120 leprosos brasileños de ambos sexos que viven separados de sus familias y están sometidos al ostracismo social, descubrió puntuaciones de neuroticismo inferiores a las de grupos de neuróticos, pero que no diferían de las de no-neuróticos sanos. La posición social de los leprosos parece ser similar a la de los homosexuales (si bien hasta un extremo mucho más trágico) (10).

Al comparar a los homosexuales de entornos de elevada discriminación social (Estados Unidos) con los de países de discriminación inferior (Dinamarca, Holanda), Weinberg y Williams (11) no descubrieron diferencias en un número de puntos neuroticistas como depresión, dolencias psicosomáticas, ansiedad, etc. Este resultado fue contrario a su hipótesis de que los 'problemas psicológicos' de los homosexuales dimanarían de una falta de aceptación social. Los intentos de los autores por eludir la conclusión de que alguna clase de inestabilidad emocional es inherente a la homosexualidad se descartan en un análisis crítico de Dannecker (1978), un homosexual declarado cuyo juicio a este respecto no es probable que se haya visto influido por un sesgo anti-homosexual. La evidencia actual existente parece corroborar ampliamente la postura de Dannecker: alguna forma de desequilibrio emocional se encuentra ya asociada a la homosexualidad masculina antes de que, en años posteriores, la estigmatización social pueda ejercer su influencia o pueda aumentar el neuroticismo ya presente.

Estudios que hallaron que los homosexuales puntuaban más alto que los heterosexuales en las escalas de neuroticismo

Doidge, w., Holtzman, W. (1960) Implications of homosexuality among Air Force trainees. Journal of Consulting Psychology 24: 212-215.

Dean, R., Richardson, H. (1964) Analysis of MMPI profiles of forty college-educated overt male homosexuals. Journal of Consulting Psychology 28: 483-486.

Braaten, L., Darling, C. (1965) Overt and covert homosexual problems among male college students. Genetic Psychology Monographs 71: 269-310.

Van den Aardweg, G. (1967) Homophilia, neurosis and the compulsion to complain. Amsterdam: Polak, van Gennep.

Oliver, w., Mosher, D. (1967) Psychopathology and guilt in heterosexual and subgroups of homosexual reformatory inmates. Journal of Abnormal Psychology 73, 4: 323-329.

Manosevitz, M. (1970) Early sexual behavior in adult homosexual and heterosexual males. Journal of Abnormal Psychology 76, 3: 369-401.

Manosevitz, M. (1971) Education and MMPI-Mf scores in homosexual and heterosexual males. Journals of Consulting and Clinical Psychology 36: 395-399.

Cattell, R., Morony, J. (1962) The use of 16 PF in distinguishing homosexuals, normals, and general criminals. Journal of Consulting Psychology 26: 531-540.

Evans, R. (1970) Sixteen personality factor questionnaire scores of homosexual men. Journal of Consulting and Clinical Psychology 34, 2: 212-215.

MacCulloch, M. (1971) Homosexual behavior, therapy and assessment. Oxford: Pergamon Press.

Siegelman, M. (1972) Adjustment of male homosexuals and heterosexuals. Archives of Sexual Behaviour 2, 1: 9-25.

Siegelman, M. (1978) Psychological adjustment of homosexual and heterosexual men: A cross-national replication. Archives of Sexual Behavior 7: 1-11.

Verneul-van Mullen, A. (1960) The incidence of so-called homosexual signs in Rorschach. Research reporto U. of Amsterdam.

Loing A Kong, H. (1965) Neurotic instability and homophilia in men. Research reporto Amsterdam: Vrije U.

Sbardelini, E. (1977) Homosexualismo masculino: neuroticismo e fatores psicologicos na infancia (Male homosexuality: Neuroticism and psychological factors in childhood). Research reporto Campinas: Catholic U, of Campinas (solamente este estudio carecía de trascendencia estadística).

(Original inglés: Testing for Neuroticism in Homosexual Men. Traducción: Alberto Caballero)

Notas bibliográficas
1. Lesse, S. (1973), Editorial. American journal of Psychotherapy 27: 151-153.

2. Eysenck, H. (1958) Personality tests 1950-1955 (in Recent Advances in Psychiatry, London: Churchill).

3. Hhooker, E.(1957)The adjustement of the male overt homosexual. Journal ofProjective Techniques 21:18-31.

4. Cattell, R.,Stice, G.(1957) Handbook for the Sixteen Personality Factor Questionaire. Campaing, IL: Institute fot Personality and Ability Testing.

5. Freedman, M (1967) Homosexuality among women and psychological adjustament. Unpublished doctoral dissertation. Western Resserve U. Siegelman, M. (1972) Adjustmen of male homosexuales and heterosexuals. Archivese of Sexual Behavior 2:9-25

6. Schofield, M. (1965) Sociological aspects of homosexuality. London: Longmans, Green.

7. Tauss (1964) Maudsley Personality Iventory, neurosis and stress. Psychological Reports 14:461-462.p.60.

8. Burt, C. (1965) Factiruak studies of personality and their bearing on the work of the teacher.British journal of Educational Psychology 35:368-378.

9. Zaagsma, W.(1970) The influence of situational circumstances on the score of a vague and a clear list of complaints. Research report. U of Amsterdam. Haasen, P. Van (1972) From vague to clear list of complaints. Research report.U.of Amsterdam.

10. Bento Maia, C. (1977) inventario de campinas (Campinas inventory). Research report. Campinas: Catholic U.of Campinas.

11. Weinberg, M., Williams, C. (1974) Male hosexuaLS: Their problems and adaptations. NY: McGraw-Hill.

CUADERNOS DE BIOETICA N° 40
AÑO 1999