Jugar con la conocida frase “innovarse o morir” es obligado si observamos la evolución del terrorismo yihadista salafista en los últimos meses y en diversos frentes del mundo. Aunque múltiples operaciones militares y policiales dentro y fuera del mundo árabe-musulmán - con resultados visibles en Irak y en diversos países europeos, ya se trate de operaciones militares para el caso del país árabe o de operaciones policiales en suelo europeo - podrían transmitir una imagen de acoso a las células y grupos yihadistas salafistas, la observación de la realidad nos muestra que estos pugnan por recuperarse y por adaptarse a dicho escenario de acoso para seguir actuando.[1] Para ello no sólo siguen utilizando intensamente el inabarcable nudo de más de 5.000 websites yihadistas inventariadas sino que introducen fórmulas de camuflaje de su combate que siguen sorprendiendo a quienes, entre las fuerzas de seguridad y las fuerzas militares a ello destinadas, creían haber visto ya todo. Veamos a continuación algunos de estos frentes e instrumentos profundamente marcados por la etiqueta empresarial de la innovación.
La recuperación de viejos conflictos con arrastre: las caricaturas del Profeta
La detención por parte de la policía danesa el 12 de febrero de tres presuntos terroristas - dos tunecinos y un danés de origen marroquí - que planeaban asesinar a Kurt Westergaard, autor de las caricaturas del Profeta Mahoma cuya publicación por el diario Jyllands-Posten en septiembre de 2005 provocó múltiples disturbios por doquier alentados por los yihadistas salafistas y por otras corrientes islamistas e incluso no islamistas, ha reabierto el frente de choques violentos y de tensión que se quiere permanente para demostrar la existencia de un conflicto que sólo puede resolverse con la victoria o con el martirio.[2] A dicha provocación terrorista los medios daneses han respondido recuperando en portada las viñetas de Westergaard en todas las ediciones del 13 de febrero - en particular la considerada más ofensiva de las doce publicadas por el susodicho diario y que representa al Profeta Mahoma con una bomba en su turbante - y provocaban con ello el esperado efecto reactivo, con disturbios en Dinamarca pero también en Pakistán o en Kuwait, en el campo de batalla global de los yihadistas que los radicales a buen seguro estarán festejando.[3] Si ya entre 2005 y 2006 hasta tres embajadas del Reino de Dinamarca fueron quemadas y murieron 50 personas en enfrentamientos en distintos escenarios los yihadistas querrían repetir y mejorar tal cuadro. Por otro lado, cabe recordar que en septiembre de 2006 varios yihadistas fueron condenados en la ciudad de Odense por planear un atentado contra el diario Jyllands-Posten y contra su editor cultural Fleming Rose, también amenazado por los terroristas.[4]
El desenterramiento de este debate y de los enfrentamientos se ha producido, no lo olvidemos, porque se ha descubierto un plan “muy concreto” para asesinar al dibujante Westergaard. Además, la repetición de la presión y de la violencia va a llevar, segura y necesariamente, a recordar el contexto en el que se produjo la crisis anterior y a apoyar al perseguido incluso por quienes consideraron entonces y pueden seguir considerando hoy tal representación del Profeta Mahoma como irreverente, innecesaria y incluso estúpida. El caso permite recordar que las viñetas fueron bienvenidas por quienes luchaban y lo siguen haciendo contra la autocensura occidental, ahora en juego de nuevo por la presión en marcha apoyada ya por 160.000 internautas para retirar de la enciclopedia virtual estadounidense Wikipedia todas las imágenes que encontramos al realizar la búsqueda “Mahoma”, algunas de ellas tan respetables como las recogidas por musulmanes como Al Bïrunï en el siglo XV o por Widjan. Alí sobre las imágenes del Profeta entre los siglos XIII y XVII. [5] También es obligado recordar que algunos imames daneses hicieron una manipulación interesada de aquella crisis llevando en una gira por Oriente Próximo dibujos apócrifos que soliviantaron aún más a las turbas. En términos de autocensura es interesante destacar que cuando visitamos la entrada “Mahoma” en Wikipedia encontraremos las imágenes del Profeta - todas ellas recogidas, insistimos, de textos musulmanes - en la edición en castellano pero no, por ejemplo, en la edición en catalán que las ha retirado.
