Lic. Gustavo Mariluz
Sociólogo – Gerontólogo
SIG Argentina
Nancy salió de la facultad y se dirigió al estacionamiento a buscar su automóvil. Ese día cumplía años su novio y quería pasar por el shoping a comprarle una remera de los Pumas del que era hincha fanático. Tiro los libros en el asiento de atrás del coche y salió del garaje contenta.
Mientras conducía por la avenida Córdoba escuchaba en la radio las noticias y algo de música. Al llegar a la intersección de Córdoba y Serrano un colectivo cruzo con la luz roja y atropello el coche que conducía Nancy.
Como consecuencia del accidente Nancy quedo muy maltrecha. Cuando llegaron los médicos del SAME no se le detectaban signos cardíacos. Los médicos lograron que recuperara la actividad respiratoria y cardiaca en el mismo lugar del accidente y fue trasladada al hospital de inmediato en donde ingreso en un estado de inconsciencia. La llevaron a la sala de terapia intensiva y le conectaron un respirador mecánico y a unas maquinas que la ayudaban a mantenerla con vida a pesar del sufrimiento que le ocasionaba. Incluso con estas medidas, la salud de Nancy no mostraba signos de recuperación.
Nancy permaneció en coma por aproximadamente tres semanas y evoluciono a un estado conocido en la jerga médica como “muerte vegetativa”. Con el paso del tiempo, el estado de Nancy no mejoro. Ahora no solo estaba conectada al respirador sino que se le introdujo un tubo de gastrotomía por el cual se la alimentaba y se la hidrataba. Sus padres y su novio estaban desahuciados ya que el médico les había sido muy sincero respecto a la salud de Nancy. Se enfrentaban ahora a algo para lo que no estaban preparados. El doctor a cargo les pregunto a los padres de Nancy si tenía un Testamento Vital.
Después de mucho pensar y meditar los padres de Nancy entendieron que su hija ya no se recuperaría más. Que por más que hubiera algunos signos vitales, Nancy no volvería a vivir. Decidieron que debían dejar que la naturaleza dejara seguir su curso. Hablaron con el médico y le pidieron que terminara con el tratamiento que le imponían a su hija. El médico estuvo de acuerdo pero el novio no. En algún momento y, debido al sufrimiento que soportaba su hija, la mamá pensó en acabar ella misma con la vida de Nancy.
Un equipo integrado por un psicólogo, un asistente social, un abogado, un médico y un sacerdote, se reunieron con el novio de Nancy pues éste quería tener más información. Se reunieron en una sala de la clínica donde estaba internada Nancy. En esa charla, hablaron de las dudas del novio, de la salud de Nancy y del curso que tomarían las acciones que ellos determinaran. Ya los padres de Nancy habían firmado la conformidad para que se realizaran prácticas ortotanásicas pero el novio aún seguía creyendo que Nancy se recuperaría de ese fatal accidente. Cuando comprendió por fin, que Nancy solo respiraba por la máquina a la que estaba conectada, accedió a que la desconectaran.
Nancy, al fin, podía descansar en paz
Fuente: Gerontovida.org.ar |