Pasatiempos

Artes Plásticas

El arte y el hombre son indisociables. No hay arte sin hombre, pero quizá tampoco hombre, sin arte. Si el arte y el hombre son indisociables y la cultura se instituye como portavoz del arte, se podría decir, entonces, que hombre, arte y cultura conforman una indiscutible tríada indisociable.
El arte no imita a la naturaleza, sino que la completa, manifestando lo que la naturaleza por sí misma, no puede elaborar. Podría considerarse a la naturaleza como una base sobre la cual el ser humano, a través del proceso artístico, producirá una obra estética. El arte humano es una continuación de la actividad creadora de Dios, a través del genio.
El arte es al mismo tiempo un acontecimiento personal, social y universal. Es un hecho personal del individuo que crea su obra a partir de sus ideas e inquietudes. Es un acontecimiento social por la incidencia que el medio tiene sobre su creación y que esa creación puede llegar a tener sobre el medio.
Desde la perspectiva tradicional, el arte se define como cualquier actividad realizada por el ser humano con fines estéticos, a través de los cuales se expresan ideas, emociones o, en general, una visión particularizada del mundo. Y para ello, se utilizan diversos recursos, como puedan ser: plásticos, lingüísticos, visuales, sonoros, etc.
La palabra “arte” viene del latín ars, artis, el término se refiere a la habilidad, virtud o disposición para hacer algo. Los griegos y los romanos no tuvieron una concepción de lo que nosotros llamamos arte como algo diferente de la artesanía. Durante la Edad Media el significado de la palabra “arte” se relacionó con cualquier forma especial de aprendizaje: gramática, lógica, astrología etc.  Durante el Renacimiento es posible identificar algunos artistas que rompen los límites entre “arte” y ciencia, aprovechando sus procedimientos técnicos para comprender la realidad, pero esos personajes todavía se consideraban a sí mismos como artesanos. En el siglo XVIII, las concepciones de la estética y la técnica empezaron a separarse y como consecuencia de ese proceso, a finales del este siglo ya se había establecido una clasificación que apartaba a las Bellas Artes de las Artes útiles. Sin embargo, es importante tener presente que esa clasificación incluía una disciplina y excluía otras de lo que hoy consideramos dentro de las artes plásticas propiamente dichas.
Se puede hablar de artes útiles o nobles: las primeras son las que están encaminadas a proporcionar utilidad o comodidad y cuya práctica conlleva la realización de un oficio artesanal. A estas artes también se les ha llamado artes menores, tales como, la cerámica, herrería, orfebrería, tapicería, ebanistería, repujado, mosaico, etc. Las segundas corresponden a aquellas artes en las que se privilegia la búsqueda de valores estéticos, sin atender a la utilidad, conocidas como “Bellas Artes” o artes mayores, como la pintura, escultura, arquitectura, música, literatura, danza, teatro, ópera.
Atendiendo al sentido con el que son percibidas, las Bellas Artes también se han clasificado según distintos criterios: artes del oído (música y poesía), artes de la vista (arquitectura, pintura, escultura y dibujo) y artes mixtas (danza, teatro y ópera). De acuerdo con el grado de imitación que hagan de la naturaleza se han pensado como: esencialmente creadoras (arquitectura, música y poesía), esencialmente imitadoras (escultura y pintura), y artes que participan del afán creador y del imitador (danza, teatro y opera). Otra clasificación se basa en el material con que se lleva a cabo la expresión: espirituales, las que no dependen de la utilización de la materia (música y literatura); y materiales, las que dependen de un material palpable (pintura, escultura y arquitectura). También se han clasificado en artes del sonido (música), artes del lenguaje (literatura) y artes del dibujo (pintura, escultura y arquitectura). Además, una opción de clasificación para las artes, muy difundida en la actualidad: artes musicales (música, canto y ópera), artes plásticas (arquitectura, pintura y escultura), literarias (poesía) y complejas (danza, drama, comedia, cine...).
Cuando hablamos de artes plásticas, nos referimos a las técnicas de elaboración de obras de arte en las cuales se utilizan materiales y elementos susceptibles de ser moldeados, modificados o transformados por el artista, que le sirven de materia prima para expresar su perspectiva, imaginación o visión específica de lo real.
La palabra “plástica” viene del latín: plastica, y se refiere a la acción de plasmar o formar cosas con materiales maleables. Sirve para agrupar algunas disciplinas dentro de las Bellas Artes que implican la manipulación o transformación de materiales como pinturas, arcillas, yesos etc. Así, se consideran artes plásticas a la pintura, la escultura, el dibujo, la arquitectura, el grabado, la cerámica, la orfebrería, artesanía y pintura mural. Así las cosas, podemos relacionar la expresión “Artes plásticas” con un grupo de medios, técnicas y conocimientos de los cuales se vale el “maestro en artes” para sustentar y materializar sus propuestas.
En la actualidad, se consideran dentro de las artes plásticas algunos procedimientos técnicos que se han desarrollado en el campo de la producción y manipulación de imágenes, y algunas propuestas interdisciplinarias que incluyen intervenciones espaciales o acciones. Entre estos medios contemporáneos se cuenta la fotografía, el vídeo, las instalaciones, los performances, las imágenes digitales entre otros.
Las artes plásticas por medio de sus técnicas han plasmado la creatividad que todos de una u otra manera poseemos, para formar combinaciones, relacionar o reestructurar elementos conocidos, con el fin de alcanzar resultados, ideas o productos originales y relevantes, pudiendo expresar en ellos sentimientos, pensamientos y emociones. Esta creatividad nos ayuda a ejercitar la flexibilidad, innovación, originalidad, espontaneidad, habilidades que ayudan al desarrollo íntegro.
Es muy usual que los artistas plásticos, sobre todo en la exploración temprana de su talento, se avoquen a diversas disciplinas plásticas al mismo tiempo, ya que las artes plásticas parten de principios y aspectos comunes entre sí, como lo pueden ser la forma, la textura, el color o, inclusive, el movimiento.
Las artes plásticas ocupan actualmente uno de los principales rubros artísticos de los museos, y son, junto con las artes escénicas, la literatura, el cine, la música y la fotografía, las máximas expresiones contemporáneas del arte.

Características de las artes plásticas
Ley de la buena forma: es uno de los principios básicos de la teoría de la percepción y establece que el cerebro prefiere formas regulares y simétricas con sus contornos delimitados y cerrados.
Ley de la figura y fondo: el cerebro establece una jerarquía para definir en primer lugar figuras reconocibles y en segundo lugar un fondo.
Ley de la organización: el cerebro automáticamente al enfrentarse a un grupo de figuras las organiza de acuerdo a su tamaño, forma, color, perspectiva, profundidad, etc., debido a que prefiere formas estructurales organizadas y estables.
Ley de cierre: el cerebro naturalmente prefiere las formas cerradas y delimitadas. Si vemos una figura que no está cerrada, nuestro cerebro de forma inconsciente proyectará ese cierre, de tal manera que la figura quedará completa.
Ley del contraste: cuando el cerebro analiza una figura, su posición en el espacio influirá en la percepción del resto de objetos que rodean esa figura.
Ley de la proximidad: si vemos diferentes figuras en un plano, el cerebro tenderá a agrupar las figuras que se encuentren más próximas entre sí.

