Resumen: 
                                    El acoso y la  intimidación entre iguales ya no se limitan a los espacios propios de los centros  educativos ni a las calles contiguas, con el uso de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC),  los maltratos adquieren nuevas formas al ser utilizado el ciberespacio, por  alumnos agresores, como escenario virtual para continuar abusos o iniciar  nuevas formas de hostigamiento. Este nuevo rostro de la violencia escolar,  conocido como cyberbullying ha sido poco explorado en el mundo y es en este  artículo, donde damos a conocer los resultados de un estudio pionero realizado  en 34 centros educativos del nivel medio superior de la Universidad Autónoma  de Nuevo León, donde aplicamos un cuestionario en modalidad de autoinforme a  una muestra de mil 66 alumnos. Los resultados de esta investigación exploratoria,  descriptiva, transversal y correlacional, informan que 20% de los alumnos de  escuelas preparatorias son víctimas de insultos, amenazas, acoso sexual,  chantajes, correos desagradables, videos que los ridiculizan, fotografías que los  desprestigian y ridiculizan al ser enviados al ciberespacio o a través de la telefonía  móvil o celular con el objetivo de destruir su honor con acciones que afectan su  intimidad. Los malos rumores, el robo de contraseñas para hurgar en la vida personal  de las víctimas a través de la incursión en sus correos personales y el acceso  ilegal de acosadores a sus computadoras personales a través de técnicas hacker,  son otro tipo de violencia que sufren los alumnos, sin que puedan hacer algo para  defenderse de los ataques. 
                                    Palabras clave: cyberbullying, preparatorias, alumnos, TIC, violencia escolar 
                                    Introducción 
                                    En mucha mayor  medida que la vieja frontera del Oeste americano, advertía Taspscott (1998) la  frontera digital es un lugar de temeridad, confusión, incertidumbre, desastres  y amenazas. Ese presagio formulado en los inicios del desarrollo de la Red de Internet, es ya una  realidad que lastima a quienes integran la generación de la cultura digital,  pues sobre ellos –niños, adolescentes y jóvenes– se ciernen distintas amenazas  que llegan a acabar con su tranquilidad, con su salud física y mental, y no en  pocos casos: con su vida.  
                                      Una de estas  amenazas, es el cyberbullying, un fenómeno al que Smith (2006) define como una  agresión intencional por parte de un grupo o un individuo, utilizando formas  electrónicas de contacto, en repetidas veces, a una o varias víctima que no  pueden defenderse fácilmente por sí mismas. Estas formas son las nuevas  Tecnologías de la   Comunicación y la Información (TIC) internet y telefonía móvil. 
                                    La definición del  fenómeno tiene mucho que ver con la definición de bullying que en las primeras  investigaciones formulara Olweus (1998); de hecho para los científicos europeos  el cyberbullying eso considerado un subtipo o una nueva forma de bullying. Sin  embargo, sin deseo de entrar en polémica, queremos proponer que no sea la  repetición, la característica principal de este tipo de violencia, pues el daño  ocasionado a la víctima no estriba en la cantidad de veces en que es atacada,  sino en la cantidad de veces en que la forma de agresión es expuesta ante los  demás. 
                                    Supongamos que una  alumna es fotografiada o videograbada en los sanitarios por una de sus  compañeras (quizás en ese momento, la víctima, ni se enteró de la agresión) y  la agresora distribuyera la imagen, a través de bluetooth, a todos los alumnos  de la escuela que en ese momento tuvieran teléfono móvil o celular, con la  intención de ridiculizarla y desprestigiarla. El daño no estribaría en las  veces que le tomaron fotografías, sino la cantidad de veces en que su imagen  fue observada generando contra ella burlas o desaprobación. Aún así si sólo una  persona observara ese material la agresión sería grave y causaría mucho daño  moral. 
                                    De hecho los  alumnos que toman videos para subirlos a youtube o páginas similares, lo hacen  para obtener el mayor número de visitas posibles y, por tanto, hacerse de fama.  El problema aquí es que la esencia del bullying estriba en eso: la repetición.  Y al despojarlo de esta característica, entonces tendríamos que abordar el  fenómeno desde la perspectiva de la violencia escolar digital o violencia  escolar telemática. 
