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Lo que usted debe saber sobre el homosexualismo

Introducción

Una de las mayores amenazas que se ciernen sobre los EE.UU. (e inclusive sobre los países hispanos por su cercanía con esta nación), es el avance del homosexualismo, es decir, de la promoción de las prácticas homosexuales y de su aceptación pública. El propósito de este artículo no es el de suscitar el odio contra las personas que sufren de inclinaciones homosexuales (u homosexualidad), ni siquiera contra los mismos activistas homosexuales; sino de alertar al público sobre la campaña en pro del homosexualismo que agresivos grupos de homosexuales y lesbianas están llevando a cabo en nuestra sociedad hoy en día. Nuestras familias y nuestros hijos se encuentran en peligro ante este ataque, de ahí la importancia de informarnos.

Los homosexuales: ¿Nacen o se hacen?

Uno de los argumentos que utilizan los activistas homosexuales es el de alegar que la inclinación homosexual es algo innato y que, por lo tanto, la actividad homosexual es un "derecho humano" que la sociedad debe respetar (1). Sin embargo, los estudios realizados en torno al tema no demuestran con suficiente claridad que la homosexualidad tenga un origen genético, hormonal, neurológico o cerebral. A lo sumo, las conclusiones de los poquísimos estudios que alegan tales causas se apoyan sobre evidencias muy débiles. En 1992 se llevó a cabo un estudio sobre la homosexualidad, fruto de más de 30 horas de investigación. En dicha investigación, llevada a cabo por computadoras, se estudiaron más de 3,400 artículos publicados desde 1975 hasta ese año en búsqueda de las causas biológicas, genéticas y hormonales de la homosexualidad. Solamente en dos de esos artículos, ambos muy especulativos, se intentaba identificar la causa de la homosexualidad como algo de índole genético, biológico, hormonal o neurológico(2).

En 1991 el Dr. Simon Le Vay, que se declaró homosexual, publicó un estudio en la revista Science en el cual mostraba diferencias en los cerebros de hombres homosexuales y heterosexuales. Sin embargo, dicho estudio adolecía de ciertos fallos importantes. En primer lugar, Le Vay utilizó solamente 41 cadáveres en su estudio, una muestra muy pequeña para una investigación científica de esta índole. En segundo lugar, todos los homosexuales del grupo estudiado habían muerto de SIDA o de complicaciones relacionadas con esta enfermedad, la cual puede afectar el tejido cerebral. Más aún, Le Vay no estaba seguro si el resto del grupo era de verdad heterosexual, sino que asumía que lo era(3). El estudio de Le Vay mostró tan poca seriedad científica que hasta algunos activistas homosexuales lo han criticado. Sin embargo, los medios de comunicación le hicieron una gran propaganda (4).

En otro estudio, los doctores Allen y Gorski de la Universidad de California en los Angeles también alegaron una supuesta conexión entre el homosexualismo y la estructura cerebral. Sin embargo, admitieron que un porcentaje significativo de los cerebros analizados pertenecían a víctimas de SIDA, enfermedad que puede afectar el tejido cerebral (5).

En relación a otro estudio parecido, "algunos investigadores advirtieron que se conoce tan poco sobre el funcionamiento del cerebro de los animales más desarrollados, que asignar una función o un significado a ligeras discrepancias en características anatómicas es una simplificación extrema" (6).

Otra investigación, conducida por los científicos Bailey y Pillard, intentó mostrar el origen genético del homosexualismo por medio del estudio de mellizos homosexuales. Pero como ha señalado Ann Fausto Stirling, bióloga de la Brown University: "Para que estudios como éste tengan sentido, habría que estudiar a mellizos que han sido criados aparte. Se trata de una mala interpretación genética." Es obvio que los mellizos que son criados en el mismo hogar pueden tener las mismas experiencias familiares y ambientales y no sólo los mismos genes (7).