Conceptos formales básicos en el lenguaje visual
En el lenguaje visual existen unas unidades mínimas de representación a partir de las cuales se generan todas las composiciones posibles.
El punto: Es la unidad mínima de comunicación visual a partir de la cual se derivan las demás. En las artes plásticas supone el contacto directo entre el material y el soporte y se define por el contraste visual que se establece entre estos dos elementos. Un único punto de forma aislada llama poderosamente la atención de la mirada. Dos puntos sugieren al espectador una conexión entre los mismos, se crea una asociación psicológica entre elementos iguales e intuitivamente buscamos su unión a través de la línea. Si a esos dos puntos les añadimos un tercero, esa unión que mentalmente establecemos entre ellos supone la configuración de un plano. Un mayor número de puntos sobre una superficie genera formas que, aunque incompletas, nuestra mente se encarga de configurar. Este principio se emplea en artes gráficas para provocar la sensación de distintos tonos y colores.
La línea: La trayectoria generada en el desplazamiento del punto genera la línea. Como tal, es la unidad básica de representación del dibujo y gracias a su flexibilidad se puede representar prácticamente cualquier concepto. Ya sea geométrica u orgánica, sensible o valorativa, supone la forma más directa de generar una representación. Si varias líneas paralelas se superponen en sucesivas capas con distinto ángulo, se genera la sensación de diferentes tonos, de forma similar a lo que ocurre con el punto, creando tramas.
Contorno y forma: El contorno es producido por una o varias líneas que limitan una figura o forma. La forma, por tanto, es inherente al contorno, y viceversa. Existen tres contornos básicos: el cuadrado, el círculo y el triángulo, y es a partir de su variación como se producen infinidad de nuevas formas.
Dirección: La dirección es el sentido que siguen las formas en relación a nuestra percepción visual. Está determinada por otras cosas, como la atracción que el peso del resto de elementos vecinos ejercen. Una representación visual integrada por varias formas puede tener múltiples direcciones en su composición, lo que le dará mayor dinamismo. Otros elementos importantes que determinan la dirección son el punto de fuga y la línea del horizonte.
Textura: La textura es la apariencia externa de la estructura de los materiales. Puede ser creada intencionalmente y es un elemento más de la alfabetidad visual que otorga mayor expresividad y riqueza a una creación. Existen dos tipos de textura: la táctil y la visual. La táctil tiene una presencia física y puede percibirse tocando la superficie. La textura visual la encontraremos sobre todo en pintura, grabado, ilustración, etc., y se representa sobre una superficie plana, simulando distintas superficies. Su utilización apela directamente a la experiencia estética derivada de las sensaciones que la contemplación o el reconocimiento táctil de las texturas producen.
Escala: La escala es una convención matemática utilizada para relacionar diversos objetos en un plano. Se establece en función del tamaño o proporción de estos objetos en relación a otros elementos del lenguaje visual, como son la línea de horizonte o el color. La escala permite que la representación sea verosímil y acorde al espacio que se tiene para construir una representación visual para preservar las proporciones de los elementos que son representados.
Movimiento: El movimiento es un elemento del lenguaje visual y sugiere dinamismo y dirección en la representación visual, tanto bidimensional como tridimensional. Toda representación visual posee movimiento, que podemos percibir en mayor o menor grado. El movimiento puede darnos sensación de velocidad, aceleración, precipitación, etc. La dirección del movimiento puede realizarse en relación a los 360º y se determina mediante la dirección. Como parte del lenguaje visual, es una convención y por tanto su utilización no es accidental.
Plano: El plano es un elemento visual geométrico bidimensional. Junto con el punto y la línea constituyen los elementos básicos de la alfabetidad visual y surge con la presencia de al menos tres puntos. El plano permite realizar cualquier tipo de representación, ya sea un dibujo, una fotografía publicitaria, una ilustración, etc. Sus cualidades son simples: no tiene profundidad, solo largo y ancho. La representación visual utilizará diversos elementos como la escala, el contorno, el color o la línea para trabajar sobre un plano.
Volumen: El volumen es un elemento geométrico cuantificable gracias a sus tres dimensiones: el ancho, el alto y la profundidad. Su definición dependerá de la disciplina a la cual aludimos; por ejemplo, en escultura el volumen indica la dimensión de las masas que componen el conjunto escultórico. En dibujo, pintura, grabado o ilustración, el volumen nos indica las cualidades de peso compositivo de un elemento o la masa representada a través de la escala, el color, la textura, etc. La construcción del volumen permite además crear la ilusión de profundidad, movimiento, dinamismo, valores tonales, etc.
Tono, luminosidad y saturación: El tono es cada una de las bandas en que se divida luz solar blanca al ser descompuesta por un prisma. A estas bandas las denominados colores y se clasifican en siete: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta. A partir de estos colores se derivan los tonos intermedios.
La luminosidad se refiere a la claridad u oscuridad de un color, esto es, su relación con el blanco, el negro y todos los grises intermedios, lo que favorece la representación adecuada de la luz y los fenómenos lumínicos.
Por último, la saturación se refiere a la pureza del color. Cuanto más intensa es la saturación del color, tanto más emotivo y expresivo será.
Color: La fuente del color proviene de la luz solar o luz blanca, que se refleja sobre las superficies y que percibimos a través de nuestro sistema visual. Este a su vez transforma esta información en señales eléctricas que se envían a nuestro cerebro, responsable de crear la sensación de color. Por lo tanto, se concluye que el color no existe como realidad física. Del estudio de las propiedades del color y de sus aplicaciones se encarga la teoría del color.
Teoría del color
La historia del color ha sido desarrollada paralelamente al desarrollo de la investigación científica, en concreto el de la óptica y la física. No existe una teoría del color sino que existen diversas teorías que explican cómo percibimos el color y cómo lo construimos.
Sir Isaac Newton, científico inglés reconocido en el campo de la física, la astronomía, la óptica y las matemáticas, elaboró en 1704 una teoría en la que señala que la naturaleza del color se halla en la luz solar. Observó que las propiedades de los colores se modifican en relación a la incidencia directa o indirecta de la luz. Uno de sus experimentos más famosos fue la descomposición de la luz blanca a través de un prisma, obteniendo de esta manera el espectro luminoso que le permitió desarrollar su teoría del color corpuscular. Afirmaba que la luz está compuesta de pequeñas partículas denominadas corpúsculos que rebotan sobre las superficies de los objetos. Se consideran colores primarios según esta teoría  el rojo, el amarillo y el azul, y secundarios o complementarios el verde, el violeta y el anaranjado. A partir de este experimento elaboró un disco giratorio con siete colores: rojo, anaranjado, azul, índigo, violeta, amarillo y verde. La suma de todos estos colores en nuestra retina es el color blanco.
