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La "educación" sexual a favor del homosexualismo

La nueva "educación" sexual pro-homosexual
Por el Congresista William Dannemeyer

Hace veinte años algunos colegios públicos impartían clases de educación sexual. Aunque nadie sabe exactamente cuántos, sospecho que el porcentaje del total sería muy pequeño. Seguramente que en general no se enseñaba sobre la sexualidad en las escuelas, porque siempre se consideró que estos temas se trataban mejor en el hogar y que en las escuelas se enseñarían matemáticas, historia, inglés y otros idiomas.

El embarazo entre adolescentes y el nacimiento de hijos ilegítimos no eran un problema nacional y, aunque ocurría de vez en cuando, la pareja joven solía casarse. Si bien algunos de estos matrimonios fracasaban, un número sorprendente de ellos permanecían juntos. Comparando las normas sexuales de entonces con las de ahora, creo que la mayoría de los estadounidenses dirían que estábamos mejor entonces.

El año pasado, más de un millón de adolescentes no casadas salieron en estado. Más de 500.000 tuvieron sus hijos y otras 400.000 se practicaron abortos. Estas estadísticas ni siquiera empiezan a medir el costo en términos de sufrimiento humano de todos los que han estado involucrados.

Desde luego, organizaciones como la Federación de Planificación de la Familia de EE.UU. o PPFA (Planned Parenthood Federation of America) o simplemente Paternidad Planificada y el Consejo de Información y Educación Sexual de EE.UU. o SIECUS (Sex Information and Education Council of the United States) usan estas estadísticas para defender la educación sexual, diciendo que con más información sobre los anticonceptivos, nada de esto ocurriría. Pero a medida que ha ido aumentando la educación sexual, también ha ido aumentando la proporción de embarazadas: no sólo el número total de embarazos, sino la proporción de embarazos entre muchachas solteras. De hecho, hay una correlación extraña entre la cantidad que gasta cada estado en la educación sexual y el aumento del número de embarazos. Los estados que gastan poco dinero en la educación sexual muestran una cifra de embarazos mucho más baja que los estados que gastan mucho. Si bien estas cifras no necesariamente comprueban que la educación sexual causa un mayor número de embarazos, sin embargo, podemos decir que han hecho poco por reducir la cifra. De todas maneras, las organizaciones Paternidad Planificada y SIECUS continúan presionando para que haya más educación sobre el uso de píldoras, preservativos y dispositivos intrauterinos (DIU), diciendo que en pocos años esto empezará a eliminar el problema del embarazo entre adolescentes.

Recientemente, otro grupo se ha unido a esta propaganda, intentando promover una educación sexual más "explícita" y más extensa en nuestros colegios. Este grupo es el Movimiento Homosexual Organizado.

Si bien es difícil concebir el afán de Paternidad Planificada y de SIECUS de enseñar a los niños a ser sexualmente activos, los motivos del movimiento homosexual son más fáciles de ver. Ellos ven la educación sexual "explícita" e "imparcial" como el medio de enseñar a los jóvenes las prácticas homosexuales. Como, según ellos, los jóvenes son víctimas de una extensa "homofobia", exigen que sus propuestas sean defendidas y que sus derechos sean reafirmados en las aulas de las escuelas de EE.UU.

Durante muchos años estas organizaciones tuvieron poco éxito entre la gente que tenía sentido común, gente que decía que en el "mejor" de los casos estas enseñanzas eran ineficaces y que en el peor eran subversivas para la familia. Pero en una de las irónicas tragedias de nuestra época, el SIDA, un resultado directo de la revolución sexual y de las actividades de los homosexuales, dio a los educadores de la sexualidad la oportunidad que necesitaban para promulgar la educación sexual. Los educadores de la sexualidad les metieron miedo a los legisladores con estadísticas aterradoras y declararon que sólo había una solución.

Los educadores de la sexualidad mantenían que como la enfermedad era fatal e incurable, la única manera de frenarla era con la educación. Como es inevitable que los adolescentes tengan relaciones sexuales, decían ellos, es necesario enseñarles el uso de los preservativos. Este terror, junto con las predicciones sobre la explosión del SIDA entre la comunidad heterosexual, fue suficiente para que los dirigentes escolares adoptaran medidas de emergencia, a pesar de no estar convencidos personalmente. Estos educadores quizás lo hubieran pensado mejor si hubieran sabido que el movimiento homosexual estaba al acecho. Los homosexuales habían ejercido presión sobre los editores y educadores profesionales para que se incluyera, en el material educativo, información a favor de las experiencias homosexuales.

