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Otros testimonios

Testimonio de "Rivanolito"


Rivanolito es el sobrenombre por el cual muchos conocen a este joven de 15 años en un gran hospital de Cuba. Se trata de un joven común y corriente, excepto por el detalle de su sobrenombre.

Ocurrió que la madre de este joven tenía más de 35 años de edad e hijos ya mayores cuando tuvo este embarazo. Por todo esto, y por la posibilidad de que el niño presentara alguna malformación congénita u otra anomalía como el Síndrome de Down, el médico aconsejó el aborto. Fue así que la madre decidió someterse al Rivanol, un método de interrupción tardía del embarazo que consiste en administrar a la embarazada, a través del cuello del útero mediante una sonda, una sustancia de color amarillo mostaza llamada Rivanol, la cual produce fuertes contracciones y provoca la expulsión del niño fuera del claustro materno. Con frecuencia este nace vivo y llorando.

Pero sucedió que el día que esta señora fue sometida al método, la enfermera habitual de esa sala no fue a trabajar y en su lugar se encontraba otra que no tenía experiencia en esta clase de trabajo. Fue así que cuando la enfermera vio que la mujer expulsó "el producto de la concepción" (que es como en ese medio se les llama a los niños abortados) y escuchó su llanto, no hizo lo habitual en estos casos, que es abandonar al niño para que por su inmadurez pulmonar muera rápidamente. Enternecida por su llanto, corrió con él en brazos al Departamento de Cuidados Intensivos de Neonatología donde, se encontraba de guardia un médico que dio al niño el tratamiento adecuado.

Rivanolito es hoy un adolescente que asiste a la escuela secundaria, sólo padece asma en grado leve y continúa atendiéndose con el médico que le salvó de la muerte.

Fuente: La persona que dio este testimonio prefiere mantenerse en el anonimato.

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Patricia Case

Hace 45 años, los padres de Patricia querían divorciarse, según la ley para poder hacerlo debían estar un año completo separados físicamente, antes de que se les concediera el divorcio. Poco antes de cumplirse el plazo, aquella mujer quedó embarazada, con lo que resultaba imposible demostrar el año de separación total.

Patricia: "Trató de abortarme.... varias veces, porque ella no me quería, yo era un obstáculo para su divorcio."

Después del tercer intento fallido, Patricia nació y fue adoptada. Llevó una vida normal junto a su familia hasta 1985, cuando por una larga pero inexplicable sensación de rechazo intentó suicidarse.

Patricia: "En la etapa de mi rehabilitación, hablé con mi madre adoptiva sobre las cosas que estábamos tratando con mi terapeuta y entonces fue cuando me habló de los intentos de aborto. Me dijo que cuando era pequeña yo rechazaba a la gente, no me dejaba abrazar, ni acariciar. Creo firmemente que muchos de mis problemas tienen que ver con el rechazo que sentía de mi madre biológica, mientras yo estaba en su vientre."

Después de su experiencia, Patricia llegó a la conclusión de que ningún problema es en realidad demasiado grande, como la larga cesantía de su esposo que les obliga a trabajar en cualquier cosa, incluso los domingos; ni la angustia de muchas mujeres como su madre.

Patricia: "Si todos los niños que se abortan en los Estados Unidos en un año fueran entregados en adopción, todavía quedarían 500,000 parejas en espera."

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Sobreviviente de un aborto de succión y curetaje
Heidi Huffman

A Tina, la madre de Heidi, le dijeron que su vida sería un desastre si tenía un bebé a los 17 años. No le dieron ninguna otra opción fuera del aborto.

Cuando el aparato de succión empezó a funcionar, Tina recuerda que su cuerpo comenzó a temblar. Sentía que le arrancaban las entrañas. Le dijo a la enfermera: "¡Me estoy muriendo!". El abortista respondió: "Vacíe la vejiga".

Luego vino la cureta, un cuhillo curvo que se usa para raspar el útero y sacar los restos del bebé por nacer. Una vez que pensaron que el aborto estaba terminado, la sorprendida enfermera le dijo a Tina: "No estás sangrando". Luego le dio antibióticos y la envió a su casa.

Después de dos meses de estar enferma, Tina le informó a su médico de cabecera acerca del aborto. El médico la examinó cuidadosamente y le dijo que el aborto había fracasado.