Johann Wolfgang Von Goethe, fue un erudito alemán que publicó en 1791 un libro titulado «La teoría de los colores». Los estudios anteriores habían ahondado en las propiedades físicas del color como la luz o las propiedades de los objetos, pero lo que diferencia el estudio de Goethe es que añade un tercer elemento: la percepción del color, que es subjetiva. Goethe indica que el color influye de manera diferente en la percepción individual pero que ciertos colores poseen la cualidad de transmitir sensaciones similares a diferentes individuos. El color rojo, por ejemplo, se asocia con la emoción y la creatividad, el color azul trasmitía sensación de frío y contemplación, el amarillo es el color del sol, del optimismo y de la energía. A partir de esta teoría elaboró un compendio en el cual reunió los colores y sus diferentes significados y un triángulo cromático subdividido en otros triángulos en el cual estableció relaciones de aproximación en base a los significados que cada color poseía. Su estudio sentó las bases para las futuras investigaciones del color en psicología y neurología.
Thomas Young fue un científico inglés que nació a finales de siglo XVIII y que junto con Newton estableció un principio fundamental en la teoría del color: el color es luz. Young realizó el experimento del prisma de Newton pero de manera inversa. Los seis colores en los cuales descompuso la luz a través del prisma los redujo tres colores básicos: el rojo, el verde y el azul. Mezcló tres colores mediante haces de luz en una habitación oscura y el resultado fue el color blanco. Estableció que la luz es color y que por tanto todos los cuerpos opacos, al ser iluminados, reflejan todos o parte de los componentes de la luz que reciben.
La luz: La luz es una onda electromagnética generada por oscilaciones de campos eléctricos y magnéticos. La primera hipótesis para definirla la realiza Maxwell en el siglo XIX y fue corroborada posteriormente por Hertz. En ausencia de la luz no podemos ver lo que nos rodea. El órgano de la vista percibe la luz como síntesis de radiaciones de diferente longitud de onda. Las reacciones de luz son medibles y la percepción del color de los objetos puede variar según el tipo de iluminación. En términos de alfabetidad visual la luz es un elemento fundamental, no solo porque en su percepción se basa toda imagen, sino también porque otorga atmósfera, expresividad, calidez o frialdad, entre otras características. En el estudio de percepción del color en función de la luz y las propiedades físicas de los elementos se han creado varias formas de distribuir y organizar el espectro visible, los denominados modelos de color. Entre estos modelos de organización del color hay dos síntesis, la aditiva (RGB) y la sustractiva (CMYK), que son las más comunes y el modelo RYB de amplia difusión.
Síntesis aditiva: La síntesis aditiva es una actuación conjunta de estímulos de color sobre la retina, mediante la luz. Es, por lo tanto, la mezcla de distintas luces de colores. Se utiliza en aparatos electrónicos como televisores o pantallas y se produce debido a variaciones de intensidad de las luces de los colores primarios verde, rojo y azul, el conocido como espacio de color RGB por sus denominaciones inglesas (Red, Green, Blue).
Síntesis sustractiva: La síntesis sustractiva se refiere a la mezcla de pigmentos sólidos de diferentes colores, que actúa de forma diferente que la mezcla de las luces. Los cuatro colores primarios sustractivos son el cian, magenta y amarillo, al que se añade el negro. Esta síntesis es la base de cualquier imagen sobre papel y se utiliza en imprenta o en la mezcla de pinturas.
Modelo RYB: En el modelo RYB es un tipo de síntesis en la que los colores primarios son el rojo, el amarillo y el azul (Red, Yellow, Blue). Se basa en los primeros estudios sobre teoría del color de Newton y ha sido ampliamente empleado principalmente en el ámbito pictórico, como referencia en la consecución de tonos. Sin embargo, estudios posteriores demostraron su incorrección y fue sustituido por el modelo CMYK, mucho más preciso, sobre todo en imprenta. A pesar de esto, en ocasiones es más fácil partir de un modelo RYB que de uno CMYK en trabajos plásticos, ya que se suelen emplear de forma más común los rojos y azules que los magenta y cian.
La composición: Las representaciones visuales no son aleatorias. Esto significa que cuando contemplamos una ilustración, una pintura, un conjunto escultórico, un vídeo, una fotografía, etc., estamos contemplando una serie de elementos que han sido dispuestos de forma intencionada por el autor de esa obra. La intencionalidad, para que resulte objetiva y produzca los efectos deseados en quien la contempla, debe poseer el control entre los medios técnicos y las connotaciones que se trasmiten a través de los elementos compositivos.
Retórica visual: la retórica visual es la herramienta de organización que se utiliza para interconectar los distintos significados de los componentes del producto visual. El término proviene del lenguaje oral y escrito; por tanto, sus figuras pueden resultar un tanto confusas cuando analizamos una representación visual. Por ejemplo una metáfora o una hipérbole son figuras literarias que también son utilizadas en el lenguaje visual, sobre todo en la fotografía publicitaria o la pintura. La utilización de la retórica visual tiene como objetivo dar a la representación una mayor variedad de significados. Una representación visual como una pintura, una ilustración, un collage o una fotografía publicitaria poseerán siempre una mayor profundidad de connotaciones que la meramente descriptiva gracias a la utilización de estas figuras retóricas. La lectura de estas connotaciones subyacentes en la representación visual dependerá del mayor o menor dominio de quien realice el análisis.
Armonía: Es la conveniente proporción y correspondencia de unas cosas con otras, integrando un todo conjunto. En una representación visual la armonía es fundamental para conseguir el equilibrio, la simetría, la neutralidad, la unidad. Los elementos a través de los cuales se consigue la armonía son el color, el tono, la distribución del espacio, etc. La armonía es una técnica opuesta al contraste y su ausencia muchas veces obedece al deseo de llamar la atención del espectador, crear tensión e intensificar el mensaje que se quiere transmitir, etc.
Contraste: El contraste proporciona una variedad de significados y es una herramienta de explotación de la sensación de quien contempla la representación visual. Utilizado correctamente, intensifica las connotaciones, lo que facilita la comunicación. Por sí mismo es un elemento presente en cualquier representación visual, incluso en las denominadas no visuales como la música o la danza. Hablamos de contraste, por ejemplo, en la presencia o ausencia de luz, lo que puede dar una mayor o menor intensidad a la atmósfera de un cuadro. También existe el contraste en el tamaño de los objetos representados, esto es en la escala; en los tonos que definen las formas o en la propia composición que equilibra o desequilibra una representación visual.

