Artículos de Revista La caída en desgracia del verbo haber
En América Latina, la ortografía ha dejado de ser un bien apreciado. No siempre fue así, hace años “tener buena ortografía” era algo que se cuidaba, no solo porque abría puertas –para un empleo– sino porque era un signo de distinción, de ser una persona educada. No obstante, aquello que el antropólogo peruano Matos Mar llamó con éxito “el desborde popular” arrasó, entre otras cosas, con la consideración por la ortografía. Tácitamente, se adoptó un criterio que es algo así como “No hace falta ser purista en la escritura, basta con que me entiendas”. La avalancha se llevó la diferencia entre s, c y z. En los muchos remolinos se perdió asimismo la corrección en el uso de la h. Y los latinoamericanos nos acostumbramos a leer tanto avisos y carteles públicos como, cada vez más, mensajes de correo electrónico o “guasás” escritos de una manera que hubiera escandalizado a las abuelas. Democratización, le dicen algunos, pero la marea no solo afecta a los sectores que en otra época se llamaron subalternos y hoy son emergentes. Las gentes que han pasado por la universidad, también se hallan afectadas por el virus, y quienes todavía tienen algún escrúpulo, se excusan en el corrector automático del móvil o del ordenador para escribir b donde corresponde v. La sorpresa fue llegar a España –cuna del castellano– y descubrir, de a pocos, que el panorama no es muy distinto. Antes circulaban en las redes, escarnecidos, los crímenes más atroces contra las reglas de la Real Academia; sin embargo, han empezado a perder interés, porque las faltas se han normalizado, pese a que, según acabo de leer, siete filólogos atienden en la RAE quinientas consultas diarias. El asunto va a peor. Luis Pásara es abogado y Doctor en Derecho por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Entre 2004 y 2011 fue investigador del Instituto Interuniversitario de Estudios de Iberoamérica, de la Universidad de Salamanca. Fuente: condistintosacentos.com
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