Debido a las complicaciones, el médico le practicó una cesárea de emergencia a las 38 semanas y como resultado nació una bella niña que pesaba 3 libras y 3 onzas y que medía 15 pulgadas de largo. El médico de Tina le puso el nombre de "la bebé milagro".

Hoy Heidi es una bella adolescente llena de energía, a quien le gustan las fiestas y comer pizza. Sin embargo, también es capaz de hablar con serenidad ante concurridas audiencias a través de los Estados Unidos. Junto a su madre, también pasa muchas horas ante las clínicas de aborto, pidiendo encarecidamente a las mujeres que no entren a estos centros de matanza donde, durante los últimos 20 años, se han destruido la vida de más de 30 millones de bebés en los Estados Unidos.

Fuente: "Heidi Huffman. She Survived a Suction Curettage Abortion."
Hispanics for Life, P.O. Box 9086, Torrance, CA 90501, (310) 549-4182.


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"Destinada a nacer"

Como voluntaria de la organización Birthright ("Derecho a Nacer"), que ayuda a las mujeres embarazadas en situaciones críticas, había realizado cientos de pruebas de embarazo en adolescentes. Pero cuando tuve que hacérsela a mi propia hija, Kristen, de 17 años, tenía un nudo en la garganta. El examen dió positivo y mi hija comenzó a llorar.

Durante los próximos días utilicé toda mi experiencia para aconsejar a Kristen. Le dije que la ayudaríamos con el bebé, pero no con el aborto. Me dijo que no se practicaría el aborto, que quizás la adopción era lo mejor en su caso.

Pero luego su comportamiento empezó a cambiar. Se volvió callada y distante. Yo sabía que alguien estaba tratando de hacerle cambiar de decisión y tenía que saber quién era. Pronto me enteré.

Resultó ser que mi hija, aconsejada por una "amiga", había llamado a Planned Parenthood (Paternidad Planificada) [la filial de la IPPF en EE.UU., la organización más abortista del mundo]. Allí le dijeron que ella era lo suficientemente grande como para tomar sus propias decisiones, que un bebé cambiaría su vida para siempre, que ellos la "apoyarían" y, lo peor de todo, que en todo caso no necesitaba el consentimiento de sus padres.

Kristen decidió entonces practicarse el aborto. El día de la cita salió de la casa en silencio, retraída y con la mirada vacía. Nuestro hogar parecía una tumba.

Cuatro semanas después, regresó histérica de su chequeo en la oficina de Paternidad Planificada. Le dijeron que todavía estaba embarazada. El aborto había fracaso. Sus "amigos" de Paternidad Planificada estaban atemorizados e intentaron darle una cita para otro aborto, pero Kristen se fue corriendo y regresó a casa.

Yo misma intenté hablar con el personal de Paternidad Planificada, pero nadie quiso atenderme.

Luego fuimos a un ginecólogo para comprobar el estado del bebé. Era una niña. Mi hija me dijo: "Escuché los latidos de su corazón. ¡Esta viva!". La vimos moverse por medio del ultrasonido, parecía estar perfectamente bien. Pero luego el médico, muy serio, nos dijo que la bebé tenía varias anormalidades y le preguntó a Kristen si quería continuar con el embarazo. Ella le contestó firmemente que sí. ¡Este hombre también quería ver a mi nieta muerta!

Luego fuimos a un ginecólogo, que, gratamente sorprendido nos dijo: "Esta bebita estaba destinada a nacer". Y efectivamente, Lauren nació pesando seis libras y en perfecto estado. Cuando contemplé su rostro por primera vez me vino a la mente una canción que dice: "Tu sufriste al morir, compartamos ese dolor; luego, desafiando la muerte, seguiremos vivos en la Resurrección".

Fuente: Testimonio de Pat Pulliam, "Lauren Pulliam: 'Meant to Be'",
HLI Reports (marzo de 1992): 8-9.


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Sobrevivió el aborto y las mentiras de los abortistas

Cuando Maggie Muñoz se dio cuenta de que estaba embarazada, creyó que su única opción era el aborto; era una madre soltera con cuatro hijos. Sus amigos y familiares le dijeron que ya tenía demasiados hijos y que el aborto era la "solución" adecuada.