La enseñanza de las artes plásticas en occidente.
La historia de la enseñanza en el campo de las artes no puede desligarse del concepto de “arte” que han tenido las distintas sociedades, en tiempos diversos.  A lo largo de la historia han surgido diversas propuestas para la educación de las artes y la cultura en respuesta a las necesidades e intereses de la sociedad en cada momento.

Oficios familiares
Teniendo en cuenta que desde la antigüedad hasta el renacimiento se consideró al arte en estrecha relación con la habilidad y la disposición para manipular los procedimientos técnicos, es posible sugerir que la instrucción en el campo de las artes se pudo haber dado como la enseñanza de diversos oficios.  En el caso del Egipto faraónico, por ejemplo, en el que se puede notar una continuidad estilística muy marcada y un refinamiento destacable, es muy probable que se haya presentado la formación artesanal a modo de escuela y que los conocimientos se hayan transmitido de padres a hijos o de maestros a discípulos. En América, el período precolombino, la enseñanza de los oficios correspondía a un grupo determinado que trasmitió los conocimientos propios de su oficio por generaciones.  Las culturas precolombinas no concebían su trabajo en el campo de la arquitectura, la orfebrería, la cerámica o la pintura como “obras de arte”, su producción tenía un carácter netamente utilitario, ornamental, sagrado o conmemorativo.

Taller Maestro-Aprendiz
En la Edad Media los procedimientos técnicos se enseñaron como actividades artesanales, los distintos oficios reunían a quienes los ejercían en cofradías que guardaban celosamente sus secretos.
La concepción fundamental de este enfoque toma en cuenta las habilidades y conocimientos determinados por una tradición, la que se transmite desde la visión de un artista altamente competente en lo técnico, sensible y creativo. Este modelo consiste en pensar en una cierta pureza de la obra de arte, que se liga directamente con el talento del artista creador quien, al establecer un permanente contacto hacia un aprendiz, posibilita la generación de habilidades destinadas a obtener un producto artístico que se liga a un bien hacer desde el punto de vista de la creación plástica.
La transmisión del saber se realiza por medio de la imitación y la repetición de esquemas dados en la producción artística. La progresión de aprendizajes se funda en la adquisición de habilidades y en la autoridad del maestro-artista, quien ve en el cultivo de estas aptitudes la posibilidad de desarrollar un oficio al que se dedicará en el futuro, en ocasiones con un fuerte componente vocacional. Se trata de la articulación de una experiencia estética, que se da en la medida en que el artista imita la manera de desarrollar una obra artística de acuerdo a la mediación de un maestro.

Arte en la academia
En el renacimiento aparecieron las primeras academias en Europa, específicamente en Italia y Francia. La enseñanza que se impartía en estas escuelas estaba enfocada principalmente al dibujo. Los estudiantes se sometían a un largo proceso de aprendizaje en el que se dibujaba la figura humana paso a paso, luego se hacían prácticas copiando las obras de los grandes maestros y finalmente se les permitía a los estudiantes dibujar a partir de modelos vivos.
La principal visión de este enfoque considera las convenciones de la institucionalidad artística dada en el contexto europeo, específicamente con el surgimiento de la Academia de Bellas Artes, en donde el seguimiento de una forma canónica de representación se inscribe en un “bien hacer”, determinado por una fuerte construcción situada en la óptica formal. El Arte en la Academia se constituye como una muestra de la racionalidad ilustrada, que se incorpora a las formas de representación visual promoviendo estrictas leyes formales que determinan la noción de belleza. Se otorga una gran importancia a los contenidos sobre perspectiva, geometría, anatomía y al análisis de pinturas desde la óptica de categorías tales como la invención, la proporción, el color, la expresión y la composición. Se trata de un enfoque que va más allá de los aspectos sensibles del artista individual, para consolidar un conocimiento compartido en torno a una exactitud técnica, fidelidad al modelo y adecuación a normas formales fundadas en aspectos visuales. Por lo tanto, las academias de arte instruyen artistas para que sean capaces de instalar, por medio de conocimientos disciplinares heredados del Renacimiento, obras visuales que enaltecen por su grado de factura mimética y técnica. Este modelo considera estrategias de enseñanza que permiten la adquisición de conocimientos disciplinares validados a través de un método muy normado, coherente con la racionalidad instrumental, que se encarga de manipular controladamente la representación de las imágenes fundadas en la realidad.

Arte y diseño
Este enfoque nace en el contexto post Revolución industrial, en donde se concibe el arte desde una mirada focalizada en la producción en serie. Su objetivo es la formación de trabajadores que diseñen nuevos productos con una función utilitaria o respondiendo a tendencias políticas de la época, y en donde la identidad del artista creador va perdiendo fuerza. Su objetivo principal era abordar problemas de trascendencia social con métodos técnicamente eficaces y una estética satisfactoria. La formación de los artistas se basó en principios arquitectónicos, escultóricos y pictóricos con una fuerte mirada sobre la funcionalidad y el diseño, de tal manera que la labor del artista se fusionó con la del artesano.
Este enfoque considera que las Artes Visuales son esencialmente un lenguaje, cuyo vocabulario, y por lo tanto su forma de desarrollar conocimiento artístico, está compuesto por elementos gráficos abstractos fundamentales como punto, línea, plano, textura y color. El dibujo, la pintura y la escultura ya no tienen que estar focalizados en imitar la realidad, sino que más bien pueden concentrarse en su propia realidad expresiva como elementos autónomos. El enfoque de Arte y Diseño potencia un sentido de la imagen a través del estudio de formas, líneas, texturas y colores con un fuerte acento en la funcionalidad de los objetos y la claridad comunicativa de las imágenes.

Expresión y creación personal
En el siglo XIX la proliferación de centros de enseñanza continuó pero ya el concepto de “arte” había cambiado.  La actitud del artista que asiste a la academia para luego revelarse contra ella estaba a la orden del día como herencia del romanticismo.  Durante la segunda mitad del siglo XIX hubo algunos intentos de rescatar la enseñanza de los oficios, como el de William Morris, en Inglaterra, con la escuela Arts and crafts, enfocada a rescatar el valor de la artesanía y las artes aplicadas, justo cuando se imponía en el mundo la producción en serie.  El componente principal de este enfoque tiene relación directa con la noción de creatividad, como una forma individualizada de generar imágenes con diferentes sentidos, prescindiendo de directrices o de estructuras formales de enseñanza y aprendizaje artístico.
Diferentes movimientos artístico visuales, que se desarrollaron en el contexto de los conflictos bélicos de la primera mitad del siglo XX, tomaron distancia del dominio de la técnica y la racionalidad presentes en el arte. Estas manifestaciones, agrupadas bajo la noción de vanguardias, consideraron que dichos fundamentos son un reflejo de la sociedad que atenta contra sí misma por medio de sus avances tecnológicos y estructuras inhumanizantes. Tal extremo genera una contraparte, la expresión espontánea, sensible e individualizada, negada o menospreciada por la hegemonía de la racionalidad precedente.
Este enfoque permite expresar la interioridad emocional procurando, además, resolver o, al menos, dialogar con sus preocupaciones. La experiencia estética se sustenta en gran parte sobre las decisiones del sujeto, quien explora en las posibilidades visuales que le otorgan tanto la configuración potencial que posee el material elegido, como sus propias indagaciones en torno a su intuición, memoria e imaginación.