                                    Otra diferencia es  que en el bullying la víctima conoce a su agresor y sabe a ciencia cierta por  qué motivo es atacado y en un momento de decisión él o los espectadores pueden  poner un alto a las agresiones, pidiendo la intervención a las instancias  correspondientes. Con el cyberbullying esta opción de defensa se descarta, pues  muchas de las veces la víctima desconoce al agresor y cuando llega a  identificarlo nada puede hacer, pues sólo el acosador tiene acceso al canal de  youtube, a la página Web o cualquier tipo de red social, para sacar del ciberespacio  el material que está generando el daño emocional a la víctima. 
                                    Quienes estudiamos  este fenómeno, sabemos que esto lleva a la víctima vivir momentos de enojo,  deseos de venganza y angustia, que afectan su salud física y mental y esto  repercute en un bajo rendimiento escolar. En casos extremos la zozobra  emocional los transporta por caminos depresivos cuyo destino final es el  suicidio. 
                                    Por esa razón hemos  demandado a la Cámara  de Diputados (Lucio López, 2008) legislar para que los distribuidores de  espacios cibernéticos y los grandes portales, tengan a disposición de la  ciudadanía un operador que, de inmediato, quite del ciberespacio cualquier  video, escrito, imagen, sonido y cualquier tipo de forma digital habido o por  haber, que atente contra la intimidad, el honor y todo tipo de derecho con que  cuente la persona en la realidad tridimensional o en la realidad virtual. 
                                      Sin embargo, los  estudios de este fenómeno apenas comienzan y Smith (2006) señala que el  ciberacoso ocurre a través de mensajes de texto, acoso telefónico, acoso a  través de fotografías y videos, a través de correos electrónicos, sesiones de  chat, programas de mensajería instantánea y acoso vía páginas Web. 
                                    Willard (2005)1  clasifica el cyberbullying dependiendo de la acción que se realiza: provocación  incendiaria, hostigamiento, denigración, suplantación de la personalidad,  violación de la intimidad, exclusión, juego sucio y ciberacoso. Ortega,  Calmaestra y Mora Merchán (2008) realizaron un estudio aplicando un cuestionario  a 823 alumnos de entre 12 y 18 años, de la ciudad de Córdoba, España. Los  investigadores encontraron que uno de cada cuatro de estudiantes está  involucrado en problemas de cyberbullying. 
                                      Para este equipo de  trabajo es muy probable que el primer trabajo de investigación de  cyberbullying, haya sido realizado en Estados Unidos por Finkelhor, Mitchell y  Wolak (2000) utilizando una encuesta telefónica a gran escala, donde quedó  manifiesto que 6% de los adolescentes son acosados a través de internet. De  ellos 33% lo era a través de programas de mensajería instantánea, 32% en las  salas de chat y 19% a través de correo electrónico. En España el Defensor del  Pueblo (2006) detectó un 5.5% de cybervíctimas, de ellas 5.1% lo es de forma  esporádica y 0.4% con una frecuencia superior a una vez por semana. Esto nos  lleva a concluir que el cyberbullying es una realidad en el ámbito educativo,  sin embargo este tipo de violencia es ignorada en nuestro país (El Universal,  2009) a pesar de que sabemos que el acoso escolar puede apoyarse en las  tecnologías de la información y llevarse a cabo más allá del salón de clases. 
                                    Ante esta  situación, decidimos realizar una investigación para conocer la incidencia de  conductas de acoso e intimidación en el ciberespacio, en alumnos de escuelas  preparatorias de la   Universidad Autónoma de Nuevo León. 
                                    Método 
                                    Nuestra  investigación es exploratoria en virtud de que no existen antecedentes en el  país de esta clase de estudios; es descriptiva pues indagamos cómo se manifiesta  el fenómeno en los centros educativos del nivel medio superior de la UANL, es correlacional pues  nuestro propósito es medir el grado de relación entre dos o más variables y al  haberse realizado en un sólo momento es transversal. Sin embargo aclaramos que  aquí presentamos sólo un avance.  
                                    El objetivo general  de la investigación es determinar la incidencia de conductas de acoso e  intimidación en el ciberespacio entre alumnos de las preparatorias. Estas  conductas pueden ser insultos, amenazas, acoso sexual, chantajes, recepción de  correos electrónicos desagradables; además otra meta es conocer la incidencia  de actos deplorables como el atentar contra el honor e intimidad de los alumnos  como afectar la reputación en fotolog, youtube y otras redes sociales a través  de fotografías, videos y escritos ofensivos. 
