Una sexualización malsana está poniendo en peligro a las chicas cada vez más, concluye un informe publicado el 19 de febrero por la Asociación Psicológica Americana.
Titulado «Report of the APA Task Force on the Sexualization of Girls» (Informe del Equipo de Trabajo de la APA sobre la Sexualización de las Chicas), el estudio es el resultado de la investigación sobre el contenido y los efectos de los medios de comunicación: televisión, vídeos musicales, música, revistas, películas, vídeo juegos e Internet.
El equipo de trabajo examinó también las campañas de promoción y anuncios de productos dirigidos a las chicas.
«Tenemos una extensa serie de evidencias para concluir que la sexualización tiene efectos negativos en diversos campos, que incluyen el funcionamiento cognitivo, la salud física y mental, y el desarrollo sexual sano», afirmaba la doctora Eileen Zurbriggen, directora del equipo de trabajo y profesora de psicología en la Universidad de California, Santa Cruz, en una nota de prensa que acompañaba el informe.
La sexualización causa dificultades a cualquier edad, indica el informe, pero añade que es especialmente problemática cuando tiene lugar a una edad más temprana. Lograr la madurez sexual en los adolescentes no es un proceso fácil, reconoce el estudio, pero observa que cuando se anima a una chica joven o adolescente a ser sexy, sin que ellas sepan siquiera lo que esto significa, el proceso se complica aún más.
Saturación de los medios
El informe citaba algunos estudios que detallan la gran cantidad de tiempo pasado en contacto con los medios. Según los datos, el niño o adolescente ve en promedio tres horas de televisión al día. Sin embargo, cuando se calcula el número de horas totales ante todos los tipos de medios, resulta que los niños están expuestos a algún tipo de medio – televisión, vídeo juegos, música, et…- seis horas y media al día.
Un estudio llevado a cabo en el 2003 informaba que el 68% de los niños tienen una televisión en su habitación, y que el 51% de las chicas juegan a juegos interactivos en sus ordenadores y en consolas de vídeo juegos. Tanto chicas como chicos pasan una media de una hora al día ante el ordenador, visitando páginas webs, escuchando música, frecuentando chats, jugando a juegos o enviando mensajes a sus amigos.
El informe de la Asociación Psicológica Americana observaba: «En la televisión, los jóvenes televidentes encuentran un mundo que es desproporcionadamente masculino, especialmente en los programas orientados a la juventud, y en el que las figuras femeninas es más probable que vistan de modo más atractivo y provocativo que las masculinas».
Un gran porcentaje de vídeos musicales contienen imágenes sexuales, y las mujeres suelen ser presentadas vestidas de forma provocativa. El informe también observaba que las artistas femeninas son presentadas de forma que su foco de atención principal no es su talento o su música, sino más bien su cuerpo y sexualidad. Así, concluye el informe, los espectadores reciben el mensaje de que el éxito viene de ser un objeto sexual atractivo.
En cuanto a las canciones mismas, los investigadores de la APA lamentaban que no haya análisis recientes sobre su contenido sexual. En su informe, no obstante, citaban algunos ejemplos de cómo las palabras de algunas canciones de éxito reciente sexualizan a las mujeres, o se refieren a ellas de formas altamente degradantes.
En cuanto a la gran pantalla, el informe comentaba la falta de personajes femeninos en las películas generalistas, y en las películas de serie G. Un estudio de 101 películas de serie G, de 1990 a 2004, revelaban que de los más de 4.000 personajes de estas películas, el 75% eran varones, el 83% de los caracteres secundarios eran varones, el 83% de los narradores también lo eran, y el 72% de los protagonistas con diálogo eran también varones. «Esta clara falta de representación de las mujeres y chicas en las películas con contenido familiar reflejan una oportunidad perdida de presentar un espectro más amplio de las chicas y de las mujeres en papeles que no están sexualizados», observaba el informe de la APA.