El ultrasonido reveló que tenía once semanas y media de embarazo. Le practicaron un aborto de dilatación y curetaje (D&C) y regresó a casa sintiéndose enferma y deprimida.

Dos semanas después una empleada de la clínica de abortos llamó a Maggie y le dijo que el informe del patólogo indicaba que no todo le había sido retirado del útero durante el aborto. Regresó a la clínica y la empleada hizo otro examen de ultrasonido que mostró una bebé en el útero, ¡todavía con vida! Pero la empleada le mintió a Maggie diciéndole que lo que había en el útero era sólo "tejido retenido". Le dieron una cita para la siguiente semana para un segundo aborto. Pero Maggie ya no confiaba en el personal de la clínica y decidió ir a su propio ginecólogo. Éste le hizo otra prueba de ultrasonido, ¡y le mostró a Maggie su bebita de 15 semanas!

La bebé nació el 18 de mayo de 1992, completamente saludable y en perfecto estado.

Fuente: Adaptación de un artículo publicado
en el boletín del Right to Life League of Southern California (otoño de 1992).


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"Cada uno tiene su propia razón de ser...
no importa el ambiente ni las circunstancias en que fue engendrado."

Iván Solórzano

La mamá de Iván, Nubia Ovando Chávez, que hoy tiene 48 años, fue violada por su jefe, un abogado de edad madura, hace 26 años. De esa violación quedó embarazada.

Su familia la maltrató y la obligó a someterse a un aborto. Incluso, la hacían dormir en el suelo. La sometieron a maniobras abortivas cuando estaba muy próxima al cuarto mes de gestación. Sin embargo, no lograron que se produjera el aborto. En ese intervalo, Nubia sintió los primeros movimientos de su bebé y no permitió una ulterior intervención, pues desde ese momento amaba al niño profundamente. Decidió tener a su hijo a pesar del repudio de su familia y, estando embarazada, se casó con su novio, quien aceptó sus circunstancias y reconoció al niño como suyo, dándole su apellido.

Iván Solórzano Ovando nació el 26 de noviembre de 1966. Tenía una lesión en la pierna izquierda que la madre atribuye a los intentos abortivos, lesión que requirió cirugía ortopédica cuando tuvo dos años de edad. Nubia todavía sufre por ello, pues Iván quedó cojeando de esa pierna. Posteriormente Nubia tuvo seis hijos más, pero dice que Iván es el que está más cerca de su corazón.

Cuando Iván cumplió los 17 años, Nubia le contó su historia. El muchacho quedó profundamente impresionado y confuso. Experimentó un rechazo hacia su madre, al mismo tiempo que se negaba a creer que estuvo a punto de ser abortado. Desde entonces empeoró su relación familiar y discutía con su madre cuando ésta trataba de orientarlo, preguntándole por qué se preocupaba tanto por él en ese momento cuando en el pasado intentó abortarlo. Hoy en día ha mejorado bastante su relación con ella.

Iván piensa que "cada uno tiene su propia razón de ser y que cada ser humano tiene el derecho a la vida, no importando el ambiente ni las circunstancias en que cada cual ha sido engendrado".

A Iván le impresionó mucho la película sobre el aborto "El grito silencioso". Es contrario al aborto y está dispuesto a luchar por la vida. Piensa que cada ser humano debe ser responsable de sus acciones, para que después no tenga que lamentar una tragedia.

Fuente: Información suministrada por el Dr. Rafael Cabrera Artola,
Coordinador de la filial de Vida Humana Internacional en Nicaragua, 1o de abril de 1992.


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"Todavía busco el amor de mi madre."
Imre Teglasy en el Primer Congreso de Sobrevivientes del Holocausto del Aborto, en Ottawa, Canadá.

Mi padre fue declarado "de la clase enemiga" por el nuevo régimen comunista que azotó Hungría después de la II Guerra Mundial. Su casa fue saqueada y lo expulsaron de Budapest, junto a su mujer y a sus dos hijos. Lo enviaron a Puszta, la Gran Planicie Húngara, donde los obligaron a permanecer. Mi padre apenas pudo conseguir un empleo y como resultado él y su familia pasaron mucha hambre y necesidad.

En esta triste situación su esposa se dio cuenta de que estaba embarazada. Mi padre trató de defenderme, pero mi madre no quería que viniera al mundo. Aprovechando la ausencia de mi padre, mi madre trató de abortarme en casa de varias maneras, la última de ellas fue utilizando píldoras de quinina, pero la dosis no fue lo suficientemente efectiva y yo llegué a nacer.

