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Esparza, Michel

‘Amor y autoestima’

Ediciones Rialp
ISBN: 9788432137228
3ª edición: 2010
Plaza edición: Madrid
288 pags   Tapa blanda     13.0x19.0 cm

Este libro se dirige a cristianos corrientes que, pese a sus limitaciones, se afanan por mejorar la calidad de su amor. El autor anima a adoptar una actitud positiva y realista hacia uno mismo, una "humilde autoestima" y muestra como el Amor de Dios contribuye a solucionar los desastres del orgullo, devolviendo a la persona su dignidad.

Michel Esparza publicó en 2003 "La autoestima del cristiano", que fue todo un fenómeno editorial. Desde abril de 2009, ese libro tiene su continuación.


Michel Esparza

Muchos suscriptores de Fluvium conocen quizá "La autoestima del cristiano" (Ed. Belacqva), un libro de espiritualidad que ha superado, desde 2003, el millar de ventas en cada uno de los últimos años. Michel Esparza ha reelaborado sus intuiciones originales y presenta ahora "Amor y autoestima" (Colección Patmos de la Ed. Rialp). Una vez más, esta obra conjuga el pasado y el presente del autor, que fue médico y filósofo, y es hoy sacerdote. Su pasado le proporciona un gran conocimiento de la naturaleza humana y un gran deseo de ayudar a quienes tienen dificultades para vivir en paz consigo mismos. Su presente le capacita para aportar soluciones cristianas a los problemas que conciernen a todas las personas.

Entrevistamos al autor para que nos desvele qué aporta su nuevo libro

¿Cómo se le ocurrió escribir estos libros de espiritualidad?

El proyecto original, que cristalizó en "La autoestima del cristiano", buscaba ante todo aportar soluciones a quienes se desaniman fácilmente cuando constatan sus fallos, tanto en su esfuerzo para concretar una vida cristiana como en cualquier otro ámbito existencial. Había conocido a bastantes personas en esa situación. Observaba que su tendencia al perfeccionismo les lleva a vivir a disgusto consigo mismas, con la incomodidad propia de quien no se acepta como es. Se agobian incluso en su empeño por mejorar su vida cristiana. Desgraciadamente, es algo relativamente frecuente y, como comprendo esa situación, puedo aportar algunas luces al respecto. Es doloroso constatar que el trato con Dios, que en condiciones normales es la mejor fuente de paz interior, se puede llegar a convertir en una fuente de desasosiego. Es fundamentalmente eso lo que me ha llevado, con un afán reflexivo y didáctico, a profundizar en algunos aspectos de la filiación divina, a entrar de lleno en ese Amor de Dios, incondicional y misericordioso, que Cristo nos ha revelado.

¿Se dirige su libro también a no creyentes?

En efecto, consciente de que, como dice el adagio, "la gracia supone la naturaleza", me percaté de que el problema de fondo no estaba sólo relacionado con cierto desconocimiento del Amor de Dios, sino también con una deficiente madurez humana. Por eso dividí "La autoestima del cristiano" en dos partes: una en la que se abordaban cuestiones de raíz antropológica, asequible a todo tipo de lectores, y otra en la que profundizaba en los diversos aspectos del Amor divino. He mantenido este mismo esquema en "Amor y autoestima", aunque abundando mucho más en estos dos aspectos.

¿Qué le animó a indagar en el tema de la autoestima?

Cualquier consideración sobre la autoestima conduce a precisar en qué consiste la virtud de la humildad. Pero hay, desgraciadamente, malentendidos potencialmente nocivos tanto sobre la autoestima como sobre la humildad. Me explico. Por un lado, la autoestima nos sugiere una imagen positiva acerca de nosotros mismos, pero puede alejarnos de la verdad. Por otro lado, la humildad nos acerca a la verdad pero, si se desvincula de la dignidad, puede inculcarnos una imagen malsana de nosotros mismos. Por tanto, como analizo en el libro, con una mirada superficial, autoestima y humildad, mal enfocadas, pueden parecer términos excluyentes. Sin embargo, no lo son. Para quienes tienen un concepto erróneo de la humildad, la autoestima les sugerirá inevitablemente una actitud orgullosa. Y quienes tienen un concepto erróneo de la autoestima pensarán que la humildad es lesiva para la salud mental. Pero basta bucear un poco más para divisar que la auténtica humildad es el mejor antídoto contra el complejo de inferioridad, y que la autoestima no conduce necesariamente a encubrir algún tipo de egoísmo. Ahí está la razón de que haya optado por el término "humilde autoestima", que es el que mejor condensa la actitud ideal hacia uno mismo.

