¿Sabía que dos de los terroristas del 11-M pasaron por comisaría cinco días antes de los atentados? ¿Y que El Chino, uno de los principales cabecillas, tenía su teléfono intervenido antes del 11-M y que esas escuchas telefónicas se interrumpieron al día siguiente de los atentados? ¿Conocía que los teléfonos móviles usados en las bombas fueron liberados en la tienda de un policía? Casi todos los principales responsables del 11-M eran confidentes, trabajaban para los servicios de Inteligencia o estaban siendo estrechamente vigilados antes de la masacre. ¿Cómo se pudo, entonces, producir ese atentado? ¿Estamos ante una simple negligencia?
Los enigmas del 11-M analiza las investigaciones contenidas en el sumario judicial y revela datos sorprendentes que le harán replantearse su visión de los hechos. Después de dos años de indagaciones policiales, judiciales y periodísticas, y después de una Comisión de Investigación que no fue capaz de explicar nada, la opinión pública sigue sin conocer quién puso las bombas, quién las fabricó, quién dio las órdenes para atentar a tres días de unas elecciones. Pero lo que sí está claro a estas alturas es que aquel atentado provocó un cambio político en España cuyas consecuencias sólo ahora estamos empezando a vislumbrar.
Editorial: Libros Libres, 2006; 180 Páginas |