La revista Time publicó un artículo sobre un estudio publicado en la revista Science, en el cual se alegaba que el origen de la homosexualidad se encuentra en el cromosoma X (el cromosoma proveniente de la madre). Los investigadores estudiaron 40 parejas de hermanos homosexuales y encontraron que 33 de ellas compartían 5 diferentes trozos de material genético agrupados alrededor de un área particular del cromosoma X. Pero, en el mismo artículo se admite que, antes que las conclusiones sean aceptadas como definitivas, se necesita repetir este tipo de investigación. Además, el mismo artículo señala que los investigadores admiten que su "descubrimiento" no puede explicar otros tipos de homosexualidad masculina que existen. Por último, dichos investigadores también admiten que, en los casos estudiados por ellos, el material genético en cuestión puede simplemente estar asociado a la homosexualidad en vez de ser su causa directa (8).

Los bien conocidos terapeutas, Masters y Johnson, afirmaron en su libro Human Sexuality (pp. 319-320), que "la teoría genética de la homosexualidad ha sido en general descartada hoy en día" y que "a pesar del interés en posibles mecanismos hormonales en el origen de la homosexualidad, ningún científico serio hoy sugiere que pueda existir una simple relación de causa y efecto" (9).

Sin embargo, gran parte de la comunidad científica se ha convertido en aliada de los homosexuales militantes, hasta el punto de que la Asociación de Psicología del Estado de Washington ha llegado a oponerse a la terapia que busca cambiar la orientación homosexual en heterosexual. Esta asociación alega, aún habiendo pruebas de lo contrario (109, que no hay evidencia de que la orientación homosexual se pueda cambiar aunque fuese deseable hacerlo, y se opone a tal terapia de conversión porque "refuerza el negativismo social hacia la homosexualidad". Esta desafortunada claudicación de una parte de la comunidad científica ante la presión política pro homosexual no es nueva. Ya en 1973, la Asociación de Psiquiatría de EE.UU. había retirado la homosexualidad de la lista de los desórdenes de su Manual de diagnósticos bajo la presión de activistas homosexuales, aunque no llegó a decir que era normal, como la heterosexualidad (11).

En conclusión, la evidencia científica no ha demostrado que la homosexualidad sea el resultado directo de causas biológicas, genéticas o neuro hormonales. Lo más que se puede decir es que pudiera existir alguna base genética, hormonal, neurológica o cerebral que predispone a la homosexualidad. Esta pudiera inclinar a unas personas más que a otras al homosexualismo, pero no obligarlas a practicarlo. Los estudios contemporáneos han mostrado que el alcoholismo puede tener una base orgánica que predispone a unas personas más que a otras a ese problema. Sin embargo, sabemos que las personas afectadas son libres de buscar ayuda y curarse. John Schlafly, al reconocer que era homosexual, declaró que "la inclinación [homosexual] no es algo que la persona escoge, pero todos sí tenemos la opción de qué hacer con respecto a tal inclinación" (12). Además, suponiendo que hubiese alguna base genética, biológica u hormonal en la inclinación o comportamiento homosexual, eso no justifica un comportamiento que, como veremos a continuación, es de por sí dañino para el ser humano y para la sociedad.

Consecuencias médicas del comportamiento homosexual

Una de las maneras de percibir la maldad intrínseca de un tipo de comportamiento es constatando las consecuencias negativas que dicho comportamiento tiene para la salud mental o física. Casi siempre un comportamiento inherentemente malo tiene consecuencias negativas, debido a su desviación del uso correcto de las funciones naturales. Tal es el caso del homosexualismo.