Para que apreciemos bien el peligro, es necesario incluir, con algún detalle, varios ejemplos sobre esta materia. Los tres programas que a continuación describo no se limitan a unos cuantos colegios públicos, ni fueron producidos por grupos homosexuales para sus propios miembros. Dos de ellos fueron producidos por organizaciones religiosas y el tercero fue pagado indirectamente por el Departamento de Salud y de Servicios Humanos de los Estados Unidos.

Todos estos programas apoyan abiertamente al homosexualismo y condenan a cualquiera que crea que tales desviaciones sexuales son anormales o indeseables.

1. Acerca de tu sexualidad.

El programa Acerca de tu sexualidad fue producido por la Asociación Universalista Unitaria (la iglesia Unitaria). El autor, Derroche Calderwood, fue denunciado por el sexólogo Edward Eichel, que dijo que Calderwood, en su clase en Holanda, había promovido el homosexualismo entre los estudiantes varones (1). Estas mismas tendencias se pueden encontrar en su currículo, el cual enfoca el comportamiento homosexual tratándolo con el mismo detalle y con la misma profundidad que el comportamiento heterosexual.

Lo que se intenta hacer creer con tal "imparcialidad" es que todos los actos sexuales son igualmente aceptables, igualmente buenos e igualmente deseables. Calderwood sugiere que todos los estudiantes apoyen activamente los "derechos" de los homosexuales.

Acompañando los textos de Calderwood, hay un vídeo y unas audiocintas que apoyan explícitamente el comportamiento homosexual. En las audiocintas se escuchan a bisexuales y homosexuales expresando su satisfacción con sus experiencias sexuales. El vídeo es más explícito. Este curso está diseñado para estudiantes de séptimo u octavo grado, aunque se dice que ha sido usado incluso para niños en el quinto grado.

Calderwood dice que los niños deben tener el consentimiento de sus padres para entrar en el programa, pero en cuanto están dentro todo lo que ocurre está bajo una seguridad estricta. Él mismo advierte: "Cuidado, a los participantes no se les debe entregar copia del material para que se lo enseñen a sus padres o amigos. Mucha de esta materia, fuera del contexto de este programa, puede producir una falta de comprensión y dificultades"(2). Las razones de Calderwood para tener este programa son claras e incluso admitidas por él. Lo hace "para aclarar que las relaciones sexuales con el mismo sexo cuando uno es joven, son normales..."(3) Luego continúa haciendo la comparación entre la homosexualidad y el dar a luz, cuando dice que en la homosexualidad como en el dar a luz "puede tardar algún tiempo antes que uno pueda apreciar y disfrutar de la belleza de la experiencia"(4). Esta comparación es absurda, porque innata en esta comparación hay una verdad que la autodestruye: las relaciones homosexuales nunca llevan a la creación de una vida nueva, lo que naturalmente resulta de las relaciones heterosexuales.

Calderwood promueve un mensaje que el movimiento homosexual cree que es necesario para que el homosexualismo sea aceptado: que las experiencias sexuales de uno no tienen efecto en el apetito sexual, que no importa lo que hagan los jóvenes o lo que se les enseñe, ya que no tendrá mucho impacto en su vida futura. Esto es algo que incluso Kinsey mismo consideraba incorrecto, pero Calderwood niega esa realidad en términos absolutos, sin ni siquiera reflexionar sobre el efecto que esto pueda tener.

¿Cuántos colegios usan el programa de Calderwood? Aunque esta información es difícil de conseguir, la Asociación Universalista Unitaria está llevando a cabo una intensa campaña de mercadeo y sugiere que se está usando extensamente. Y este no es el único programa que adopta esta actitud hacia la homosexualidad. Los episcopales están usando una guía derivada de Acerca de tu sexualidad y de hecho recomiendan este programa.

