Artículos de Revista
Noticias falsas por ley
Si no es una noticia falsa, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se ha sumado al coro de los que piden a Google, Facebook, Twitter y YouTube que tomen medidas más efectivas para detectar y evitar la difusión de bulos. También se olvida que no hace mucho se celebraba el surgimiento de un “periodismo ciudadano”, en el que cada uno, provisto de su cámara y de su olfato periodístico, podría aportar directamente en Internet sus propias noticias. Todos podríamos ser lectores y reporteros. Ahora se ha visto que el periodista ciudadano puede ser también muy imaginativo. Bulos siempre ha habido, pero el filtro de redacciones profesionales, avezadas en comprobar las noticias, impedía que llegaran al público los más evidentes y sesgados. Y aun así los periódicos están llenos de desmentidos. Pero, aparte de la profesionalidad y de la honestidad periodística, esta proliferación de noticias amañadas tiene que ver también con el descrédito de la objetividad en la sociedad actual. Cuando en vez de la búsqueda de la verdad se impone la idea de que todo son distintos modos de mirar y de interpretar el mundo, no es extraño que los hechos en sí cuenten solo como materia manipulable. Y si a la falta de interés por la verdad se añade el sometimiento del dato natural a la construcción social, se comprende que la objetividad haya bajado en categoría. Y no solo en la comunicación. Hoy día hay muchas “fake news”, por ejemplo, en el Derecho de familia, creadas por los propios legisladores, y pocos se atreven a desmentirlas. Ha osado hacerlo el Tribunal Supremo de Arkansas, que en una reciente sentencia ha decidido que el certificado de nacimiento de un niño debe estar ligado a sus padres biológicos. El caso había sido planteado por tres parejas de mujeres que habían concebido un hijo utilizando donantes anónimos de esperma. No está claro si la decisión del tribunal de Arkansas sobreviviría a un recurso ante el Tribunal Supremo federal. En la sentencia que reconoció el matrimonio gay, el Supremo mantiene que los nombres de la pareja del mismo sexo figuren en los certificados de nacimiento “incluso cuando los lazos biológicos no existan”. Es decir, la relación legal del hijo con sus padres estaría basada en el matrimonio, no en la biología. Si la ley admite que el ciudadano no está condicionado por la objetividad biológica, es difícil esperar que los creadores de noticias falsas se consideren atados por la realidad de los hechos. Fuente: elsonar.aceprensa.com
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