Lo que hemos acabado de afirmar se demuestra observando las consecuencias de las relaciones sexuales anales, las cuales son típicas del homosexualismo en casi un 90% de los casos (13). Durante las relaciones heterosexuales el esperma normalmente no puede penetrar las paredes interiores de la vagina, ya que ésta está protegida por una mucosa especial para que los virus no penetren, además de que tiene múltiples capas. El recto, por el contrario, tiene sólo una célula de espesor y, además, por estar destinado a asimilar los últimos alimentos útiles, contiene vasos linfáticos extremadamente desarrollados, que reabsorben casi todo (incluso los medicamentos y los virus). Esta disposición no es peligrosa porque este conducto normalmente no se abre excepto para descargar su contenido sin dejar entrar nada. Sin embargo, cuando se hace un uso anti natural del mismo se le abre la puerta a muchos virus que normalmente no tendrían casi oportunidad de éxito. Esto se debe a que el esperma penetra fácilmente la pared del recto, rompiéndola o magullándola y produciendo daños inmunológicos. Esta práctica comúnmente produce entre los homosexuales, además de trauma en el recto, un gran intercambio de fluidos del cuerpo con un acceso casi directo de sustancias infecciosas al torrente sanguíneo. Debido a todo esto, las relaciones sexuales anales y otras prácticas, son las formas de contacto sexual más eficientes de contagiar ciertos tipos de hepatitis, SIDA, sífilis y una serie de enfermedades que se trasmiten a través de la sangre. No es extraño que aún antes de la aparición del SIDA ya el 90% de los hombres homosexuales promiscuos estaban infectados de Hepatitis B y de otras enfermedades (14).

Además, muchas de estas prácticas insalubres ocurren en sitios extremadamente anti higiénicos, como baños o espectáculos pornográficos. Y como cada año hasta el 25% de los homosexuales viaja a otro país, este dañino intercambio de gérmenes se produce en muchas partes del mundo (15).

Otro factor que agrava la trasmisión del SIDA y de otras enfermedades por contacto homosexual, es el número elevado de diferentes compañeros (aún anónimos) que tienen los homosexuales. Los estudios al respecto informan que el 43% de los hombres homosexuales admiten haber tenido relaciones sexuales con 500 hombres; el 28% con más de 1000 y los casi "monógamos" con 10 ó menos en toda su vida (16). La anomalía psicológica y la esterilidad de las relaciones homosexuales, caracterizadas por el autocentrismo y la búsqueda del placer sin responsabilidad, hacen que la "monogamia" entre homosexuales o lesbianas sea casi imposible (17).

Si bien es cierto que los casos de SIDA están aumentando con más rapidez últimamente entre los heterosexuales (18), hay que tomar en cuenta que los factores biológicos y sociales relacionados con el homosexualismo crearon un contexto ideal, en EE.UU. y en otros países del primer mundo, para la trasmisión del SIDA hacia el sector heterosexual de la población. Una vez que el grupo de más riesgo (los homosexuales promiscuos), alcanzó su punto de saturación (un gran número de sus miembros ya están infectados y continúan siendo promiscuos entre ellos), una ola de infección contaminó a otros grupos de menor riesgo a través de hombres bisexuales y del uso intravenoso de drogas (19). Sin embargo, la población homosexual sigue siendo el grupo con mayor víctimas de SIDA en esos países. En 1992, el 83% de los casos de SIDA en hombres blancos de los EE.UU., tuvieron lugar entre los homosexuales (20) y en Europa los hombres homosexuales constituyen más del 85% de todos los casos de SIDA (21).

Las consecuencias negativas, tanto físicas como mentales, del estilo de vida de los homosexuales y las lesbianas, han dado como resultado un promedio de longevidad bastante más bajo que el resto de la población. Esto se debe no sólo al SIDA, sino a que los ataques al corazón, el cáncer, las fallas hepáticas y otras enfermedades y peligros (como el suicidio y los accidentes), son bastante más frecuentes entre ellos. Comparados con los heterosexuales, los homosexuales tienen 8 veces más propensión a contraer hepatitis; 14 veces más la sífilis y 5,000 veces más el SIDA. En efecto, un estudio reciente ha mostrado que menos del 2% de los homosexuales alcanzan los 65 años de edad. En cambio, en el resto de la población masculina la edad promedio para morir de un hombre casado era de 75 años y el 80% viven más de 65 años. Para los hombres solteros o divorciados la edad promedio era de 57 y el 32% alcanzó una edad mayor. Entre las lesbianas que murieron, la edad promedio era de 45 años y sólo el 26% murió de edad avanzada. En cambio, en el resto de la población femenina la edad promedio de muerte para las mujeres casadas era de 79 y el 85% alcanzó los 65 años. Para las mujeres solteras o divorciadas, la edad promedio de muerte fue 71 y el 60% alcanzó una edad mayor. El examen de la distribución por edades de los homosexuales en las publicaciones científicas, desde 1858 hasta 1992, sugiere un patrón similar de longevidad (22).

