‘El perdón. Una investigación filosófica’
Editorial: Encuentro
ISBN 84-7490-739-X.
Madrid 2004,156 pp.
Autor de la recensión: Sergio Sánchez-Migallón
La presente obra, que merece verdaderamente el subtítulo que la califica como investigación filosófica, se halla precedida por un nutrido prólogo de Josef Seifert. Este conocido y calificado discípulo de Dietrich von Hildebrand destaca el valor e interés del texto que presenta, y sitúa además el perfil de su autor en el marco de lo que considera un grupo de fenomenólogos realistas madrileños.
El estudio que el profesor Crespo ofrece en esta publicación resulta modélico al menos en dos sentidos. En primer lugar, por el tema escogido. El perdón pertenece a esas vivencias tan cotidianas como densas. A lo largo de la obra se percibe cómo la investigación filosófica puede aplicarse a fenómenos tan cercanos a la vida como el perdón. Y a la inversa, cómo actos que estamos acostumbrados a realizar u observar entrañan un rico caudal de presupuestos psicológicos, morales y hasta ontológicos, susceptibles de riguroso y hondo análisis filosófico.
En segundo lugar, la entera obra representa un magistral ejemplo del más puro análisis fenomenológico. Si, como decía Adolf Reinach, hablar de fenomenología resulta ocioso y sólo se la comprende en su ejercicio, este libro es una excelente ayuda para hacerse una idea del método fenomenológico. Además, con ocasión de las claras y pulcras distinciones mediante las que Crespo analiza el perdón, aparecen importantes tesis de los fenomenólogos de la primera hora, por así decir: fundamentalmente de Reinach, Hildebrand y Max Scheler.
Un primer capítulo describe el método empleado y cómo se aplica en concreto al perdón. A continuación se delimita negativamente la esencia del perdón: es decir, se señala qué no es el perdón, a qué vivencias no puede ser reducido y qué formas de pseudo-perdón deben detectarse. Un tercer capítulo aborda el objeto propio del perdón, y un cuarto sus condiciones. Sólo en último lugar, en el quinto y más largo capítulo, se describe positiva y directamente la esencia del perdón. Por lo demás, Crespo maneja con competencia y dominio los más importantes estudios filosóficos que en las últimas décadas han abordado el mismo fenómeno, al tiempo que discute con ellos.
Por último, merece especial atención la tesis que el autor sugiere introduciendo su estudio, y que late en toda la obra: a saber, "que el análisis del perdón exige en última instancia una metafísica de la persona» (p. 32); una "plenitud del ser personal que, en modo alguno, se agota en sus acciones» (p. 24). El estudio logra, ciertamente, mostrar dicho resultado. Pero muestra con ello además, tal como hiciera Roman Ingarden con ocasión de la responsabilidad, que el método descriptivo fenomenológico posee una rica virtualidad para alumbrar resultados metafísicos. Resultados, pues, que emergen como exigidos de la descripción misma. Justo en esto reside la esencia y fecundidad del realismo fenomenológico, a diferencia de otras derivaciones posteriores del modo de pensar impulsado por Brentano y Husserl.
Como dice Seifert: «Dado que el perdón es un acto tan fundamental y significativo desde el punto de vista ético y psicológico y teniendo en cuenta que el autor se esfuerza en esta investigación en utilizar un lenguaje extraordinariamente preciso, sencillo y claro, pero sin pasar por alto los aspectos misteriosos y aparentemente paradójicos del perdón, debería este libro encontrar el interés de un amplio grupo de lectores» (p. 22).
Scripta Theologica XVIII – Fasc. 3
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