A la manipulación de temas como este desde los instrumentos de comunicación de redes y grupos yihadistas salafistas hemos de añadir la labor de acoso y derribo contra determinados objetivos (Occidente, Israel, los “cruzados”, los “sionistas”, los idólatras, etc.) realizada desde canales de información árabo-musulmanes durante años que han permitido una radicalización endémica de buena parte de la opinión a la hora de analizar determinadas cuestiones, hecho que indudablemente crea un caldo de cultivo favorable para que luego medren las ideas de los yihadistas salafistas. Ello ha llevado por fin, y además recientemente, a los gobernantes árabes a asumir la necesidad de poner límite a tanta barbarie propagandística, aunque también es obligado señalar que han llegado a tal conclusión más por ver la amenaza que para sus regímenes representa tal visión simplificadora y desestabilizadora que por la inestabilidad global que ha creado y crea en las relaciones entre Estados y entre comunidades humanas. Así, veinte de los veintidós Ministros de Comunicación de la Liga de Estados Árabes, reunidos la semana pasada en El Cairo, han adoptado un código de conducta para que las cadenas de televisión dejen de atentar contra “la paz social, la unidad nacional, el orden público o los valores tradicionales”. Es significativo que dos Estados se hayan desmarcado de tal iniciativa: en primer lugar Líbano, desde donde emite la cadena de televisión de Hizbollah, “Al Manara”, cuya sintonización está prohibida, por ejemplo, en Francia por su apología del terrorismo; y, en segundo lugar, Qatar que es cuna de la cadena Al Jazeera que desde su fundación y aún cuando ha abierto espacios de debate interesantes también ha ahondado en una visión terriblemente maniquea y simplificadora de diversos conflictos alimentando entre sus televidentes más la reacción violenta que la reflexiva.[6]
Bueno es pues que algunos Gobiernos reaccionen, aunque sea por motivos egoístas de mantenimiento de la seguridad interior en sus países, y bueno es también que representantes de las comunidades musulmanas llamen por su nombre a la amenaza: así, el presidente de la Junta Islámica catalana, Abdennur Prado, advertía el 14 de febrero que en algunas mezquitas de Cataluña están medrando corrientes salafistas que propugnan “un Islam radical y de ruptura con la cultura occidental”.[7]
La utilización de niños, de mujeres y de disminuidos psíquicos en los atentados
La utilización como terroristas de menores, de mujeres, de ancianos o incluso de disminuidos psíquicos es una realidad que ha hecho hasta ahora aún más difícil, por lo que tenía imprevisible y de sorpresiva, la lucha contra los terroristas yihadistas salafistas.
El 7 de febrero se daban a conocer en Irak cinco vídeos incautados a Al Qaida el pasado 4 de diciembre en Khan Bani Saad, en la provincia de Diyala, por fuerzas iraquíes y de la Coalición en los que se muestra el entrenamiento de niños de alrededor de diez años de edad en diversas actividades terroristas, desde portar cinturones con explosivos hasta el manejo de diversos tipos de armas pasando por ensayos de secuestros y de ejecuciones de rehenes.[8] Ya en abril de 2007 la ONU denunció que Al Qaida utilizaba en Irak a niños con o sin discapacidades mentales para sus fines terroristas, algo confirmado el pasado mes de enero cuando dos chicos de 15 años fueron utilizados como terroristas suicidas. También en Argelia las autoridades calculan que Al Qaida en las Tierras del Magreb Islámico (AQMI) habría reclutado una cincuentena de menores de entre 12 y 17 años en la segunda mitad de 2007 para utilizarlos en atentados, sospecha confirmada por el joven de 15 años que volaba un cuartel de la Marina argelina matando a 30 militares en Dellys el 8 de septiembre pasado.[9] Por otro lado destacan también los dos atentados suicidas realizados en Bagdad por dos mujeres afectadas por el síndrome de Down el 1de febrero y que costaron la vida a 73 personas,[10] o el atentado suicida realizado por una mujer en la localidad argelina de Thenia el pasado 29 de enero - y que provocó la muerte de al menos diez personas en su ataque contra una comisaría de policía - siendo este el primero realizado en Argelia por una terrorista femenina.[11]
Un terrorismo siempre escurridizo que desgasta a quienes lo persiguen
En este punto es importante destacar cómo las operaciones policiales contra los grupos y células terroristas yihadistas salafistas en suelo europeo, sometidas a un fuerte acoso mediático y a los estrictos límites que imponen los poderes judiciales, suponen un gran desgaste para los investigadores y suelen conllevar riesgos tanto por el sacrificio de instrumentos imprescindibles (por ejemplo, de confidentes e infiltrados) como por la probabilidad alta de caer en contradicciones entre servicios policiales dentro de un Estado o de los de varios Estados entre sí. A ambos problemas hay que añadir siempre el tantas veces evocado de las dificultades para reforzar la carga de la prueba contra tantos presuntos terroristas ante los tribunales.