El mito del 10%

Otra de las tácticas que usan los grupos de homosexuales es la de proclamar la falsedad de que ellos constituyen el 10% de toda la población (23). Esta inflada cifra fue "descubierta" por el investigador Kinsey, cuyos estudios han sido ampliamente refutados por varios científicos serios (24). En efecto, más del 25% de las personas investigadas por Kinsey ejercían la prostitución o provenían de cárceles, instituciones mentales o bares de homosexuales. Esta cifra tan alta de hombres con un historial de desviaciones sexuales, fraudulentamente afectó los resultados de la investigación de Kinsey (además se ha llegado a saber que Kinsey realizó experimentos éticamente perversos en 317 niños, entre los 2 meses y los 15 años de edad, por medio de un grupo de observadores "técnicamente entrenados"). Por el contrario, la mayoría de los investigadores serios hoy en día están de acuerdo en que sólo el 2.5% de la población podría ser homosexual (25).

El homosexualismo militante y su plan de acción

Ya hemos señalado algunas de las falsedades empleadas por los grupos homosexuales como tácticas para promover su plan de acción. Queda todavía por describir, siquiera a grandes rasgos, la fuerte campaña que estos grupos están llevando a cabo en los medios de comunicación, en el gobierno, en las leyes y hasta en el mismo sistema de educación de los EE.UU. Es importante darse cuenta de que los grupos homosexuales están muy bien organizados a nivel estatal y ejercen una influencia política muy fuerte también a nivel nacional. Esta feroz actividad militante es posible debido a que son capaces de recaudar millones de dólares anualmente para actividades políticas y al apoyo que reciben de los medios de comunicación (26).

El 25 de abril de 1993 el movimiento homosexual llevó a cabo una marcha de "orgullo homosexual" en Washington (ya han tenido lugar otras marchas como ésta en otros lugares del país). Durante esa manifestación miles de "parejas" de homosexuales y lesbianas contrajeron "matrimonio" con la ayuda del "Reverendo" Troy Perry, quien fundó una iglesia para homosexuales (como él), que tiene "sacramentos" y se ha extendido desde California a todo EE.UU. y a 15 países, incluyendo México, Perú y la Argentina (279. Las cámaras de televisión del Club 700 captaron durante este desfile escenas inmorales, que la mayoría de la prensa norteamericana pasó por alto, fue en plena vía pública (28). Participaron también cientos de sadomasoquistas y transexuales (29).

Durante la marcha, los activistas en pro del homosexualismo dieron a conocer 7 demandas generales, en torno a las cuales se agrupan otras 55 demandas específicas. La primera demanda exige que se deroguen todas las leyes que prohíben la sodomía y que se legalice todo tipo de perversión sexual. Uno de los participantes lo expresó así: "..buscamos cambiar las leyes sobre la sodomía para poder mostrar nuestra sexualidad en público". Esta demanda implicaría el cambiar las leyes sobre el consentimiento para permitir las relaciones sexuales con menores de edad. También se derogarían las leyes sobre el vestir, permitiendo así todo tipo de vestimenta o ausencia de ella.

La segunda demanda incluye el usar dinero de los impuestos para pagar operaciones de cambio de sexo.