¿Cómo surgió la idea de escribir "Amor y autoestima"?

En 2008, tras cumplirse cinco años de la publicación del primer libro por la editorial Belacqva, decidí cambiar de editor. Por ese motivo está descatalogado actualmente "La autoestima del cristiano". La editorial Rialp se mostró interesada por el contenido y me aconsejó que aprovechara la actualidad del tema para reelaborar el libro. Pensé ingenuamente que sería cuestión de unas semanas de trabajo. Sin embargo, a medida que me metía en faena, descubrí las mejoras posibles y un sinfín de aspectos que exigían una mayor profundización sobre lo inicialmente intuido y elaborado. En realidad, toda esta labor duró más de nueve meses. Cuando terminé la nueva redacción, había ampliado el contenido original en más de 100 páginas. El resultado final era un libro claramente diferente.

¿En qué ha mejorado el presente libro?

Aparte de lo que he señalado respecto al contenido, he intentado mejorar también el estilo. Al releer con sentido crítico el libro del 2003, tuve la impresión de que no estaba bien escrito. Comprendí entonces por qué muchos lectores me habían comentado que el libro les ayudaba sobre todo cuando lo leían dos veces. Para remediarlo, fue preciso pulir la redacción, asegurando al mismo tiempo la coherencia interna de la argumentación, evitando saltos y repeticiones. Para ello conté con la inestimable colaboración de dos personas que me ayudaron con infinita paciencia: un amigo muy observador y un hermano periodista.

Aparte del contenido y del estilo ¿ha habido también algún cambio de enfoque?

Sí, sobre todo en la primera parte. He adoptado un enfoque más positivo. "La autoestima del cristiano" se centraba en el modo de combatir los problemas ligados al orgullo. "Amor y autoestima", en cambio, hace hincapié en la relación entre la humilde autoestima y la calidad del amor. No es difícil comprender la trascendencia de este tema si nos percatamos de que la mejor felicidad depende de la calidad de nuestros amores. Además, al analizar el amor ideal, añadí el tema de la comunicación entre hombre y mujer. Resultó particularmente delicado poner en evidencia las virtudes y defectos de ambos.

¿Hay también cambios significativos en la segunda parte, la que aborda aspectos del Amor de Dios?

Vi con claridad que esa parte necesitaba una matización y una actualización. En cuanto a los matices, la insistencia en la misericordia de Dios precisaba el contrapunto de ahondar también en su justicia. El Amor misericordioso que Cristo nos ha revelado nos permite reconciliarnos plenamente con nosotros mismos en la verdad de nuestra miseria, pero visto de modo unilateral podría servir de excusa para infravalorar las consecuencias del empleo de nuestra libertad. Además, con la puesta al día de lo sucedido entre 2003 y 2008, que me permitió incorporar enseñanzas de Benedicto XVI, me di cuenta también de que un ensayo sobre el Amor misericordioso quedaba incompleto sin las aportaciones extraídas del Diario de Santa Faustina Kowalska. Esta santa polaca fue canonizada en el año 2000 y en ese momento Juan Pablo II decidió que, a partir del año siguiente, la Iglesia celebraría cada segundo domingo de Pascua la Fiesta de la Divina Misericordia. Es sabido que este santo Papa falleció precisamente poco después de comulgar en la misa de esa fiesta.

Por último, ¿en qué aspecto del trato con Dios habría que poner un especial énfasis?

Dejando de lado lo referente al Amor misericordioso, pienso que conviene insistir en la importancia de la reciprocidad. Hay muchos cristianos que no se percatan de las alegrías y de las penas que procuran al Corazón de Cristo. En la práctica, se lo imaginan como si fuera insensible, como si nuestro amor no le alegrara o nuestras desdichas no le hicieran sufrir. Es sin duda una de las razones por las que, en su trato con Él, no experimentan la más hermosa relación de amor que pueda existir.

Fuente: fluvium.org