María Gudín en el hotel Husa Santo Domingo de Oviedo
(FOTO:PABLO LORENZANA)

04 de Abril 2011

Unas sabias palabras dicen: "¿Quieres ser feliz un momento? Véngate. ¿Quieres ser feliz siempre? Perdona". Recientemente ha llegado a las salas de cine una película sobre perdón y reconciliación: se trata de “Encontrarás Dragones” del cineasta Ronald Joffé. En ella dos personajes nacidos, juntos y criados juntos enfocan su vida en sentidos contrapuesto.  Uno de ellos, Manolo, dedica su vida a la venganza.  El otro, Josemaría, a pesar de una persecución enconada, no guarda rencor. Es capaz de perdonar. En la película se observa muy bien como el perdón consigue una liberación interior y el odio conduce a la esclavitud.

Recientemente he podido escuchar al profesor Robert Enrihgt, uno de los pioneros de la terapia del perdón. Enright afirma que: “cuando algo nos ha dañado tendemos a hablar de justicia mucho más a menudo que de perdón y misericordia.”  El perdón como medio de investigación en Psicología ha sido un tema prácticamente inexplorado hasta 1985. El profesor Enright de la Universidad de Wisconsin ha desarrollado este concepto con sus implicaciones para la Psicoterapia y la Educación.  Como terapia se ha utilizado para víctimas del incesto, para ancianos dañados por la vida, para varones que se han sentido heridos por el aborto no consentido por parte de su pareja.  En Pedagogía se ha utilizado fundamentalmente en países en guerra, por ejemplo en Israel y en Irlanda.

Superar las ofensas es una tarea sumamente importante, porque el odio y la venganza envenenan la vida. El filósofo Max Scheler afirma que una persona resentida se intoxica a sí misma.  El perdón comienza cuando una persona rechaza todo tipo de venganza. No habla de los demás desde su experiencia dolorosa, evita juzgarlos y devaluarlos y está dispuesta a escuchar con un corazón abierto. El secreto del perdón está en no identificar a un agresor con su obra. Todo ser humano es más grande que su culpa. Un ejemplo elocuente de este concepto, son las frases que Albert Camus dirige a los nazis, hablando de los crímenes cometidos en Francia: "Y a pesar de todo a ustedes les seguiré llamando hombres… Nos esforzamos en respetar en ustedes lo que ustedes no respetaron en los demás."

La labor del perdón comienza con el ejercicio cognitivo en el cual el que perdona ha de encontrar los valores intrínsecos de la persona que le ha ofendido. El valor intrínseco es la idea de que toda persona, aunque se comporte injustamente es preciosa no por lo que ha hecho sino por lo que es. En la terapia de perdón el ofendido debe acercarse al ofensor, desarrollando la empatía y la compasión hacia el autor de la ofensa.

En una segunda fase hay que dejar salir todo lo que hay dentro.  Afrontar la rabia y el resto de sentimientos que ha provocado la herida, como son el sentimiento de culpa, la vergüenza, y la obsesión de prejuicio.

Todo esto lo ejercita de modo muy acertado, uno de los protagonistas de “Encontrarás Dragones”, Josemaría, con sus compañeros en la escena posterior al asesinato del padre Lázaro.  El padre Lázaro aparece en la película como un sacerdote que colaboraba con Josemaría Escrivá en las tareas caritativas que realizaba en tiempos de la guerra civil.  El padre Lázaro se encuentra en aquel tiempo de revolución con unos milicianos por la calle y es asesinado a sangre fría.  Todo esto lo ven el padre Josemaría y sus acompañantes.

Josemaría deja que los que le acompañan, exploten y liberen toda la rabia que llevan dentro.  A partir de ahí pasa a la siguiente fase. Les ayuda a que tomen la decisión de perdonar.   ¿Como lo hace? Les explica que mantener el rencor no funciona, que hay que aplicar los principios morales que previamente han guiado sus vidas.  En la película se ve como Josemaría reza por los asesinos, y afirma que la fe que poseen es un don, que le obliga a amar y por ello a perdonar. En la película se habla de que hay un Padre, por encima de todos los padres.  También se dice que los asesinos son hombres como nosotros, sometidos a la debilidades humanas, que ve al que ha asesinado como parte de un sistema que les causa dolor y opresión.  Se afirma que la fe es un regalo, y que los cristianos tienen el deber de manifestarla mediante el amor inquebrantable de los hijos de Dios.

Si conseguimos crear una cultura del perdón, podremos construir juntos un mundo habitable donde habrá más vitalidad y fecundidad.  Pienso que la película “Encontrarás dragones” a través la actitud y la vida de San Josemaría contribuye a difundir una psicología de perdón, comprensión y respeto mutuo.

Fuente: lanzadigital.com