La tercera demanda exige la legalización de "matrimonios" de miembros del mismo sexo y la adopción de niños por parte de parejas homosexuales.

La cuarta demanda requiere la plena participación de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales en programas de educación, de guarderías infantiles y de orientación escolar.

La quinta demanda requiere que los anticonceptivos y el aborto estén a la disposición de toda persona, no importa la edad.

La sexta demanda exige que se utilice dinero de los impuestos para pagar la inseminación artificial de lesbianas y bisexuales y prohíbe que se expresen preocupaciones acerca de la homosexualidad que estén basadas en la religión.

La séptima demanda exige que organizaciones como los Boy Scouts acepten a homosexuales como directores de patrulla (30).

Estas exigencias son parte de los objetivos de los grupos homosexuales, los cuales quieren que se acepte el homosexualismo como un "derecho humano" más y que se proteja esta conducta en todos los estados, comenzando con las ciudades, hasta alcanzar el nivel nacional.

Por ejemplo, la ciudad de Miami Beach (Estado de la Florida), aprobó una ordenanza condenando la discriminación debido a la "preferencia sexual", como le llaman al homosexualismo (31). De hecho, las demandas mencionadas son parte de un proyecto de ley federal sobre "derechos" civiles lésbicos y homosexuales que los grupos homosexuales han logrado introducir en el congreso de EE.UU. En 1993 estos grupos ya contaban con más de cien auspiciadores de ese proyecto, incluyendo uno de sus principales promotores, el Senador Edward Kennedy, del Estado de Massachusetts (32). Según Gary Bauer, de la organización cristiana Family Research Council ("Consejo de Investigación sobre la Familia"), "la batalla consiste en llevar el homosexualismo a la misma categoría social y moral de la familia heterosexual".

En escuelas públicas y privadas se han introducido cursos y programas de educación sexual, comenzando desde preescolar y kindergarten, que presentan el homosexualismo a niños y adolescentes como una opción más, un "estilo de vida" o una "preferencia sexual". Este es precisamente el objetivo de uno de estos programas, llamado Proyect 10 ("El proyecto 10"), cuya fundadora es Virginia Uribe, una lesbiana maestra de escuela. La Asociación Nacional de Educación de EE.UU. le dio un premio a Uribe por su "liderazgo creativo en pro de los derechos humanos".

Es alarmante saber que en estos cursos y en las bibliotecas de las escuelas se utilizan libros como Heather Has Two Mommys ("Heather tiene dos mamás") y Daddy's Roommate ("El compañero de cuarto de papá"), sin que lo sepan los padres. Además, ya se está haciendo disponible un libro de juegos para niños que trata sobre la sexualidad y que da instrucciones específicas sobre varios métodos de masturbación (33). En las escuelas públicas de Nueva York, el superintendente Joseph Fernández, introdujo un curso de este tipo. La rápida intervención muchos padres (especialmente los hispanos), logró que se retirara este programa y se despidiera a su promotor, el Sr. Fernández (34).

Durante los últimos años, ciertas organizaciones homosexuales se han unido a organizaciones proabortistas como la Federación de Planificación de la Familia de EE.UU. (Planned Parenthood Federation of America) o Paternidad Planificada y a otras organizaciones para pedir que se ofrezca una educación sexual más extensa. En dicha educación sexual se incluye la "educación sobre el SIDA", otro tema que aprovechan los activistas homosexuales para promover su estilo de vida en las escuelas, universidades y medios de comunicación. En toda esta campaña pro homosexual a través de la educación, estos grupos buscan pasar por alto la autoridad de los padres y el derecho de éstos a ser los primeros y principales responsables en la educación, sobre todo moral, de sus hijos (35).

También en varias de las universidades más prominentes ya se han introducido cursos, congresos y hasta se han creado centros de estudio sobre homosexualismo y lesbianismo, presentándolos como "estilos de vida" tan perfectamente aceptables como el heterosexual (36).

