NINOSKA MORAL MERINO. Estudiante, pintora y tetrapléjica
Diario de Navarra. Entrevista de Edurne Elío. Martes 4 de Mayo de 1999
Ha demostrado que un accidente de tráfico a los 12 años no es capaz de cortar toda una vida. En su silla de ruedas, Ninoska Moral ha emprendido con éxito la carrera de Periodismo y, desde hace unos días, vende sus dibujos para ayudar a los refugiados de Kosovo.
Cualquiera que la ve sabe que disfruta de la vida
No hay que buscar un significado oculto en sus dibujos. Sólo son eso, simples dibujos de Mortadelo y Filemón, personas o bodegones hechos con el ordenador. Pero son la expresión de una persona que no puede dibujar con las manos, que no siente su cuerpo desde el cuello hasta los pies, y que no se rinde.
Cuando Ninoska Moral Merino tenía ocho años, le encantaba pintar con témpera y óleo. Después de que un accidente de tráfico la dejase tetrapléjica, ha tenido que renunciar a la témpera, al lápiz y al papel. Pero a nada más. A sus 23 años, estudia 2º de Periodismo, aprueba todo lo que se proponga y sigue dibujando. 'El truco está en dejar pasar un día malo y esperar a que el siguiente sea mejor. Nadie puede tirar la toalla después de todo lo que ha conseguido, no tendría ningún sentido', apunta Ninoska.
El tesoro de su boca
Ninoska camina con su boca. Con ella dirige su silla de ruedas, con ella maneja el ordenador a través de un ratón especial y con ella sigue adelante.
Sin miedo a la vida: sus estudios
Dice su padre, Dionisio Moral de Pablo, que a Ninoska se le paran las pilas y se acabó. Son las baterías del marcapasos diafragmático que le hacen seguir respirando. 'Por dentro tiene tantos cables que parece una central de teléfonos', asegura. Después de la muerte de la madre de Ninoska, a Dionisio y a Eduardo, el único hermano, les ha tocado el difícil papel de ser médicos, informáticos y periodistas. 'Es complicado porque no se la puede dejar ni un segundo sola. Ninoska nos necesita para levantarla de la cama, para darle de comer, para pasarle las hojas de los libros o simplemente para cuidar que está bien', comenta el padre.
A Ninoska no le parece que su vida sea tan complicada. Dice que es más lenta, más costosa y esforzada, pero nada más. 'Si tú estuvieses "tetra", harías lo mismo. Todo el mundo te ve desde fuera, se compadece de ti y te alaba por lo que haces. Creen que es una hazaña, pero es lo normal. Es vivir y no perderte la vida viendo pasar las agujas del reloj. Hay personas que estudian con más dificultades que yo', afirma.
-- Dicen que es una buena estudiante.
-- Periodismo no es difícil. En primero saqué todo bien y éste año, de momento, también he aprobado todo. Aunque seguramente dejaré una asignatura para septiembre, porque prefiero ir poco a poco y hacerlo mejor.
-- ¿No tenía miedo a comenzar esta carrera?
-- No. Siempre te encuentras con alguna sorpresa, pero todo se salva. Simplemente hace falta voluntad, empeño y también estudiar mucho.
-- ¿Nunca se cansa?
-- Sí, muchas veces. Pero bueno, pasa la noche y amanece un día nuevo. No puedes tirar la toalla después de todo lo que has conseguido. Nadie puede decir nunca que lo deja todo porque no se encuentra bien. No.
-- Tampoco debe ser tan fácil. ¿De dónde saca las fuerzas?
-- Cuando estoy mal, echo la vista atrás, justo al momento en que me atropelló el coche y pienso en todas las cosas que he superado, en toda la gente que se ha sacrificado por mí, en especial mi madre, y ahora mi padre y mi hermano... Son muchas cosas que merecen la pena y no les puedo fallar. Y también lo hago por mí misma, porque sé que nunca voy a poder subir al Himalaya ni trabajar como una periodista normal, pero bueno, podré hacer muchas otras cosas.
-- ¿Cuál es su sueño?, ¿hasta dónde le gustaría llegar?
-- Claro que tengo mi sueño y mis metas, pero no son algo por las que pueda luchar y conseguir por mí misma. Mi vida depende, depende de que haya personas que confíen en mí y en mis capacidades, depende de que un empresario me considere una persona válida para trabajar, depende de que siga adelante... Todo depende.
Gracias al ordenador
El ordenador se ha convertido en su mejor aliado. Con un ratón bucal, Ninoska navega por Internet, escribe y dibuja. Con su ordenador ayudará también a los refugiados de Kosovo.
Pintando para Kosovo
En poco más de cuatro días, Ninoska ha conseguido vender los 24 dibujos expuestos en el edificio de Ciencias Sociales de la Universidad de Navarra. Sus obras permanecerán en el campus hasta el 15 de mayo, pero las 120.000 pesetas recaudadas viajarán pronto hacia Kosovo.
El ordenador es la mano derecha de Ninoska. Desde los 14 años, comparte con él sus apuntes, sus secretos y sus aficiones. Es sólo una máquina pero para ella significa tener libertad. 'Antes no sabía hasta dónde podía llegar, no sabía si algún día podría escribir. Y ahora toco música, escribo, dibujo... Con el ordenador no me siento tan limitada. No te da total libertad porque no puedo ser yo misma, pero sí cierta independencia para poder expresarme', dice Ninoska.
Las barreras mentales
El ordenador también puede ser el futuro de la periodista. El desarrollo de las nuevas tecnologías y del teletrabajo mantienen la esperanza de Ninoska de poder trabajar desde el ordenador de su casa. 'Estudiar es medianamente fácil y cómodo, pero otra cosa es dar el salto a la vida real. Allí nada es fácil para los minusválidos. Cada vez hay menos barreras arquitectónicas pero todavía quedan barreras mentales y personas como yo estamos en desigualdad de oportunidades', asegura. |