2. La sexualidad: un don divino

El programa La sexualidad: un don divino difiere de Acerca de tu sexualidad en que es más bien una guía para usar en el intercambio de ideas en un grupo, que material docente para impartir en una clase. También tiene una orientación religiosa, mientras que Acerca de tu sexualidad evita toda consideración religiosa. A pesar de estas diferencias tienen mucho en común y esta guía menciona a Acerca de tu sexualidad por Derroche Calderwood como primer material de referencia entre otros títulos sugeridos.

El texto sostiene que la sexualidad es "un don" y consecuentemente bueno. Luego dice: "Los temas morales deben centrarse en la calidad del acto sexual, no en el acto mismo"(5). El texto es más atrevido que el de Calderwood en condenar a los que creen que puede haber un acto sexual ilícito. (6)

3. Cariño mutuo, compartiendo mutuamente

Cariño mutuo, compartiendo mutuamente (CMCM) es un derivado obvio de Acerca de tu sexualidad y esto se debe probablemente a que uno de los arquitectos de este programa era un estudiante de Calderwood. CMCM causó mucho más alboroto que La sexualidad: un don divino y ha suscitado protestas inmediatas tanto de autoridades locales y estatales como de la Oficina de Planificación Familiar del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. Aunque originalmente fue diseñado como un programa para promover la responsabilidad de los hombres en la prevención de embarazos no deseados, cayó en manos de activistas homosexuales. Éstos incluyeron como una de sus metas "el fomentar la aceptación de las varias preferencias sexuales y orientaciones de sus colegas..."(7)

Este programa, como el de Calderwood, impide que los padres participen, pero la justificación es mucho más elaborada. El programa difiere del de Calderwood en que admite sus prejuicios. Dice: "Creemos que la sexualidad es un proceso natural y saludable que incluye a todas las edades y que los actos sexuales consensuales entre dos personas son un proceso igualmente natural y saludable" (8). El programa sí dice que las relaciones heterosexuales entre adolescentes pueden ser problemáticas por la "intimidad potencial" y por las complicaciones que un embarazo puede tener, pero sólo advierte en contra de los actos homosexuales por el posible riesgo de contagio de enfermedades. Hay párrafos que mantienen prejuicios contra las relaciones normales heterosexuales y que dan argumentos sutiles a favor de los actos sexuales antinaturales.

En varias ocasiones incluso en que este programa va más allá que el texto de Calderwood o que La sexualidad: un don divino cuando dice que los adolescentes que tienen una atracción heterosexual sólo "creen que son heterosexuales" y por eso en el programa nadie debe declarar sus orientaciones sexuales. Sugiere insidiosamente que los adolescentes que son heterosexuales quizás no lo sean, lo cual sólo puede servir para confundirlos.

Más adelante el programa tiene un ejercicio que habla de "la menstruación en el mismo contexto que la erección"(9), pero se explica que esto es sólo "para sacar a la luz la misoginia [que significa el odio a las mujeres] que creemos que los hombres jóvenes tienen"(10). Mientras que estos comentarios paranoicos indican el plan de acción radical homosexual y feminista subyacente, también sirven para enfrentar a hombres y mujeres jóvenes. Nuestra sociedad no sólo está presionando a los adolescentes a que tengan relaciones sexuales prematuras, sino que incluso presenta a los dos sexos en cierta forma como enemigos.

Aunque estos tres programas están abiertamente a favor del homosexualismo no son ni siquiera el material más ofensivo que se usa en nuestros colegios y comunidades. Esa "distinción" se reserva para algunos de los materiales que han surgido como resultado del apoyo de las autoridades públicas en materia de salud. Entre el abundante material explícito está el material producido por los grupos nacionales homosexuales. La Fundación SIDA de San Francisco, por ejemplo, ha co-publicado un periódico tabloide que enseña fotos (explícitas). La intención, según los que publicaron esta materia, era de "erotizar" el uso de los preservativos y así reducir la incidencia del SIDA y salvar vidas. Desgraciadamente, muchas de estas organizaciones son subvencionadas con recursos gubernamentales y sus informes son recomendados oficialmente.

El Servicio de Salud para Hombres Homosexuales en la ciudad de Nueva York ha producido algunos tebeos en que se describen actos sexuales de los que muchos americanos nunca han oído. Esto se considera "sexo seguro" y consecuentemente educativo con relación al SIDA. Otro tebeo presenta el uso de un preservativo, esto se califica de "educativo".