Otra de las tácticas que utilizan estos grupos homosexuales es la de tildar a todos los que se oponen a su ideología de "homofóbicos", de esta manera buscan ridiculizar a sus oponentes para así cambiar la opinión pública. Este término ha sido utilizado también por los medios de comunicación, los cuales se han aliado al movimiento en pro del homosexualismo, tergiversando u ocultando la verdad sobre este dañino e inmoral estilo de vida.

Consecuencias legales

Existe el peligro de que, al legalizarse la sodomía y el estilo de vida homosexual también, por implicación, lleguen a legalizarse otras aberraciones, como la pedofilia, el sadomasoquismo, étc. Una vez que se acepta como normal una desviación sexual, otras perversiones se convierten también en justificables. Esta conclusión se sigue, además, de las mismas exigencias de los militantes homosexuales, los cuales quieren que se acepte cualquier tipo de actividad sexual.

De hecho el 37% de los homosexuales promiscuos practica el sadomasoquismo. Además, el movimiento homosexual ha aceptado la presencia de grupos sadomasoquistas y de practicantes de la pedofilia, como la Asociación Norteamericana de Amor entre Hombres y Niños o NAMBLA (North American Man-Boy Love Association) en sus marchas de Washington, D.C. y San Francisco (37). En un congreso nacional de homosexuales y lesbianas, en Washington D.C., en 1990, se presentó un seminario a cargo del Leather Institute, una organización sadomasoquista (38). En el video The Gay Agenda ("El plan de acción homosexual"), producido por la organización cristiana The Report ("El Informe"), el Dr. Nicolosi dice que "hoy hay programas de consejeros sexuales escolares en todo el país. En California se conocen como el Proyecto 10. En realidad, muchos de esos programas son programas en pro del homosexualismo, donde ocurre lo siguiente: Su hijo de 15 años va a consultar a su consejero, que será seguramente homosexual: ‘Mire, tengo estos pensamientos, estas sensaciones, este comportamiento...'; Y el consejero le responderá: ‘Bueno, bienvenido a la comunidad homosexual, eres de los nuestros'" (39).

Conclusión

Es crucial que nos demos cuenta de que el comportamiento homosexual o lésbico ya no es algo que queda en la penumbra. Los grupos homosexuales y lésbicos están promoviendo su ideología y sus actividades entre los niños y los jóvenes, esa es su principal forma de supervivencia como grupo social. Son nuestros propios hijos los que están en peligro, pues el origen de la homosexuaidad se encuentra muchas veces en la seducción del niño o adolescente por parte de un adulto homosexual. Todo adulto homosexual o con problemas serios en el área de la sexualidad "es el producto de un estímulo sexual prematuro en la infancia, ya sea debido a verdaderas violaciones o a una exposición excesiva como observador de las actividades sexuales" (40). De nosotros depende que tomemos en serio este ataque contra la familia y contra nuestros hijos y que lo afrontemos con responsabilidad.

Fuentes:

