DANUTA WALESA
“El mundo está perdiendo los valores sociales”
Es una de esas mujeres que están tras los grandes hombres. Nadie la conocía antes de aquel agosto de 1980, en que Lech, su marido, se puso al frente de la huelga de los astilleros Lenin en Gdansk. Danuta, cuyo verdadero nombre es Miroslawa, se vio envuelta en un torbellino de acontecimientos y su vida no pudo seguir igual.
Hay que reseñar la enorme generosidad con la que vive su vida Danuta. Lech es el protagonista y arrastra tras de sí a su familia, una familia numerosa que le sigue, sacrificándose por unos ideales nobles.
El matrimonio Walesa tiene siete hijos: Bogdan, de diecinueve años; Slawek, de diecisiete; Przenek, quince; Jarka, trece; Magda, once; Ania, nueve, y Victoria, de ocho. La última nació cuando su marido estaba en la cárcel, cuando parecía que el sueño de los astilleros Lenin había fracasado. Danuta, al recordar la detención de su marido, comenta: «Fue el peor momento de mi vida».
Infatigable y sencilla
Danuta y Lech se casaron hace ya veinte años, cuando ella tenía diecinueve y él veintisiete, y según sus propias palabras, pasaron hambre. Hasta 1980 vivieron en un piso de 26 metros cuadrados, con seis hijos.
Todas las dificultades le han hecho muy fuerte ante la vida y no desea más comodidades. Ha afirmado: «No soporto la visión consumista de la vida y creo que el mundo está perdiendo los valores sociales». Las privaciones que sufren en su país no le han hecho plantearse la posibilidad de abandonar Polonia. Llegaron a ofrecerle irse con su marido e hijos y se negó.
Un día cualquiera
Afirma que en su día no hay no hay nada especial. «Lech se levanta a las cinco. Le preparo su desayuno y los bocadillos que se lleva al trabajo. Cuando sale de casa, le siguen dos hombres de la milicia».
Ella prosigue con las tareas normales de un ama de casa, como hacer la compra y limpiar la casa. «Lech sale a las dos de trabajar, pero raramente viene derecho a casa». Cuando llega Lech, ya hay mucha gente esperándole y la habitación más grande de la casa se convierte en despacho donde las agencias de prensa llaman y desde donde se redactan los documentos de Solidaridad.
Mientras, Danuta va a buscar a los chicos al colegio y ya ha dejado la cena lista. «Lech es el que supervisa las tareas de los chavales todas las noches, él los envía a tomar el baño y los lleva a la cama».
Las feministas italianas han alabado su coraje, pero ella responde serena:
«Es el resultado de lo que la vida nos ha traído. Nosotros no decidimos el número de hijos que íbamos a tener y esto es por lo que estamos juntos para lo bueno y para lo malo. ¿Es eso lo que significa coraje?»
Revista MC Familia 325 |