                                    La pregunta que  guió la investigación es: ¿Cuál es la incidencia de conductas de acoso e  intimidación a través de internet y telefonía móvil que sufren como víctimas  los estudiantes de las escuelas preparatorias de la UANL? 
                                    Participantes 
                                    La población  corresponde a los alumnos inscritos en las escuelas preparatorias de la UANL durante el semestre  agosto-diciembre de 2008. El tipo de muestreo probabilístico utilizado es  aleatorio estratificado con asignación proporcional por centro y género. Se  obtuvo una muestra de mil 66 alumnos trabajando con un 95% de confianza (α= 0,  05.) y con un límite de error no mayor de al 0.3 (+3%). 
                                    Material 
                                    Para llevar a cabo  la investigación sobre cyberbullying elaboramos un instrumento inspirados en  uno que aplicamos previamente en un estudio sobre violencia en los centros  educativos del nivel medio superior (Lucio López, 2005) y lo adaptamos para  plantear las preguntas en cuanto a las conductas de bullying, pero ahora  enfocadas al ciberespacio. El cuestionario en modo de autoinforme fue piloteado  en la Preparatoria  9, con la participación de 50 alumnos que contestaron las preguntas. Medimos el  tiempo utilizado para el llenado total del autoinforme y anotamos los conceptos  y preguntas que no eran comprendidas. Posteriormente hicimos las correcciones y  procedimos a la elaboración del total de la muestra con un excedente de 40  instrumentos para cualquier contratiempo. Las preguntas esenciales del  cuestionario para identificar a las víctimas eran en el sentido de si en  Internet, ¿te han insultado?, ¿te han amenazado?, ¿te han acosado sexualmente?,  ¿te han chantajeado?, ¿te han enviado correos desagradables?, ¿han afectado tu  reputación firmando en tu fotolog con comentarios que atentan contra tu honor?,  ¿han difundido contra ti malos rumores en fotolog, páginas personales, o foros,  para dañarte?, ¿han subido a youtube videos desagradables para ofenderte?, ¿han  subido fotos tuyas a la red para ridiculizarte o desprestigiarte?, ¿te han  robado contraseñas para impedirte entrar a tu fotolog o correos personales?,  ¿has sido víctima de hacker?  
                                    Estas mismas preguntas  las planteamos en cuanto al uso de la telefonía móvil, para determinar si los  alumnos sufren estas mismas agresiones a través de sus teléfonos celulares. 
                                    Las preguntas  fueron elaboradas con respuestas ordinales como: nunca, algunas veces, muchas  veces y siempre.  
                                    Para identificar a  los agresores planteamos las mismas preguntas, pero ahora cuestionando si quien  contestaba había participado como agresor. Las preguntas fueron en el sentido  de en Internet ¿tú, en lo persona,l has insultado a alguien?, ¿has amenazado? y  así sucesivamente. Sin embargo aquí sólo se dan a conocer índices de  victimización. 
                                    Procedimiento 
                                    A cada uno de los  directores o directoras de los centros les fue solicitada una base de datos con  los nombres de todo el alumnado y los grupos donde llevaban a cabo sus  estudios. Hacíamos el ejercicio estadístico para la selección aleatoria y  posteriormente acudíamos a la escuela con el listado de alumnos. Posteriormente  pedíamos que los reunieran en algún auditorio o aula donde les informábamos a  los estudiantes el objetivo del estudio y solicitábamos que contestaran con  sinceridad el autoinforme. 
                                      Ningún alumno  estuvo junto a otro, pero aún así se hizo la aclaración de que no había  respuestas correctas o incorrectas, pues todas ellas respondían a su experiencia  en la convivencia escolar.  
                                    De esa manera  recorrimos los 34 centros educativos aplicando cada uno de los cuestionarios. 
                                    Captura y  tratamiento estadístico de los datos 
                                    Las respuestas  fueron codificadas y capturadas en una base de datos construida a propósito en  el programa estadístico SPSS versión 16.  