Desarrollo disciplinar y cognitivo de las artes visuales
Gestada en Estados Unidos en el contexto de la Guerra Fría, basada en una idea de la educación como proceso de desarrollo del pensamiento y la cognición. Considera necesario ordenar los conocimientos artísticos en disciplinas (historia del arte, estética, crítica y práctica artística) para facilitar el aprendizaje, por lo que se orienta al diseño de un modelo sistematizado de enseñanza que otorgue sentido al aprendizaje artístico. Amparados en el concepto de un conocimiento experto y de excelencia que asemeje el arte con las ciencias, estos enfoques buscan que las personas aprendan arte como un campo de conocimiento desde el que es posible desarrollar habilidades cognitivas que no se desarrollan en otras áreas.
En cuanto a las implicancias educacionales, desde algunos sectores se argumenta que las artes tienen poco que ver con formas más avanzadas de cognición. Ello se da especialmente cuando en el discurso se habla de ciertas habilidades duras y blandas, dando a entender una visión que promueve una cierta jerarquización de la complejidad, como si las formas objetivas de la construcción del conocimiento tuvieran una racionalidad de mayor grado que la interpretación o creación a partir de estímulos sensoriales mediatos o inmediatos. Este sesgo obedece a una simplificación que vincula a las Artes Visuales únicamente con los sentimientos y los elementos técnicos inscritos en la producción visual, como si el pensamiento racional fuese patrimonio exclusivo de las así llamadas ciencias duras.
El desarrollo de nuevos procedimientos técnicos para producir imágenes  y en general para intercambiar información han forzado al artista a adoptar una aptitud de constante actualización con respecto a los medios que utiliza. El avance en los medios de comunicación y la masificación de la producción y del mercado, así como los conflictos sociales y políticos también han cambiado la visión y el papel del artista en la sociedad, llevándolo a reflexionar y asumir cada vez una posición más comprometida con su entorno. La información ha ido ganando terreno en el mundo de las academias, haciendo que la enseñanza en el campo de las artes se desplace de lo emocional y experimental hacia lo intelectual. 

Educación artística posmoderna
Este enfoque se desarrolla especialmente a partir de la reconsideración del relato de progreso establecido por la Modernidad. El sistema cultural posmoderno propone situarse en posiciones críticas que toman en cuenta las identidades, temas y situaciones de vida de las minorías raciales, sexuales y de género. Para ello se hace necesario incluir concepciones que tomen en cuenta la diferencia y la alteridad como estrategias del desarrollo expresivo. A partir de los años setenta, la noción de posmodernidad se genera como una forma de revisión crítica de los lineamientos de la visión ilustrada, particularmente la noción de progreso.

Enfoques culturalistas
Hacia fines de los años 90, comienza a darse por sentado que el mundo es un espacio global en el que coexisten diversas culturas y hay una cantidad inédita de información a clasificar, procesar e interpretar. Este enfoque cuestiona la idea del arte institucionalizado –circunscrito a museos, teatros y galerías especializadas– y considera a las artes como construcciones culturales complejas, abiertas a manifestaciones de diversos grupos sociales. Así, se propone conectar la experiencia artística con los contextos culturales de quienes aprenden, recurriendo  a la vinculación entre disciplinas y saberes no disciplinares. Los museos, las galerías de arte, las bibliotecas, las universidades o las academias de arte promocionan exposiciones y convocan espacios para la discusión en torno a lo que significa hacer arte hoy. Por supuesto, la difusión y el interés que ha suscitado el arte en nuestro tiempo no significa que tengamos una mayor claridad sobre su esencia pero sin lugar a dudas sí contribuye a crear cierta conciencia en cuanto a la necesidad de reevaluar las prácticas tradicionales y de apoyar a los creadores.  Al fin y al cabo el fenómeno de la creación artística ocurre en un campo intermedio, difícil de definir porque tiene que ver con la precisión y la importancia de la ciencia y al mismo tiempo con la vacuidad y la lúdica del juego.

Enfoques para la enseñanza de las artes plásticas
Las artes tienen la facultad de mejorar la calidad de vida de las personas y comunidades. Durante años, tal vez décadas, han sido una herramienta potente para impulsar el desarrollo emocional e intelectual de quienes encuentran en la expresión artística, un lenguaje y un vértice desde donde comprender el mundo y conectarse con los otros. Cuando la educación se encuentra con el arte y la cultura, se abre una vía que brinda la posibilidad de desarrollar todo su potencial.
En las prácticas de educación artística hay que diferenciar dos posturas:
Educación a través de las artes: las artes se usan para propósitos formativos no relacionados con la apreciación, disfrute o aprendizaje de una disciplina artística. Por ejemplo, cuando se busca, a través de la creación literaria, fomentar valores para la buena convivencia; cuando se quiere desarrollar habilidades generales, como la creatividad; o cuando se evalúa la comprensión lectora por medio de una obra teatral. Esto favorece la motivación y permite desarrollar habilidades transversales a todas las áreas.
Educación en las artes: Se aprende de manera sistemática una disciplina artística, como danza, coro, teatro, literatura, grafiti o fotografía, o de  las clases de educación musical y artes visuales. La educación artística de calidad favorece el desarrollo integral de las personas:
-Pensamiento  abstracto y divergente –que permite la búsqueda de soluciones creativas a un problema– y flexibilidad.
-Interés por el conocimiento  y mayor percepción y sensibilidad frente al mundo.
-Aprendizajes  en otras áreas y satisfacción personal vinculada a los logros  en el área.

