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Garton Ash, Timothy
Mundo libre. Europa y EE.UU. Ante la crisis de Occidente

¿Estamos forzados a elegir entre el antiamericanismo y el antieuropeísmo? La respuesta es no. Frente a esos dos nacionalismos negativos, que basan la identidad propia en el rechazo del Otro, Timothy Garton Ash defiende un programa de entendimiento euroatlántico, con el objetivo de contribuir a que el mundo sea más libre.

Por su doble faceta de académico y de reportero, de profesor de historia contemporánea en Oxford y de infatigable viajero dispuesto a hablar con todo tipo de personas en cualquier lugar, Garton Ash ocupa un lugar muy especial en el panorama intelectual de hoy. Su último libro representa a la vez un esfuerzo de análisis y un llamamiento a la acción. El análisis se centra en las tensiones entre Europa y los Estados Unidos, los dos grandes aliados de la Guerra Fría, cuyo desencuentro respecto a la guerra de Iraq resulta sintomático de una grave crisis en el seno de lo que se solía llamar Occidente. Y el llamamiento va dirigido a esos mil millones de hombres y mujeres, en su mayoría europeos y americanos, que según un cálculo aproximado pueden considerarse verdaderamente libres y cuya obligación es contribuir a que también lo sean esos otros cinco mil millones de personas que viven atenazadas por la miseria, la violencia y la tiranía.

En su opinión, el gran debate que se está produciendo en Europa es el que se refiere a la actitud que ésta debe tomar frente a los Estados Unidos, o lo que es lo mismo, a la posición que Europa debe tener en el mundo. En ese debate se oponen los que él llama “eurogaullistas”, es decir, aquéllos que quisieran replantear a escala europea los sueños de poderío mundial de Francia y otras naciones, y que consideran necesario fundar la identidad común europea en la oposición a los Estados Unidos, y los “euroatlantistas”, para quienes la comunidad de valores entre las dos orillas del Atlántico es más importante que todo aquello que nos separa. Por supuesto, Garton Ash se sitúa entre los segundos, aunque lo que le diferencia de muchos de sus compatriotas ingleses no es su atlantismo, sino su europeísmo.

A pesar de las diferencias de intereses e incluso de valores (aunque no hay que olvidar que éstas se dan también dentro de Europa y dentro de los Estados Unidos), la colaboración entre americanos y europeos resulta indispensable para hacer frente a los grandes problemas del mundo, entre los cuales Garton Ash destaca cuatro. En primer lugar, la crisis de Oriente Próximo, cuya resolución en un sentido democrático interesa, por motivos geográficos, a Europa más aún que a América. En segundo lugar la emergencia de nuevas grandes potencias en Asia Oriental, que es importante evitar que conduzca a enfrentamientos bélicos. En tercer lugar, la pobreza de muchos países del Sur, que plantea a los prósperos países occidentales la obligación moral de contribuir a su desa-rrollo, mediante la ayuda pública y privada y mediante la aplicación de los principios de libre comercio, que en teoría defendemos pero que ignoramos respecto a los productos que pueden vender los países en desarrollo. La Política Agraria Común, que condena a la miseria a muchos potenciales exportadores del Tercer Mundo, representa para Garton Ash un caso flagrante de hipocresía europea, sólo comparable a la tacañería americana en materia de ayuda al desarrollo. Y finalmente, el cuarto gran problema es el del calentamiento global, una amenaza frente a la que la Unión Europea se ha mostrado mucho más lúcida que la administración Bush.
El modelo estadounidense tiene sus ventajas, como mayor productividad económica y más capacidad de integrar a los inmigrantes. Los modelos europeos tienen las suyas, especialmente en lo referente al Estado del Bienestar. Debemos imitarnos mutuamente en lo mejor, sin olvidar que la diversidad es en sí misma deseable. Y debemos cooperar en la lucha por un mundo mejor, una tarea que sería suicida dejar exclusivamente en manos de los gobernantes. El mensaje de Mundo Libre, ampliado en freeworldweb.net, es sobre todo un llamamiento a la movilización ciudadana en temas de política exterior.

Trad. Sara Barceló. Tusquets. Barcelona, 2005. 367 págs.

Juan Avilés
El Cultural