Una joven mujer, española, que sufrió un aborto provocado nos habla de cómo lo vivió.
Cuéntanos como empezó todo
-Lucía Fernández. He tenido dos embarazos. El primero terminó en aborto provocado. El segundo, una niña. Sobre el primero, pues sucedió lo “típico”. Estaba con mi pareja, pasa lo de las relaciones sexuales y quedarse embarazada... y él dice que lo de tener hijos lo dejemos para más adelante, que somos jóvenes. Estábamos ya mal, estábamos muy mal y yo no me imaginaba lo que iba a pasar después...
¿Cómo te enteraste de que estabas embarazada?
-Lucía Fernández. Por la prueba del embarazo. La compré en la farmacia.
¿Y tú querías seguir adelante?
-Lucía Fernández. Yo estaba contenta con mi embarazo pero sabía que él no querría tener al bebé. Él me dijo: “Lucía, que somos jóvenes, hay mucho tiempo”. Añadía otras cosas como diciendo “Si ahora lo tienes te voy a dejar”. Una especie de chantaje, o sea, yo ya no tenía a nadie en quien confiar, de ninguna clase, no tenía amigas, no tenía a nadie, solo a él, y si me dejaba...
Estabas atada a él.
-Lucía Fernández. Sí, económicamente atada, atada y lo quería con locura. Finalmente me convenció, le costó, le costó bastante. Estaba cariñoso, cosa que no estaba nunca.
Quería conseguir que accedieras a abortar, claro.
-Lucía Fernández. Claro, sí, exacto. Él decía que no tenía dinero, estaba todo el día quejándose de que no teníamos medios y en cuanto se enteró de que estaba embarazada, ya tenía el dinero preparado para el aborto.
¿Sabes cuánto costó?
-Lucía Fernández. Pagó él, 240 euros creo (unas 40.000 pesetas).
Y vosotros ¿estabais solos? ¿Él y tú? ¿No había otra gente que te pudiera ayudar para tener al niño?
-Lucía Fernández. No, no, yo estaba sola, no encontré ayuda. Él sí tenía relación con su familia, yo no.
¿Cómo fue el aborto?
-Lucía Fernández. Fui totalmente bebida al aborto… porque no quería hacerlo. Realmente estaba muy presionada… El día que fui me hicieron todo: ecografía, visita del psiquiatra y luego el ginecólogo que me lo hizo. No sé, era como que el médico tenía miedo, me hacía muchas preguntas como “¿Por qué venís a esta clínica?” Parecía que tuviera miedo de estar haciendo el aborto. Creo que era argentino. Nadie me ofreció otras alternativas al aborto ni me contaron lo que iba a sufrir después por ello. He conocido ahora que tenía derecho a conocer las repercusiones y las secuelas que podía tener por ley, pero a mí no me dijeron nada de esto. ¿Por qué?
¿Cuál fue el método abortivo que usaron contigo?
-Lucía Fernández. Me hicieron el aborto con el método de aspiración. Con el aspirador es como si te arrancaran un trozo... es que tú sientes que te están arrancando parte de tu cuerpo. ¡Es horrible!
¿Has tenido tristeza o lo que se llama la depresión del aniversario, es decir, al año de la operación o en la supuesta fecha de nacimiento del niño?
-Lucía Fernández. Empecé a beber alcohol, comencé a encontrarme fatal de ánimo, todo por el aborto. A mí, cuando veo a un niño de unos cuatro o cinco años, pues se me escapan las lágrimas. Es la edad que tendría mi hijo si viviera… Lo del aniversario del aborto y su fecha de nacimiento lo sufro mucho. He tenido un intento de suicidio.
¿Has pasado noches sin dormir con ansiedad?
-Lucía Fernández. Después del aborto he tenido mucha ansiedad, sí.
¿Y cómo acabó la relación con él?
-Lucía Fernández. El otro embarazo fue precisamente por el remordimiento que tenía, buscando, pensando, que iba a reparar. Estábamos muy mal ya. Finalmente dejamos la relación.
¿Con el embarazo de la niña, has tenido sueños de que perdías a la niña o algo relacionado?
-Lucía Fernández. Soñaba que me quitaban a la niña, todos los días soñaba que venía la policía y se la llevaban, que yo no era digna de tenerla. Estuve tomando durante el embarazo somníferos. Cuando nació la niña, ésta tuvo algo de síndrome de abstinencia. Ahora necesito tomar algo más para dormir.
En relación con los médicos, ¿qué nos comentas?
-Lucía Fernández. Tengo pánico a los médicos, ¡ufff!! Para una revisión ginecológica, al final ha tenido que ser una mujer ¡una mujer! Pero sólo porque era una mujer, era incapaz de que me viera un hombre después del aborto.
¿Tú eras una persona religiosa?
-Lucía Fernández. No, no lo era. Era atea. Yo era muy “feminista” y lo veía sólo desde el punto de vista de la mujer. Un punto de vista falso e imparcial. Ahora no, ahora veo al niño.
El aborto que cometí no quiero intentar olvidarlo, es una cosa que está ahí y la asumo. Es que no quiero quitarle la importancia que tiene. Es como quien mata a alguien y con estar cuatro años en la cárcel ya está todo bien. Uno tiene que reparar y seguir mirando hacia delante, pero asumir que ha hecho cosas mal. El aborto es algo muy malo para la mujer.
Yo creo que fui responsable de este error pero tuve un margen de elección muy pequeño: cuando lo veo ahora… creo que realmente no tuve la suficiente libertad como para poder elegir lo mejor para mí. No había tiempo que perder y con tanta presión de mi pareja… y la falta de ayuda de los médicos de esas clínicas abortistas… Cuando me vieron que fui a abortar totalmente borracha debían haberse dado cuenta de que no quería realmente hacerlo. Pero esos médicos mataron a mi hijo y me hicieron cómplice de algo horrible… cosa de la cual me arrepiento y le pido a todo el mundo que no dejen que se siga haciendo.
El aborto no soluciona nada, es otro problema más y encima, han hecho un negocio conmigo y con mi difunto hijo.
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