                                    Resultados y  conclusiones 
                                    De acuerdo con los  resultados obtenidos un 22.6% de los alumnos de las escuelas preparatorias de la UANL, han sido insultados en  internet, la mayor parte de las víctimas se ubican en el rubro de Algunas veces  en un 18.8%, seguido de un 2.9% de respuestas de Muchas veces y un 1.1% en la  respuesta de Siempre. Las frecuencias de Muchas veces y Siempre son mínimas en  su incidencia por lo que se puede deducir que son pocos los alumnos que sufren  el ciberacoso en forma severa.  
                                    Los resultados nos  indican un 19.6% de los alumnos ha sido amenazados a través de la red; un 11.4%  se ha sentido acosado sexualmente; un 11.4% ha sido chantajeado por compañeros  que le han pedido cosas a cambio de no divulgar sus cosas íntimas en la red.  
                                    Un 15.8% de los  alumnos ha recibido correos electrónicos con mensajes desagradables, mientras  que un 24.4% ha visto afectada su reputación por personas que han escrito en el  fotolog de la víctima comentarios que atentan contra su honor. Este es el  maltrato que tiene mayor frecuencia en la red. 
                                    Un 8.8% del  alumnado ha sido víctima de compañeros que han subido a youtube videos  desagradables que les tomaron, con el firme propósito de ofenderlos, ridiculizarlos  o desprestigiarlos. 
                                    Un 15.4% de los  estudiantes han sido víctimas de compañeros que han difundido malos rumores en  fotolog, páginas personales o foros con el fin de causarles daño emocional. El  maltrato que alcanza la menor frecuencia, pero no por eso no es dañino, es el  de un 4.6% de alumnos que han sido víctimas de personas que subieron  fotografías suyas a la red con el fin de ridiculizarlos o desprestigiarlos. 
                                    También ocurre un  tipo de violencia física indirecta a pesar de llevarse a cabo en la realidad  virtual, y es la que cometen los abusones contra un 10.6% de alumnos a los que  les han robado contraseñas para impedirles entrar en sus fotolog y correos  personales. Además un 14.6% de los alumnos han sido atacados por compañeros  hacker que han incursionado en su computadoras personales, fotolog y otras  redes sociales para hacerles daño.  
                                    Un aspecto muy  importante es que un 65.1% de las víctimas han podido identificar a sus  agresores siendo éstos sus propios compañeros, lo lamentable es que un 34.9% de  los alumnos no saben quién los está atacando, por lo que se encuentran en total  indefensión, sufriendo momentos de zozobra, pues no saben de dónde provienen  las agresiones de que son objeto ni pueden quitar de la red la forma  cibernética que les hace daño. 
                                    Preguntamos a las  víctimas cuáles fueron sus reacciones cuando fueron agredidos, un 53.7% informó  que su reacción fue de enojo, un 13.3% señaló que pensó en buscar venganza, un  9.4% dijo que decidió ignorar el hecho y un 23.6% optó por ignorar los ataques  en su contra. 
                                    Al sumar todos lo  maltratos por frecuencias, encontramos que el que ocupa el primer lugar con un  17% es de el maltrato que causan alumnos afectan la reputación de los alumnos  firmando fotolog de la víctima con comentarios que atentan con el honor de  ésta. El segundo lugar, con un 15.7%, lo ocupan los insultos, el tercer lugar  es el de amenazas con un 13.6%, el cuarto lugar, con un 10.7% lo ocupa la  difusión de rumores malignos; el quinto lugar con un 10.7% lo ocupan los  ataques hacker; el sexto lugar con un 7.9% está el chantaje de que son objeto  las víctimas a las que piden cosas a cambio no divulgar cosas íntimas en la  red. El séptimo lugar con un 7.9%, lo ocupa el acoso sexual en la red; el  octavo lugar, con un 7.3% lo ocupa el robo de contraseñas de e-mail y de acceso  a redes sociales; le sigue en noveno lugar con un 6%, pero no por eso menos  dañino, el subir vídeos desagradables a youtube con el fin de ofender a la  víctima; y en décimo lugar con un 3.2% lo ocupa el maltrato de subir fotografías  a la red para ridiculizar y desprestigiar a alguien. 