El mejor ejemplo actual para ilustrar tales riesgos es la operación llevada a cabo por la Guardia Civil Barcelona el pasado 18 de enero y realizada en coordinación con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que la aceleró al recibir informaciones inquietantes de servicios de inteligencia de países aliados. La detención del grupo de doce paquistaníes y dos indios que aparentemente estaban a punto de cometer atentados suicidas en el metro de la Ciudad Condal ha sido sin duda importante pero ha permitido también mostrar algunas debilidades o, al menos, algunas posibles debilidades dentro del bando antiterrorista. En primer lugar, la operación habría provocado, según algunos medios de comunicación, roces entre Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado - el Cuerpo Nacional de Policía tendría controlados desde tiempo atrás a algunos de los detenidos y vio sacrificada su línea de investigación por la intervención del Instituto Armado - o mostrado falta de coordinación con los Mossos d’Esquadra como cuerpo de policía autonómica que habría quedado marginado en una primera fase de la operación siendo invitados a apoyarla una vez lanzada con, entre otras acciones, la protección de perímetros y la investigación de la escasa sustancia explosiva encontrada. La operación habría llevado también, y esto es probablemente lo más grave, a “quemar” a un infiltrado en el grupo, un paquistaní con acceso a las redes en suelo europeo pero también en el sensible santuario yihadista de Pakistán, un diamante en bruto para cualquier cuerpo de seguridad o servicio de inteligencia cuyo sacrificio al convertirle en testigo protegido obliga a empezar de nuevo en la ardua labor bien de atraer a yihadistas o bien de infiltrar a agentes en ese cerrado mundo.[12] Finalmente, y en términos de manipulación propagandística de la operación, no hay que olvidar que a la tendencia habitual de algunos medios de comunicación de mostrar la “cara amable” de los perseguidos y detenidos, “buenos musulmanes practicantes” o “musulmanes pacíficos” o “personas trabajadoras nada radicalizadas”, o de publicar interpretaciones según las cuales se habría hecho como siempre la amalgama en la comunidad musulmana registrando y violentando domicilios, negocios intachables como atractivas pastelerías y teterías o incluso mezquitas y oratorios, se ha añadido para agravar este riesgo siempre existente errores en la información intercambiada entre servicios de inteligencia y fuerzas de seguridad dentro del contexto europeo. Junto al disgusto que el sacrificio del confidente - ampliamente aireado tanto por las autoridades como por los medios de comunicación españoles - habría provocado en servicios como la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) francesa de la que partió la información para neutralizar al grupo, y en otros,[13] disgusto del que se ha hecho eco incluso el New York Times,[14] cabría recordar el lamentable espectáculo de seis miembros de una familia paquistaní detenidos el 22 de enero por la policía británica y a petición de los servicios españoles en el Aeropuerto de Gatwick, adonde llegaban desde Barcelona y que resultarían ser cuatro de ellos miembros de la familia de Chaudhry Shujaat Hussain, alto cargo de la Liga Musulmana de Pakistán (PML-Q), el partido del Presidente Pervez Musharraf.[15] Interrogados en la comisaría de máxima seguridad de Paddington Green por agentes antiterroristas de Scotland Yard fueron enviados a Pakistán al día siguiente de su detención donde denunciaron los hechos.
Finalmente y como no hay mal que por bien no venga conviene también señalar que el nivel 2 de alerta terrorista impuesto en toda Cataluña a raíz de la operación contra los paquistaníes en Barcelona está siendo útil para, aparte de acosar a los yihadistas que a buen seguro pasarán un tiempo de repliegue y ocultamiento, avanzar en la lucha contra otros delitos.
A modo de conclusión
Si algo nos demuestra este repaso a la actualidad en lo que al activismo terrorista yihadista respecta es que aún no hemos visto todo. Si con algún terrorismo hay que procurar ser imaginativo es con el yihadista salafista.
También cabe destacar que ya es hora de actualizar nuestros códigos penales para luchar contra un terrorismo que no sólo se manifiesta con ataques suicidas, coches bombas y decapitaciones sino que también lo hace con la propagación de mensajes audiovisuales extremadamente violentos buscando con ello atraer adeptos. Por ello duele observar cómo se siguen repitiendo situaciones, por otro lado previsibles, como la liberación de dos de los tres detenidos en Vitoria por poseer y propagar materiales terroristas en paralelo a la absolución, el 13 de febrero en Londres y en segunda instancia, de cinco estudiantes islamistas que habían sido condenados a penas de prisión en 2007 por descargar de Internet y compartir materiales de Al Qaida y que ahora han visto aceptada su apelación.[16] Quizás convenga aquí recordar no sólo lo que hacen aliados nuestros como Francia - que prohíbe la ominosa cadena prototerrorista “Al Manara” porque envenena con sus tendenciosos contenidos a las mentes no suficientemente formadas - sino también a los gobernantes de la inmensa mayoría de los países árabes que ya han comprendido, al fin y veremos si de forma permanente y lo suficientemente amplia, que la labor de propagar la violencia debe de ser impedido si se quiere que la lucha contra el terrorismo sea exitosa. Con ello no se están sacrificando libertades sino que se está protegiendo a nuestras sociedades de los enemigos declarados de la libertad y del progreso.