Once años después me enteré de todo esto fortuitamente a través de una conversación entre un familiar y mi padre (quien para entonces se había divorciado de mi madre precisamente por causa del intento de aborto). Lloré toda la noche y no me podía explicar por qué mi madre quiso abortarme.

Actualmente tengo 40 años y soy uno de los editores del boletín de la Sociedad para Salvar a los Niños por Nacer en Budapest. Pero todavía no encuentro una respuesta de por qué mi madre quiso abortarme. Todavía me pregunto dónde está mi madre y cómo puedo amarla. Necesito su amor mientras viva.


Fuente: Testimonio de Imre Teglasy en el Primer Congreso de Sobrevivientes del Holocausto del Aborto, del 29 de abril al 3 de mayo de 1992, en Ottawa, Canadá, organizado por Human Life International.


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"Nunca hubiese creído lo que me dijo, si no fuera porque lo oí de sus propios labios."

Cuando fui a visitar a mi madre enferma nunca imaginé que recibiría la sorpresa de mi vida. Durante la visita hablamos sobre los embarazos y el aborto. Le dije a mamá que no culpaba tanto a las mujeres que se practicaban abortos como a los abortistas, ya que ellas no sabían lo que hacían ni a dónde ir, ni tampoco que había personas y grupos dispuestos a ayudarlas. Mi madre me dijo que estaba de acuerdo conmigo, luego me contó que ella misma había intentado abortarme.

Me explicó que cuando estaba embarazada de mí tenía mucho miedo. Era la época de la depresión en EE.UU., todo escaseaba. Me contó que ella misma se provocó el aborto y consiguió abortar a mi hermano gemelo Desde entonces me esfuerzo más por impedir la matanza legal de los bebés por nacer.


Fuente: Testimonio de June Bustos durante el Primer Congreso de Sobrevivientes del Holocausto del Aborto, del 29 de abril al 3 de mayo de 1992, en Ottawa, Canadá.


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Nace "bebé milagro" de madre sometida a aborto químico en EE.UU.

Miami, 16 de mayo, 01 (ACI).- Una joven de 19 años del estado de la Florida celebró un inesperado pero feliz Día de la Madre el domingo pasado cuando nació su hija sana, pese a habérsele inyectado el abortivo químico methotrexate en una clínica de abortos.

El diario St. Petersburg Times del norte de la Florida informó del sorprendente nacimiento de la "bebé milagro", Alexandria Nicole Saia, nacida el 5 de abril.

Cuando tenía 18 años, Nicole Saia descubrió que estaba embarazada y fue inmediatamente presionada por el enamorado para someterse a un aborto. "Cuando fui a la clínica abortista -cuenta Nicole- hablé con la consejera. Yo estaba llorando y le dije que no quería hacerlo y que no estaba preparada para ello; pero ella le dijo al doctor que yo estaba bien y que debía seguir con el procedimiento".

Sin embargo, dos días después de habérsele inyectado la methotrexate -un agente químico mortal para el bebé en formación- Nicole cambió de idea y le contó a sus padres de su decisión.

"Al día siguiente, Nicole llamó a la clínica de aborto para averiguar qué hacer, pero ellos le dijeron que el embrión ya estaba muerto y no había nada que hacer", sigue relatando Joan. "Luego llamó a la farmacia para preguntar sobre los efectos del fármaco y le dijeron que el bebé podía estar todavía vivo, pero con serias deformidades".

El Dr. Steven Roth, un especialista del Genesis Women's Center en Inverness, a quien Nicole y su familia recurrieron, decidió intervenir en el caso, pero le preguntó a Nicole si estaba realmente dispuesta a hacer todo lo posible por salvar al bebé.

Ante la enfática respuesta afirmativa, el galeno trató a Nicole con Leukovorin, un fármaco que se utiliza en tratamiento de cáncer para contrarrestar el efecto destructivo de la quimioterapia. El tratamiento no sólo permitió salvarle la vida de la bebé, sino, milagrosamente, prevenir cualquier malformación.

