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La adicción es una enfermedad que cobra cada vez más víctimas entre los adolescentes y jóvenes, en la Argentina y en el mundo.

Publicado el 06/03/2008

Sus consecuencias son devastadoras tanto para los adictos como para el núcleo familiar y social que lo rodea. Las víctimas de este flagelo sufren trastornos que van desde la pérdida de capacidades físicas, intelectuales y sociales hasta la muerte.

La adicción a las drogas es grave, pero tiene cura, altera y afecta el estado anímico y la conducta, con cambios negativos en el comportamiento que llevan al deterioro en las relaciones familiares y sociales. El problema se agrava pues la edad de inicio de consumo en la mayoría de los casos se produce en la adolescencia, una etapa vital caracterizada por ciclos de euforia y depresión y por una creencia en la omnipotencia para manejar las situaciones que la vida presenta. El núcleo del problema de la adicción consiste justamente en la pérdida del manejo de sí mismo.

En nuestros días, el líder se ha transformado en la droga misma, tanto en las ya conocidas como en las que constantemente aparecen con resultados cada vez más devastadores. El adicto que consume drogas no sólo carece de la posibilidad de dominar su consumo sino que ellas terminan dominando su propia conducta.

Adicción es sinónimo de abuso, sea de alcohol, juegos de azar o drogas. Pero en el caso de las drogas el problema se agrava porque el simple consumo de ciertas sustancias genera daños irreversibles que pueden resumirse en un episodio fatal: la sobredosis. La dependencia del adicto hacia una sustancia es una forma de auto-destrucción, que lleva al individuo a robar, mentir y maltratar a seres queridos. Este proceso generalmente lleva a la marginalización del adicto, una etapa en la que se relaciona con personas de distintas edades y cuyo único punto de contacto son las drogas, ya sea para consumirla de manera conjunta o para comprarla a grupos que trabajan en la ilegalidad. Son justamente los seres queridos quienes pueden revertir la adicción con la ayuda de un tratamiento, cambios que le permitan dejar de consumir.

La detección de la adicción por parte de la familia lleva un proceso, pues suele verse al consumo de drogas como algo pasajero o excepcional que va a revertirse con el tiempo. En muchos casos, desgraciadamente el tiempo no hace más que mostrar que el problema aumenta y el adicto se deteriora. Los referentes familiares del joven, con la ayuda de sus buenos amigos, son imprescindibles para poder terminar con la adicción y la finalización de un tratamiento que termine con la misma.

El incremento de las adicciones se debe a varios factores entre los que se encuentra la creciente demanda de adolescentes y jóvenes que buscan experiencias fuera de lo común ante la insatisfacción que sienten en sus vidas. Para transformar la curiosidad juvenil de destructiva a constructiva es necesario trabajar en dos frentes. Por un lado, los profesionales deben conocer los distintos tipos de drogas que ya se consumen y las nuevas que aparecen en el mercado de consumo. Por otro lado, es necesario que los adictos encuentren la posibilidad de realizar actividades constructivas en las que se sean participantes activos.  

Adicción: estado de intoxicación crónica y periódica originada por el consumo repetido de una droga o sustancia, natural o sintética, caracterizada por:

1. Una compulsión a continuar consumiendo por cualquier medio.
2. Una tendencia al aumento de la dosis.
3. Una dependencia psíquica y generalmente física de los efectos.
4. Consecuencias perjudiciales para el individuo y la sociedad.  

Características de la enfermedad  

1 Dificultades para aceptar límites y asumir responsabilidades.
2 Control inadecuado de los impulsos.
3 Dificultad para tolerar y expresar situaciones desagradables.
4 Dificultad para conectarse y expresar sus sentimientos.
5 Incapacidad para llevar a cabo y sostener lo que se propone.
6 Pérdida de la valoración de la vida tanto propia como de los demás.
7 Dejan de lado valores e ideales.  

La Nación