Importancia de las artes visuales en la educación
Las artes visuales son una forma de desarrollo de la sensibilidad que involucra un concepto amplio de cultura ya que plantea interés por estimular las capacidades del individuo y de su grupo social para desarrollar las potencialidades creadoras, organizar la propia experiencia y ponerla en contacto con los otros. Se convierten en un proceso transformador que amplía al máximo el desarrollo de capacidades, competencias y generación de actitudes y valores socialmente significativos, para un contexto determinado, en el que los actores del mismo, se transforman y transforman la realidad.
El arte, desde una perspectiva pedagógica, se convierte en una poderosa herramienta didáctica que facilita el desarrollo subjetivo del conocimiento y las potencialidades humanas; esta subjetivación es la forma en que el individuo asume el conocimiento como propio, que lo hace ser reflexivo y le permite actuar sobre sus estados físicos mentales y espirituales.  La educación en el siglo XXI, más que nunca, exige una transformación de las metodologías de aprendizaje que permitan no tan solo enfrentarse a la vida laboral, sino más bien, desenvolverse en el mundo con una actitud crítica y una ponderada alfabetización socio cultural y educativa, que le posibilite enfrentar los cambios con mayor innovación y creatividad ante un mundo globalizado.
Las artes constituyen la forma más elevada de expresión y comunicación del ser humano, y una forma de conocimiento al actúar como sistema simbólico para articular semánticamente la realidad. Las Artes Plásticas y Visuales no son únicamente el resultado de determinadas habilidades manuales y el perfeccionamiento técnico en el uso de los materiales y herramientas, sino que nos proporcionan un conocimiento del mundo distinto y complementario al de las ciencias. A partir de los estímulos recogidos por los sentidos el hombre descubre, organiza y recrea la realidad, adquiriendo conciencia de ella por medio de la percepción. De esta manera, el hombre adquiere conciencia de sí mismo y del mundo que le rodea por medio de sus sentidos.
El sentido social, ético y utópico del arte y de las imágenes no queda reducido únicamente a aquellas obras que de modo explícito desarrollan estos temas, sino que impregna muchas otras de un modo intenso y profundo enraizado en el carácter propio de los procesos de creación y Educación Artística.  Promover este camino en la educación de las artes visuales no responde a una moda, sino que conecta con una fenómeno más general que tiene que ver con la necesidad de ofrecer alternativas para aprendar a orientarse y a encontrar referencias y puntos de anclaje que permitan valorar, seleccionar e interpretar el alud de información que recibe cada día.
Vivimos en un mundo sobrecargado de imágenes, en donde la comunicación visual adquiere una relevancia que nunca había tenido hasta el punto de cambiar o modificar nuestras necesidades vitales y nuestra forma de entender el mundo, esto hace aún más necesario que los individuos tengan una cultura visual que les permita enfrentarse con criterio a estas circunstancias. Sin embargo, estamos lejos de que estas cuestiones sean consideradas proporcionalmente a su importancia en la educación de las personas.
¿Analfabetos plástica, icónica y audiovisualmente en una sociedad construida sobre imágenes? Desde un punto de vista antropológico, podemos considerar que vivimos en la era de la imagen. Nos encontramos ante un lenguaje específico que denominamos lenguaje visual. Desde la infancia estamos percibiendo e interactuando con imágenes y mensajes visuales que, generalmente, aprendemos a descifrar y entendemos de manera automática, aunque quedándonos en niveles superficiales. El lenguaje visual es un medio de comunicación semiestructurado que se utiliza desde la antigüedad, con gran facilidad de penetración, y de carácter universal. Pero los productos utilizados en la comunicación visual no son siempre artísticos, la mayoría de los que consumimos cotidianamente no han sido creados con esa intencionalidad, aunque unos y otros comparten los códigos de la comunicación visual.
Una de las características esenciales de nuestra época es la de los grandes cambios producidos fundamentalmente en el ámbito del pensamiento y la cultura y estos han producido, como efectos más inmediatos, cambios en ideologías políticas, transformaciones sociales, en fin, rápidas evoluciones culturales. La Educación Artística de nuestra época, debe entender el arte como parte del conocimiento humano, esto significa que posea una estructura propia inscrita en una más amplia del conocimiento general, a la que no se opone sino que la complementa.
La necesidad universal del arte emana de que el hombre es una conciencia pensante o sea, él hace por sí y para si lo que él es y lo que él representa y esto lo obliga elevar a la conciencia espiritual el mundo interior y exterior como un objeto en el cual él reconoce su propia mismidad. La dimensión sensible necesaria para el arte opera en el artista como subjetividad producente. Esta forma de producción como actividad subjetiva contiene en sí misma las características que encontramos en la obra de arte, es actividad espiritual y en sí misma posee la dimensión sensible y de la inmediatez. 
La producción artística es el lugar de la unidad entre lo espiritual y lo sensible. Ese producir auténtico es el lugar de la fantasía artística, ella es lo racional que sólo puede existir como espíritu en tanto se elabora a sí misma de cara a la conciencia, pues sólo en forma sensible se coloca ante sí y permite percibir lo que es en sí misma. 
Este tipo de imaginación no es propiamente creadora, sino que se apoya más bien en el recuerdo de estados vividos y de experiencias hechas. El recuerdo conserva y renueva la singularidad y la forma exterior en que fueron realizados tales hechos con todas sus circunstancias, pero no deja aparecer lo universal por sí mismo. En cambio la fantasía puede expresar la dimensión de un gran espíritu en el concebir y engendrar representaciones y formas, las cuales encarnan de manera imaginativa y sensible los intereses más profundos y universales del hombre. 
La fantasía se debe en parte a un don natural, al talento, por cuanto ella tiene una manera instintiva de producir pues en esencia las imágenes y la sensibilidad de la obra de arte tienen que estar subjetivamente en el artista como disposición y tendencia natural, como accionar inconsciente y creador en quienes perciben el arte y por tanto pertenecen a lo natural del ser humano Sin embargo la capacidad natural no abarca por entero el talento y el genio pues la producción artística es también de tipo espiritual y consciente, por ésto hasta cierto punto todos pueden practicar el arte, más para rebasar el punto en el cual propiamente empieza el arte se requiere un más elevado talento artístico innato. 
El arte no aparece por mera generación espontánea. El artista debe formarse en el manejo de las diferentes técnicas y pericias pero el dominio de las técnicas y de las maneras de proceder formalmente no bastan, es menester la opción personal en su expresión más original que incluye el talento, el conocimiento y la vivencia del artista de aquello que siente que debe convertir en expresión de su obrar autónomo y creativo.
El arte es el reflejo de lo que son los pueblos. El estudio de la historia nos demuestra que la mayor calidad de producción artística la tienen los pueblos que más logros alcanzaron en los campos social, científico y cultural en general. Las economías más destacadas y los pueblos más poderosos también produjeron refinados testimonios artísticos, que se miden por la producción arquitectónica, literaria, pictórica, musical y de las demás artes, y en el nivel cultural de la sociedad en conjunto. Cuando se estudia la historia de la humanidad, es evidente que son los vestigios artísticos, sobre todo, los que nos muestran y nos dan a conocer la historia del hombre. Las obras de arte rememoran y valoran el presente y el pasado, mientras embellecen el mundo dándole valor estético y económico. La historia del arte debería incluirse en las actividades que se llevan a cabo en el quehacer mismo y en el reconocimiento de la historia. 
La educación artística es una herramienta fundamental en la educación. Es evidente que el valor artístico de un pueblo conlleva además desarrollo económico. No es cierto que un pueblo económicamente pobre no pueda producir buen arte; pueblos que respetan y valoran su tradición y su gente, aún en la pobreza, pueden tener producciones artísticas valiosas. Se dice reiterativamente que el arte no sirve para nada, sin embargo, la utilidad del arte en el desarrollo intelectual, social, técnico y económico de los pueblos es innegable.