1. Trudy Hutchens, "Homosexuality: Born or Bred?", Family Voice (June 1993): 14; William A. Henry III, "Born Gay?", Time (July 26, 1993): 36-39.
2. Estudio citado por la Dra. Dawn Siler, de la Seattle Pacific University, en una conferencia titulada "Are Homosexuals Born or Made?", el 13 de mayo de 1991, en su clase de Sexualidad Humana.
3. Hutchens, 14.
4. Ibíd.
5. "Cordón cerebral determinaría orientación sexual de hombres," El Nuevo Herald (sábado 1 de agosto de 1992): 7A.
6. Ibíd, 1A.
7. Hutchens, 14.
8. Henry III, 36-37; Daniel S. Greenberg, "Spare Us All From the ‘Gene of Homosexuality' Search," The Miami Herald (jueves 29 de julio de 1993).
9. Siler.
10. John F. Harvey, O.S.F.S. The Homosexual Person. New Thinking in Pastoral Care (San Francisco: Ignatius Press, 1987), 76.
11. Citado en Cal Thomas, "Gays' Root Cause: Genetics or Choice?," The Miami Herald (miércoles 7 de octubre de 1992): 17A.
12. Siler.
13. Citado en el artículo de Cal Thomas.
14. Corey, L. y K.K. Holmes, "Sexual Transmission of Hepatitis A in Homosexual Men," New England Journal of Medicine (1980): 435-438.
15. Dr. Jerome Lejeune, "Engaño sobre el amor," Escoge la Vida (noviembre/diciembre 1989): 2; Corey L., y K.K. Holmes. Mangilit, G.W., et al., "Chronic Inmune Stimulation by Sperm Alloantigens," Journal of the American Medical Association 1984: 251:237-238; Cecil Adams, "The Straight Dope," The Reader (Chicago: 28 de mazo de 1986); D.G. Ostrow et al., Sexually Transmitted Diseases in Homosexual Men (New York: Yorke Medical Books, 1984), 204; Gene Antonio, AIDS: Rage & Reality, Why Silence Is Deadly (Dallas: Anchor Books, 1992), 67.
16. "Consecuencias médicas de lo que hacen los homosexuales," folleto educativo del Family Research Institute, Washington, D.C., 1992.
17. Ibid.
18. Harvey, 46-47, 100-104.
19. Antonia Novello (Cirujana General de los EE.UU.) en el Medical Tribune, 3 de octubre de 1991.
20. Gene Antonio, 50-51, 66-70.
21. CDC, HIV/AIDS Surveillance, abril de 1992.
22. Adolfo J. Castañeda, "La respuesta a la epidemia del SIDA no es el preservativo," Escoge la Vida (julio/agosto, 1993): 1.
23. "Consecuencias médicas..."; Video The Gay Agenda ("El Plan de Acción Homosexual"), producido por la organización cristiana The Report, 42640 10th Street West, Lancaster, California 93534.
24. Robert Knight, "Sexual Disorientation, Faulty Research in the Homosexual Debate," Family Policy. A Publication of the Family Research Council (June 1992): 1.
25. Véase Dr. Judith A. Reisman y Edward W. Eichel, Kinsey, Sex and Fraud. The Indoctrination of a People (Lafayette, Louisiana: Huntington Publishers, 1990).
26. "Captives of the Homosexual Lobby," Biblical Scoreboard (otoño 1988): 15.
27. Vida Humana Internacional tiene disponible en sus archivos copia del documento que describe esta "iglesia" preparado por el "reverendo" que la dirige en la Argentina.
28. Paul Likoudis, "Homosexual Rights March Launches America Into the `Gay Nineties'," The Wanderer (6 de mayo de 1993): 8.
29. Video Gay Rights: Special Rights producido por Jeremiah Films.
30. Ibíd.
31. Lesley S. Bateman, Clint Cline y Patrick Poff, "Are Gay Rights Right?," Florida Family Council. Citizen (junio de 1993): 1.
32. Gay Rights: Special Rights; Boletín del grupo cristiano Concerned Women for America.
33. Gay Rights: Special Rights.
34. "Beating the Big City Bureaucrats," Focus on the Family, Citizen (19 de abril de 1993): 1-3.
35. Gay Rights: Special Rights.
36. Stacey D'Erasmo, "The Gay Nineties," Rolling Stone (3 de octubre de 1991): 83-86, 130.
37. Randy Alcorn, "What NBC Left Out (re: Gay Rights)," Eternal Perspective (octubre/noviembre 1992).
38. Brochure: The 12th National, 3rd International Lesbian & Gay Health Conference and 8th National AIDS Forum, 18-22 de julio de 1990
39. The Washington Hilton and Towers, Washington, D.C. Auspiciado por The National Lesbian and Gay Health Foundation and The George Washington University Medical Center.
40. Anchell, 251.
41. The Gay Agenda.

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Fuente: Vida Humana Internacional