Luciente, perfectamente calibrado, descansa con cuidado el fusil de asalto en el armario. O quizás está escondido en una esquina polvorienta del desván. Pero ya sea que estén guardadas con orgullo o con indiferencia, las armas están muy presentes en la idiosincrasia suiza.
Y los suizos están llamados a las urnas el próximo domingo para votar sobre la iniciativa popular que cuestiona una vieja tradición: tener en casa el arma que el ejército les concede una vez acabado el servicio militar obligatorio.
Las armas suizas, sin embargo, no se quedan todas en casa. Suiza exporta material bélico a más de 70 países en el mundo. Los periodistas internacionales que están cubriendo las revueltas en Egipto han sido amenazados por el ejército nacional con fusiles suizos
El negocio de las armas generó en 2009 un hito histórico nacional de US$727 millones y dio más de 6.000 puestos de trabajo. Pero Suiza es la sede de más de 250 ONG y organizaciones internacionales como la Cruz Roja. Y según el artículo 54 de su Constitución, la Confederación Helvética "asegura la convivencia pacífica de los pueblos y salvaguarda las bases naturales de la vida".
El país alpino es además conocido por tener más de 500 años de democracia y paz, y por su posición neutral en los últimos conflictos mundiales. ¿No encierra esto una gran contradicción?
Exportador bélico
Pierre Rusconi, presidente regional de la Unión Democrática de Centro (UDC), principal fuerza política del país, no cree que la exportación de armas ponga en tela de juicio la neutralidad y la vocación pacifista de Suiza, ni su rol de mediador eficaz en conflictos internacionales.
En Suiza existen cuatro grupos dedicados a la fabricación de material de guerra y armamento. "Las fábricas de armas fueron creadas durante la II Guerra Mundial para permitir al país ser independiente militarmente", le dijo Rusconi a BBC Mundo. "Y Suiza intentar evitar la venta (de armas) a países beligerantes", agregó.
Ese es, sin embargo, un asunto complicado: asegurarse de venderle armas a quienes no las van a usar.
"Los periodistas internacionales que están cubriendo las revueltas en Egipto han sido amenazados por tropas del ejército con fusiles suizos", afirma Tobia Schnebli, activista del Grupo por una Suiza sin ejército (GSse).
"Por desgracia el Consejo Federal es un siervo de la industria bélica, pues permite la exportación de armas a países en guerra. Esta actitud desacredita totalmente la neutralidad y la tradición humanitaria del país", le dijo Schnebli a BBC Mundo.
Los clientes de Suiza
Pero, ¿quién le compra armas a Suiza? Según información publicada por el Ministerio de Economía (DFE), la Confederación Helvética es proveedora de unas 74 naciones de los cinco continentes.
Exportación de armas - 2008/2009
•Alemania: US$218 millones
•Arabia Saudita: US$164 millones
•Pakistán: US$125 millones
Fuente: Ministerio de Economía suizo
El principal cliente de 2009 fue Alemania, que importó armas por US$138 millones, luego de haber comprado US$80 millones en 2008. Le sigue Arabia Saudita, con importaciones por US$131 millones; Dinamarca, con US$77 millones en 2009 y US$80 millones en 2008; y el Reino Unido, con US$70 millones. Estados Unidos (US$36 millones) y Chile (US$15 millones) encabezan la lista en el continente americano en 2009; pero Brasil, Chile, Argentina, Panamá y Ecuador también son consumidores a baja escala. Asia también es un continente rentable para Suiza. Pakistán encabeza una lista -con US$110 millones en 2008 y US$15 millones en 2009-, que incluye también a Malasia (US$14 millones), Corea del Sur y Singapur, con alrededor de US$5 millones cada una.
Pero además, la industria armamentística suiza ejerce un papel importante dentro del propio país.
Ejército suizo
La iniciativa popular propone reducir drásticamente el número de armas en manos de los ciudadanos suizos. Para Tobia Schenbli, Suiza "es una nación neutral pero no pacifista" y a su vez añade: "paradójicamente, el gasto nacional en Defensa sumará US$7 millones". Y, según cifras del Ministerio de Defensa, la armada helvética cerró el 2009 con un arsenal de 134.200 elementos.
Estos datos ofrecen una fácil lectura dentro de su contexto. En Suiza, existe un elemento de la armada por cada 58 habitantes. En Estados Unidos, potencia bélica, la proporción es de uno por cada 300 personas.
Pierre Rusconi defiende "la industria del armamento pues una parte de la producción es para 'casa' y todo el resto es exportado, con el objetivo de evitar la venta en zonas de conflicto".
Tradición nacional
Suiza es uno de los países con la más alta proporción de armas de fuego en mano de ciudadanos civiles, superando los dos millones y medio. Una cifra elevada si se considera la población asciende a 7,7 millones de habitantes.
Según cifras de 2007 del Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra, mientras en EE.UU. existen 90 armas de fuego por cada 100 habitantes, en Suiza la proporción es de 46 por cada 100, separados a la cabeza de la tabla mundial sólo por Yemen (61) y Finlandia (56).
"Fusiles y pistolas están muy arraigadas en la tradición helvética", afirma Rusconi. Pero para el activista Schnebli "la vieja idea de que el suizo para ser ciudadano tiene que ser a su vez soldado" es anacrónica.
A pesar de la amplia difusión de armas, Suiza no tiene una gran tasa de criminalidad. Sin embargo, el país alpino está a la cabeza por el número de suicidios con armas de fuego en Europa. Según la Oficina Federal de estadística, en el 2009, el 30% de los suicidios se realizaron con un disparo.
La iniciativa popular del próximo domingo pretende reducir los suicidios y homicidios, según sus defensores. Una promesa que no puede ser mantenida, replican los opositores, además de que eliminaría una de las tradiciones más arraigadas en la cultura helvética: la posesión de armas.
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