Notas
[1] En Argelia eran detenidos el 6 de febrero seis de los responsables de los atentados suicidas que el 11 de diciembre provocaron 41 muertos en Argel, entre ellos 17 trabajadores de agencias de la ONU. Véase “Detenidas seis personas por los atentados contra un edificio de la ONU en Argel” El Mundo 7 febrero 2008, p. 12. En Vitoria, la Ertzaintza detenía el 14 de febrero a tres argelinos acusados de hacer proselitismo yihadista salafista distribuyendo CDs y archivos MP3 con propaganda de grupos y redes que ellos mismos bajaban de Internet. Véase Guenaza, Aitor: “Detenidos tres supuestos islamistas radicales en Vitoria” El País 15 febrero 2008, p. 23.
[2] Rico, Maite: “Dinamarca evita un atentado islamista contra un dibujante” El País 13 febrero 2008, p. 4.
[3] “Mahoma vuelve a las portadas” ADN 14 febrero 2008, p. 9 y “Disturbios en Dinamarca por las viñetas de Mahoma” El País 16 febrero 2008, p. 6.
[4] Echeverría Jesús, C.: Ataques yihadistas frustrados en Europa Análisis del GEES nº 228, 17 octubre 2007, en <www.gees.org/autor/251>.
[5] Véase Delclós, Tomás: “Wikipedia rechaza retirar imágenes de Mahoma” El País 15 febrero 2008, pp. 76-77.
[6] Cembrero, Ignacio: “Cerrojazo de los países árabes a televisiones como Al Jazeera” El País 15 febrero 2008, p. 10.
[7]Véase Metro Directo 15 febrero 2008, p. 2.
[8] Bergareche, Borja: “Niños para la yihad” ABC 8 febrero 2008, en <www.abc.es/20080208/internacional-oriente-medio/ninos-para-yihad_200802080249.html>
[9] Echeverría Jesús, C.: La obsesiva fijación de Al Qaida por el Magreb Análisis del GEES nº 220, 20 septiembre 2007, en <www.gees.org/autor/251>.
[10] Fletcher, Martín: “Dos atentados causan 73 muertos en la peor matanza de los últimos meses en Bagdad” El Mundo 2 febrero 2008, p. 28.
[11] “Mueren 10 personas en el primer ataque de una mujer suicida en Argelia” El Mundo 30 enero 2008, p. 29.
[12] “Testigos (des)protegidos” El Periódico de Catalunya 12 febrero 2008, p. 23.
[13] “El espionaje galo alertó en Navidad del atentado de los paquistaníes” ABC 3 febrero 2008, p. 22.
[14] “Francia, “furiosa” con España por ‘quemar’ a su confidente” El Mundo 14 febrero 2008, p. 20.
[15] García, Nando: “El CNI confundió a familiares de un colaborador de Musharraf con islamistas” El Mundo 6 febrero 2008, p. 20.
[16] Cabe destacarse que los dos liberados lo han sido sin medidas cautelares y que el tercero sólo deberá comparecer cada lunes ante el Juzgado de Vitoria. Véase “Marlaska deja libres a dos de los islamistas arrestados en Vitoria” El País 16 febrero 2008, p. 17. Respecto al caso británico, el Juez de la Corte de Apelación estima en un claro ejercicio de buenismo que no está probada la conexión entre el manejo de documentos radicales y la voluntad de atentar, y da siete días a la Fiscalía para recurrir la sentencia. Véase “Reino Unido. Absueltos cinco condenados por ver ‘webs’ de Al Qaeda” El País 14 febrero 2008, p. 10.
Carlos Echeverría Jesús (Madrid, 26 de marzo de 1963) es Profesor de Relaciones Internacionales de la UNED y responsable de la Sección Observatorio del Islam de la revista mensual War Heat Internacional. Ha trabajado en diversas organizaciones internacionales (UEO, UE y OTAN) y entre 2003 y 2004 fue Coordinador en España del Proyecto "Undestanding Terrorism" financiado por el Departamento de Defensa de los EEUU a través del Institute for Defense Analysis (IDA). Como Analista del Grupo asume la dirección del área de Terrorismo Yihadista Salafista.
GEES, Análisis nº 263 | 21 de Febrero de 2008 |