La educación en las artes perfecciona las competencias claves del desarrollo cognitivo
Pasar la tarde haciendo manualidades es el plan perfecto para disfrutar del tiempo libre en familia. Las manualidades tienen muchísimos beneficios físicos y emocionales que resultarán útiles a lo largo de la vida. La mejor manera de fijar los procesos de aprendizaje es divirtiéndose, así que… ¡a jugar!
Apreciar y responder frente al arte. Por una parte, a través de las artes visuales, se promueve la integración de las emociones, la imaginación, las experiencias significativas, el conocimiento divergente por medio de la exploración a través de la utilización de diferentes técnicas que ofrecen los lenguajes artísticos para potenciar la generación de ideas con base en el trabajo personal y colectivo. De este modo, se resalta la capacidad para traducir aquello que se percibe de manera singular, de modo que dicho producto no es semejante a ningún otro. Por otra parte, la adquisición de experiencias lúdicas como formas de experimentación y apreciación estética, servirán en la elaboración de juicios de valor, interpretaciones y reflexiones necesariamente fundamentadas, para responder frente a la obra, como principio fundamental para formar seres pensantes, individuos capaces de reflexionar críticamente sobre la sociedad en la que viven.
Expresión: El concepto de expresión en las artes visuales se relaciona directamente con la transmisión de ideas, pensamientos y emociones a terceros, por medio de trabajos de propuestas visuales y trabajos artísticos. Existe una acción de comunicar sentimientos surgidos del mundo interior de cada persona. Esto involucra la exteriorización personal de las experiencias y emociones de forma verbal y no verbal, que se complementa y enriquece con los significados, símbolos e ideas múltiples obtenidas a través de la observación de las obras de artes y de los elementos construidos socialmente y proporcionados por la cultura visual.
Manejo de materiales, herramientas y procedimientos: El manejo de materiales, herramientas y procedimientos aglutina un conjunto de habilidades psicomotrices al servicio de la expresividad y creatividad, que debe plasmarse en los trabajos artísticos y propuestas visuales diversas, pues permiten, fundamentalmente, demostrar el dominio técnico en cada uno de los proyectos expresivos de acuerdo con los intereses, motivaciones, necesidades y posibilidades individuales. Los trabajos manuales ayudan a desarrollar la psicomotricidad fina al trabajar con distintos materiales (textura, densidad, tamaños, etc.), alcanzando el nivel adecuado de precisión y coordinación.
Análisis crítico y distintas formas de comunicación visual: El análisis crítico de los proyectos artísticos debe combinar habilidades que están estrechamente relacionadas con la percepción, la investigación, el procesamiento de la información visual, el análisis de lo observado, para desembocar en la emisión de juicios de valor sobre las diversas manifestaciones artísticas: contextos, experiencias, autores, etc. La valoración social de un fenómeno artístico concreto está en función de la mayor o menor sintonía que éste tenga con la sensibilidad del receptor, fruto a su vez de la educación recibida. Todo hombre se emociona ante algo; la labor del educador es conseguir que ese algo merezca la pena. No sólo crea el autor, también recrea el espectador cuando imagina a partir de lo observado. De tal modo que la inclinación de la balanza hacia la dimensión de lo emotivo trae como consecuencia la legitimación de la apertura del arte al mundo de la fantasía, de lo insólito, lo maravilloso o lo nuevo. Y lleva a respetar y valorar el trabajo riguroso y el esfuerzo propio y el de otros.
Creatividad e imaginación. Al trabajar con la creatividad se entrena el lado derecho del cerebro, que es el responsable de las emociones, la sensibilidad estética, la visión espacial y la abstracción. Con todo ello se aprende a expresar las emociones y a mostrar el mundo tal como se percibe. Asimismo, el acto de crear involucra múltiples habilidades que incluyen el acto de imaginar, generar ideas, experimentar, producir y elaborar objetos visuales que permitan una posterior reflexión de las propias creaciones. Cuanto más expuestos a una diversidad de acontecimientos culturales, sociales, educativos y psicológicos, dependerá la riqueza expresiva de las propuestas visuales y artísticasLa habilidad para visualizar situaciones y predecir lo que resultaría de acuerdo con una serie de acciones planeadas, con el cultivo de la imaginación es uno de nuestros más preciosos recursos humanos. Las múltiples posibilidades que el proceso artístico ofrece, permiten el adentrarse en la búsqueda constante, en la investigación permanente de nuevas formas, expresiones, elementos, conceptos, principio éste que puede trasladarse a cualquiera de los procesos científicos.
Concentración, paciencia y perseverancia. Hoy en día vivimos en un mundo en el que todo va muy rápido (las pantallas, los videojuegos…), las necesidades se cubren de inmediato y los deseos se cumplen en el momento. Esta velocidad y nuestra cultura de la inmediatez no permite desarrollar la concentración, la paciencia ni la perseverancia. Todas ellas son cualidades fundamentales para el progreso personal y profesional. Las manualidades necesariamente implican estas tres cualidades.
Autoestima, autoconfianza y capacidad de superación. Presentan retos y oportunidades de lograr las cosas de forma autónoma confiando en las posibilidades y aumentando la autoestima.
Planificar y resolver problemas. Al realizar un trabajo manual se debe planificar con antelación los pasos a seguir. Aun así habrá alguna dificultad que se puede solventar con ingenio.Los problemas pueden tener muchas soluciones y las preguntas muchas respuestas. En los negocios, por ejemplo, es más deseable tener varias respuestas que una sola, así cómo aprender a priorizar. Es así como podremos tener la posibilidad de que los elefantes vuelen, los tigres caminen en 2 patas, hablen y trabajen posibilidades nunca antes imaginadas.
Trabajo en equipo, favorece las relaciones sociales y fortalece el vínculo familiar. Saber trabajar en equipo es fundamental para relacionarse en sociedad y para su futuro laboral. Al realizar manualidades se aprende a relacionarse en sociedad de manera saludable. Si se hacen en familia, se fortalece el vínculo familiar que ya existe conociéndose más y pasando un tiempo divertido. El arte enseña al alumno a reconocer que nada "se tiene" solo. Todos los procesos del trabajo artístico se explican por la interacción que hace el ser humano, con elementos y formas (en música, sonidos y palabras, por ejemplo). En este proceso donde el desarrollo de lenguajes, expectativas y hábitos permite la fundamentación de valores como el respeto, la solidaridad, el compartir, la convivencia pacífica a partir de la valoración de las diferencias que lleva a una resignificación de la identidad.
Atención al detalle. Diferencias pequeñas pueden tener grandes efectos. Hay una gran cantidad de razonamiento visual en el proceso de tomar decisiones sobre color y forma para hacer de una pintura una obra satisfactoria. Hay también al escribir muchas minucias en cuanto al uso de formas literarias, metáforas, alusiones, etc. Todos estos son modos sofisticados del pensamiento.
Habilidad para cambiar la direccionalidad cuando aún se esta en proceso. El aprendizaje de las artes enseña que una meta o fin pueden cambiar en el proceso, los fines a veces se desprenden del proceso y éste a veces se deriva del fin. El esculpir una piedra en búsqueda de una figura hermosa, puede darnos como resultado un hermoso corcel, tallar una madera para elaborar un santo y obtener finalmente el más hermoso de los molinillos.
Habilidad para tomar decisiones en ausencia de reglas. Por ejemplo, decidir cuándo el trabajo se terminó. En ausencia de reglas fijas es importante el desarrollo del juicio personal que nos permita decidir cuándo estamos satisfechos por un trabajo bien realizado. Además lo llena de razones para demostrar y explicar su obra. Al propósito inicial de cada tarea se le unen la inventiva, la creatividad, el razonamiento y la sana competitividad que lo llevan a los mejores resultados.
Habilidad para desenvolverse dentro de las limitaciones de un contexto. Desarrolla las destrezas para inventar formas de explotar restricciones de manera productiva, por ejemplo, el reciclaje tiene su mayor utilización y belleza, como la chatarra aplicada a hermosas esculturas.
Habilidad para percibir y enfocar el mundo desde un punto de vista ético y estético. Permite que la valoración estética de la naturaleza evite destrozar o malograr su paisaje, que sea imprescindible el susurro de una paloma para que conservando nuestra capacidad de asombro no necesitemos el sórdido estruendo de una bala que matando el ave aniquile del hombre sus sueños de grandeza.

