Se crearán equipos especializados para atender a enfermos terminales en sus casas, en residencias y hospitales
La ministra alemana de Salud, Ulla Schmidt, pretende destinar 250 millones de euros (300 millones de dólares) anuales al desarrollo y la difusión de los cuidados paliativos para enfermos terminales, según una entrevista publicada por el diario "Neue Osnabruecker Zeitung" (20-10-2005).
Schmidt, quien formará parte como socialdemócrata del planeado gobierno de gran coalición liderado por Angela Merkel, se pronunció en la entrevista rotundamente en contra de la eutanasia. La ministra pretende facilitar que los enfermos graves "puedan ser atendidos sin sufrimiento innecesario y con dignidad hasta su muerte, y si es posible y lo desean en su propia casa". Según los planes de la ministra, en todo el país se formarán 330 equipos de médicos y enfermeros especializados que puedan atender a enfermos terminales en sus casas, pero también en hospitales, residencias y hospicios.
Pese al amplio rechazo registrado entre sus propias filas, el responsable de Justicia de la ciudad-Estado de Hamburgo, el democristiano Roger Kusch, reanudó hace semanas el debate sobre la eutanasia en el país al afirmar que ésta tendría que ser autorizada bajo estrictas condiciones.
En cambio, políticos de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y del Partido Liberal (FDP) exigieron que se mantenga la prohibición de la eutanasia activa. El ministro regional de Justicia de Renania-Palatinado, el liberal Herbert Mertin, afirmó en el "Frankfurter Allgemeine": "Si conseguimos quitar a las personas su mayor preocupación, la de morir solos y con dolor, entonces no habrá ninguna necesidad de eutanasia activa".
También el presidente alemán, Horst Koehler, intervino en el debate pidiendo que se redactara una ley sobre el respeto de las voluntades de los pacientes terminales. "Cualquier ser humano tiene derecho a decidir por sí mismo en cualquier fase de su vida si se somete a medidas médicas para la prolongación de su vida y en tal caso a cuáles", dijo el jefe de Estado en Wurtzburgo, durante un congreso de la Fundación Hospice de cuidados paliativos.
En Alemania no existe ninguna ley relativa a lo que en otros países se llama "living will" o declaración de voluntades de los pacientes. Estos pueden formularlas, pero no hay certeza de que luego vayan a ser respetadas por los familiares y los médicos.
El presidente alemán se pronunció en contra de la eutanasia activa. Sin embargo, consideró que el mantenimiento de la vida del paciente no debe convertirse en una tortura y, por ello, llamó a continuar profundizando en el empleo de los tratamientos paliativos.
ACEPRENSA 121/05
26-10-2005 |