Dudosas influencias
Las revistas para adolescentes son otra importante influencia en las chicas. El informe citaba algunos estudios sobre el contenido de las revistas, y revelaba que uno de los mensajes centrales de las publicaciones es que «presentarse a uno mismo como sexualmente deseable, y obtener así la atención de los hombres, es, y debe ser, la meta focal de las mujeres».
Es difícil determinar el enormemente variado contenido que está disponible vía Internet, pero los investigadores de la APA citaban un estudio sobre páginas webs que suelen atraer a las chicas – las páginas webs de fans de celebridades masculinas y femeninas. Un análisis de su contenido encontró que las celebridades femeninas eran de forma aplastantes más representadas con imágenes sexuales que las masculinas, sin importar si se trataba de la página web oficial o de una creada por sus fans.
La publicidad es otra área importante donde se suele sexualizar a las mujeres. Además, el estudio indica que la investigación ha mostrado la tendencia a presentar a las mujeres de forma decorativa o explotadora sigue aumentando. Ha alcanzado el punto, añadía, en el que se usan chicas en poses seductivas para atraer audiencias adultas.
Recientemente, algunos comentaristas han resaltado el hecho de que también el mercado del juguete se está viendo afectado por la tendencia a la sexualización. Los investigadores de la APA declararon que estaban preocupados por los vestidos sexualmente provocativos que suelen vestir las muñecas más populares para las niñas entre 4 y 8 años.
Lo mismo ocurre con la ropa. Se invita a chicas en edades cada vez más jóvenes a vestir ropa diseñada para destacar la sexualidad femenina. Los cosméticos también se están dirigiendo a chicas más jóvenes.
Todas estas influencias se combinan para ocasionar una serie de problemas a las chicas. El informe de la APA establecía que la sexualización está ligada con tres de los problemas de salud mental más comunes en las chicas y en las mujeres: desórdenes alimenticios, baja autoestima y depresión.
Los investigadores añadían que también existen evidencias que muestran que la sexualización de las chicas, y los sentimientos negativos por el propio cuerpo que provoca, pueden llevar a problemas sexuales en la edad adulta. Indicaban que se relaciona con el problema de la idealización de la juventud como la única edad buena y hermosa de la vida. El actual auge de los productos antienvejecimiento y de la cirugía cosmética es resultado de esta belleza impuesta.
La victoria de los móviles
Resistir la tendencia a la hiper sexualización no es fácil, pero en Canadá, hace dos semanas, la decencia ganó una batalla.
En enero, la segunda compañía de telefonía de Canadá, Telus, comenzó ofreciendo fotos y vídeos pornográficos a sus usuarios. La compañía con sede en Vancouver recibió fuertes críticas del arzobispo, Mons. Raymond Roussin. «La decisión de Telus es decepcionante y motivo de malestar», declaraba el 12 de febrero.
En otra declaración publicada cuatro días después, el arzobispo de Vancouver acusaba a la compañía de dañar a la sociedad en su búsqueda de una parte de los lucrativos beneficios obtenidos por la industria pornográfica.
El arzobispo pidió un servicio de telefonía móvil libre de pornografía. También declaró que se estaba poniendo en comunicación con las iglesias y colegios católicos para que no renovaran sus contratos de telefonía móvil con Telus. Además, pedía a todos los católicos y a los demás canadienses preocupados por el hecho que contactaran con las compañías de telefonía móvil para expresar su preocupación por la proliferación de pornografía a través de los móviles.
El 21 de febrero, Telus anunció que cancelaba su servicio de «contenido adulto». Según un reportaje del periódico canadiense Globe and Mail, la compañía declaró que había recibido cientos de quejas de sus usuarios.
Mons. Roussin celebró la medida en una declaración el mismo día: «Estamos apenas empezando a darnos cuenta de cuán grave es en realidad el tema de la adicción al sexo y a la pornografía», comentaba.
Los campeones de la cultura moderna han acusado con frecuencia y falsamente a la Iglesia de estar obsesionada con el sexo. De hecho, es la sociedad contemporánea la que sufre esta obsesión, mientras la Iglesia sigue defendiendo la dignidad, y la belleza, de la persona humana.
Por John Flynn
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