La creatividad y su ubicación neurológica
El cerebro humano posee dos hemisferios, de los cuales se derivan dos formas de pensar y sentir, el hemisferio izquierdo caracterizado por lo verbal, convergente, intelectual, deductivo, racional, vertical y discreto; el hemisferio derecho caracterizado por lo no verbal, divergente, intuitivo, imaginativo, horizontal, continúo y concreto. Por lo tanto existe una idea bastante extendida en el medio, de que la creatividad tiene una relación muy estrecha con el hemisferio derecho del cerebro; el hemisferio izquierdo está relacionado y dedicado al proceso de razonamiento lógico, mientras que el derecho a procesos que implican intuición. Así la actividad artística, la expresión, la inspiración estaría más acentuada en este hemisferio y tales actividades dependerían principalmente de la puesta en funcionamiento de este lado.
La teoría de la dominancia cerebral plantea que anatómicamente y funcionalmente, el cerebro está formado por dos hemisferios, derecho e izquierdo, que funcionan coordinadamente, pero con estilos de procedimientos distintos.
El cuadrante A se especializa en el pensamiento lógico, cuantitativo, analítico, critico, matemático y basado en hechos concretos.
El cuadrante B se caracteriza por un estilo de pensamiento secuencial, organizado, planificado, detallado y controlado.
El cuadrante C se distingue por un estilo de pensamiento emocional, sensorial, humanístico, interpersonal, musical, simbólico y espiritual.
El cuadrante D, se destaca por su estilo de pensamiento conceptual, holístico, integrador, global, sintético, creativo, artístico, espacial, visual y metafórico.
En el ámbito de la expresión artística es donde se hace más visible el sentido de la maduración y del desarrollo. Cuando un bebé de un año se le da un lápiz generalmente hace garabatos verticales, si la superficie que dibuja está sostenida verticalmente frente a él; si esta última se encuentra horizontal sobre la mesa, los garabatos serán horizontales; en cualquier caso el tipo de trazo se debe al hecho del que el niño solo puede controlar su hombro para realizar movimiento de bombeo, ya que tiene muy poca habilidad para dirigir el brazo y la mano. Mientras que un niño en etapa escolar, va progresivamente controlando su hombro, y a su vez se va extendiendo a la muñeca, moviéndola hacia adelante y hacia atrás y hacerla girar, controla sus movimientos y aumenta su destreza; así desarrolla el dominio constante del movimiento, empieza a ensayar e inventarse cosas y experimenta con su habilidad.
Cuando un niño dibuja o pinta es mucho más que unos cuantos trazos en el papel. Es una expresión del niño integro correspondiente al momento que pinta o dibuja. Algunas veces los niños pueden estar totalmente absorbidos por el arte, entonces su obra puede alcanzar una real profundidad de sentimientos y perfección; otras, el dibujo puede ser simplemente una exploración de nuevos materiales; pero aun en este caso, el dibujo muestra el entusiasmo del niño o sus vacilaciones para intentar la realización de una nueva tarea. Así como se puede afirmar que no hay dos niños iguales, también es cierto que los dibujos realizados por los niños, no hay dos que no sean iguales. Cada dibujo refleja los sentimientos la capacidad intelectual, el desarrollo físico, la actitud perceptiva, el factor creador implícito, el gusto estético e incluso el desarrollo social del individuo. Pero  en los dibujos no solamente se reflejan todas estas propiedades, sino que también se perfilan en ellos, todas las transformaciones que sufre el niño a medida que crece y se desarrolla.
El arte desempeña un papel potencialmente vital en la educación. El dibujo, la pintura o la construcción constituyen un proceso complejo, en el la persona reúne diversos elementos de su experiencia para formar un conjunto con un nuevo significado. En este proceso de seleccionar, interpretar y reformar esos elementos se da algo más que una pintura o una escultura, nos proporciona una parte de sí mismo: como piensa, como siente, y como ve. El arte es una actividad dinámica unificadora.
En siglos pasados las artes y la educación tenían una gran brecha de distanciamiento, al arte se lo veía solamente como obras realizadas por reconocidos pintores, escultores o músicos, poetas, etc. En la década de los 70 se comienza a dar realce al arte y sus diferentes aplicaciones. Los psicólogos y pedagogos admiten la importancia y el rol que juega la educación artística en la formación de la personalidad. Y en este contexto la creatividad artística ocupa un lugar fundamental en el desarrollo integral del potencial humano, donde lo cognoscitivo, lo motor, lo social y lo afectivo se confunden en una sola madeja. Hoy en día se comienza aceptar que la lectura, la escritura, el cálculo, las fechas históricas y la geografía se aprenden y se adquieren, en cambio el arte se siente  y se experimenta, es instaurador, emisor y dinámico; no receptor y pasivo.
El hombre aprende a través de los cinco sentidos, cuanto mayores sean las oportunidades para desarrollar la sensibilidad  y mayor la capacidad de mejorar todos los sentidos, mayor será también la oportunidad de aprender. En un sistema educacional bien equilibrado, en el cual acentué la importancia del desarrollo integral, la capacidad intelectual, los sentimientos y las facultades perceptivas de cada individuo deben ser igualmente desarrolladas, con el fin de que su capacidad creadora potencial pueda perfeccionarse.

Fuentes
Revista Internacional de investigación, innovación y Desarrollo en Diseño. Vol. 3 - Año III - Octubre 2010
Centro Nacional de Educación Ambiental
El Artista, núm. 2, noviembre, 2005, pp. 19-27 Universidad Distrital Francisco José de Caldas Pamplona, Colombia
Revista Electrónica Educare (Educare Electronic Journal)   Vol. 18(3)
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 1: 439-456, 2017
Espacio y Tiempo, Revista de Ciencias Humanas, Nº 25-2011, pp. 163-170
Universidad Internacional de La Rioja: unir.net


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