El Dr. Roth, ha coincidido con Nicole y su familia que el nacimiento normal de la niña es un milagro. "Nunca en mi vida había recetado Leukovorin. Tuve que llamar a un especialista amigo para averiguar la dosis", dijo el Dr. Roth, quien describió a Nicole como una mujer muy valiente por su cambio de decisión.

Nicole, quien próximamente concluirá su bachillerato en administración de empresas en la Universidad de Saint Leo, dice que no es nada fácil ser una madre soltera. A pesar de la asistencia de sus padres y su hermana menor, y con la ayuda de su abuela, que vive en la casa contigua, descubre que "es muy difícil criar a un bebé a esta edad, pronto debo regresar a trabajar y sigo con el temor de que algo salga mal".

"Sin embargo -agrega Nicole- "no cambiaría a mi hija por nada del mundo. Toda mi familia ha sido maravillosa, además del apoyo que he recibido desde fuera. El "Life Choice Care Center", me ayudó emocionalmente a lo largo de mi embarazo. Mi universidad también. No podría haber deseado una familia mejor o una mejor red de apoyo".

Texto tomado de ACI Digital

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La mano de Chemita

Testimonio espontáneo y muy sencillo de alguien joven que cuenta con toda franqueza su experiencia en una guardia hospitalaria.

Hola. pues este es un lado de mi que pocos conocen pero pensé que ustedes entenderían lo especial del caso...

Esta foto es de Chemita.... El sábado antepasado estaba de guardia en la Cruz Roja y llegó una niña de 17 años que seguro se había tomado algo para abortar... y dio a luz a este bebé... (no les pongo las demás fotos para que los que no son médicos no se traumen). El caso es que un amigo y yo nos quedamos cuidándolo las pocas horas que vivió... Chequeen el tamaño de sus manitas por favor... (la mano de abajo es la mía). La mamá tenía apenas ¡¡¡cuatro meses de embarazo!!! pero él ya estaba perfectamente bien formadito... uñitas, deditos, orejitas, boquita, todo...

El caso y lo padre de la situación fue que como ni siquiera lo pudimos intubar (no había cánulas tan chiquitas ... además le podíamos tronar los pulmoncitos) entonces tuvimos que quedarnos junto a el todo el tiempo calentándolo con sábanas y lámparas y echándole aire por la boquita... Llegó un momento en que nos quedamos maravillados de la fuerza que tenía ese bebé... Créanme que cuando veíamos que su corazoncito empezaba a fallar, dejábamos de darle respiraciones para que no sufriera más... y en el momento en que le quitábamos el aire, el ritmo cardíaco volvía a subir...

¡¡¡IMPRESIONANTE!!!! Nos trajo así casi 4 horas. Pero no podíamos dejar que alguien así, que había luchado tanto, se fuera sin un nombre, como si no hubiera pisado este mundo..., le pusimos Jose María... Chemita pa' los cuates...

Cuando murio, (debo confesar que lloré muchísimo) me puse a pensar en todo lo que era vivir, en todo lo que él luchó, Y caray... ¡¡¡vivió 4 horas!!! y yo a mis 21 casi 22 no he hecho un pepino.

El sábado fui con unos niños de prepa y secundaria y les puse la foto, les expliqué lo mismo que les digo a ustedes, etc... Y créanme... chequeen la cantidad de vidas (la mía, la de mi familia, mis amigos, los doctores y enfermeras de la Cruz, los chavos del sábado y ahora ustedes...) en las que ha influido chemita... ¡¡¡en 4 horas de vida!!!!

Ya quisiéramos muchos esas ansias de luchar por lo que queremos, por vivir... Pero la neta es que lo vemos como algo de todos los días, como algo que siempre pasa... y ya se nos hizo costumbre respirar, despertarnos, y no vemos lo increíble y la dicha que tenemos de poder cambiar a diario este mundo, hacer algo bueno por alguien...

IMAGINENSE LAS ENORMES GANAS QUE TENIA ESE CHIQUITO DE SOBREVIVIR.. Así que neto, luchen a diario por lo que quieren y acuérdense de esto en las mañanas y cuando tengamos más flojera que nunca...

Se me hizo padre contarles esta experiencia, creo que vale muchísimo la pena... y pues si quieren o así... denle forward... a ver en cuantas vidas puede seguir influyendo alguien que vivió ¡¡¡4 horas!...

Nota: Este texto fue tomado de Novedades Fluvium www.fluvium.org