                                    En cuanto al  cyberbullying a través de la telefonía móvil, los resultados indican que el  insulto es la agresión que registra mayor incidencia. Un 49.9% de alumnado dijo  haber sido objeto de insultos a través de llamadas a teléfono celular. Esta  agresión es grave, pues un 25% de los estudiantes contestaron que han sido  insultados Siempre; un 9% muchas veces y un 15.9% algunas veces. 
                                    Este índice  violento es el único que registra un incremento en relación a los demás donde  las frecuencias disminuyen drásticamente. Así tenemos que un 18% % del alumnado  señaló que ha sido amenazado a través del teléfono celular, un 11.9% Algunas  veces, un 9% muchas veces y un 4.1% siempre.  
                                    Un 9.8% del  estudiantado se ha sentido acosado sexualmente a través de su teléfono celular,  un 9.7% señala haber sido objeto de chantajes, un 11.7% dice haber recibido  mensajes de texto desagradables, 15% indicó que ha sido afectado en su  reputación con comentarios que atentan contra su honor y 12.1% dijo que ha sido  víctima de bromas pesadas.  
                                    Un 7.6% % del  alumnado dijo que a través de teléfonos celulares o móviles le han tomado  vídeos desagradables que luego fueron subidos a youtube para ridiculizarlos,  ofenderlos y atentar contra su intimidad y honor en a través de la red de  Internet.  
                                    Un 5.3% del  estudiantado indicó que compañeros les tomaron vídeos para distribuirlos en sus  centros educativos, con el fin de ridiculizarlos y desprestigiarlos. 
                                    Un 5.9% de los  estudiantes señalaron que a través de teléfonos celulares les tomaron  fotografías para distribuirlos en sus escuelas preparatorias, a fin de ridiculizarlos  y desprestigiarlos. 
                                    Conclusiones 
                                    Podemos concluir  que el cyberbullying es una realidad en los centros educativos del nivel medio  superior, por lo que es urgente la creación de programas educativos para  encarar este problema. 
                                    Notas 
                                    -Defensor del Pueblo (2006). Violencia Escolar: El maltrato entre iguales en la Educación Secundaria Obligatoria 1999-2006 (nuevo estudio y actualización del Informe 2000), Madrid. Publicaciones Oficina del Defensor del Pueblo. 
                                    -El Universal (2009). “Violencia Ignorada”, Sección Editorial (consultado el 10 de marzo de 2009 de www.eluniversal.com.mx/editoriales/42708.html)                                     
                                    -Finkelhor, D.; Mitchell, K J. y Wolak, J. (2000). On line victization: a report on the nation´s youth, Alexabdria, VA: Nacional Center for Missing and Exploited Children. 
                                     -Lucio López, L. A. (2005). La violencia en los centros educativos del Nivel Medio Superior. Análisis y Proyección hacia los docentes, Madrid: Universidad Complutense de Madrid.                                     
                                    -Lucio López, L. A (2008). Legislar para enfrentar la violencia en las aulas. Congreso Virtual Intersinstitucional UANL-Cámara de Diputados. Los Grandes Problemas Nacionales (consultado el 10 de marzo de 2009 de www.diputados.gob.mx/cedia/sia/redipal/CVI-01-08.pdf.)                                     
                                    -Olweus, D. (1998). Conductas de acoso y amenza entre escolares, Madrid: Ediciones Morata.                                       
                                    -Ortega, R.; Calmaestra, J. y Mora Merchán, J. A. (2008). “Cyberbullying”, Internacional Journal of Psychology and Psychological Therapy, 8, 2, 183-192 
                                      -Smith, P. K. (2006). CIBERACOSO: naturaleza y extensión de un nuevo tipo de acoso dentro fuera de la escuela, ponencia presentada en el Congreso de Educación Palma de Mallorca.                                       
                                    -Tapdcoot, D. (1998). “Promesas y peligros de la tecnología digital”, en Cebrián, J. L. La red: cómo cambiarán nuestras vidas los nuevos medios de comunicación, Madrid: Taurus.                                       
                                    -Willard, N. (2005) .Educator´s Guide to Cyberbullying and Cyberthreats (consultado el 20 de agosto de 2007, de: new.csri|u.org/cyberbully/docs/cbcteeducator.pdf)
                                      
                                      X Congreso Nacional de Investigación Educativa | área 17 convivencia, disciplina y violencia en las escuelas                                     
                                     |