Cuando este material cayó en mi despacho estaba tan enfurecido que presenté un proyecto de ley en la Cámara para prohibir el uso de fondos federales para subvencionar ese tipo de "material educativo". Aunque se aprobó la ley, era mucho más flexible de lo que yo hubiera querido.

El movimiento homosexual también se ha establecido en las universidades por toda la nación, iniciando, entre otras cosas, organizaciones para homosexuales para promover el comportamiento homosexual y reclutar estudiantes. Cuando encuentran resistencia, el movimiento organizado homosexual les apoya cien por ciento. Prueba de ello es el caso de la Universidad de Georgetown, la cual les prohibió a organizaciones homosexuales que se establecieran en su recinto, obtener subvención y recibir reconocimiento oficial. En cuanto la universidad tomó esta postura, los homosexuales la demandaron judicialmente. Los homosexuales decían que sus derechos a no ser discriminados estaban siendo violados. Después de siete años de litigio, el Tribunal de Apelaciones del Distrito falló a favor del muy bien financiado movimiento homosexual. La universidad solicitó al Tribunal Supremo una suspensión temporal del fallo mientras decidía si apelar o no. Esto no se le concedió, y la universidad decidió no apelar. Como resultado, la organización estudiantil de homosexuales tuvo su primera reunión en el Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown y ésta tuvo que subvencionarla.

Desgraciadamente, el movimiento homosexual no se satisface con eso. Han empezado a promover sus actitudes y prácticas también en las escuelas secundarias, y con la venia de los administradores y juntas escolares. Tal es el caso del Proyecto 10 desarrollado en el colegio secundario de Fairfax, en Los Ángeles. El proyecto se dirige a los estudiantes que se identifican como homosexuales y, según la fundadora, Virginia Uribe, tiene una biblioteca de "literatura sobre la homosexualidad para hombres y mujeres" de más de 500 libros; distribuye más de 3.000 folletos ofreciendo información sobre "las necesidades especiales de la juventud homosexual, tanto femenina como masculina; lleva a cabo un concurso por escrito sobre "Homofobia y racismo: un punto común", con un premio monetario; imparte educación sobre el SIDA con un seminario sobre "Sexo en los tiempos del SIDA" y otorga premios monetarios a fin de año para los estudiantes que se han mostrado solidarios con respecto a los derechos de los homosexuales (11).

Hay otras organizaciones muy activas en la promoción del plan de acción homosexual entre estudiantes. En la Ciudad de Nueva York la Asociación de Maestros Homosexuales ha estado muy activa en las aulas durante más de una década. Entre los derechos que están intentando promover están los siguientes:

1. "El derecho a educar a todos sobre las maravillosas contribuciones a la sociedad de escritores, pintores, historiadores, psicólogos, sociólogos y filósofos homosexuales..." etc.

2. "El derecho de los estudiantes homosexuales a que se les de información y consejería sin prejuicios (12).

También exigen lo siguiente:

1. "Que la junta de educación incluya en el preámbulo de sus contratos con nuestro sindicato la frase `orientación sexual' en su lista de prácticas no discriminatorias".

2. "Que la junta y los sindicatos trabajen con nosotros para preparar un currículo para profesores y estudiantes que muestre un enfoque correcto sobre los homosexuales, y que no contenga información falsa o denigrante".

3. "Que se respete el principio de libertad académica de manera que los profesores homosexuales no se sientan amedrentados de revelar sus preferencias sexuales ni de corregir información errónea que pueda surgir en las clases o fuera de ellas (13).

Pero esta lista de exigencias está fuera de moda, ya que todo esto ha pasado a ser normativo en muchas escuelas públicas, muchas veces en conformidad con leyes locales y otras porque los administradores de escuelas simpatizan con los grupos homosexuales o les tienen miedo. Así, los profesores homosexuales tienen protección especial, se enseña el homosexualismo como "normal" y "bueno", y se ha eliminado toda la literatura que rechaza las prácticas homosexuales de todas las bibliotecas.

Los padres deben preocuparse por lo que está ocurriendo en las escuelas y tienen que hacer todo lo posible para detener este radical plan de acción. Hay varios grupos que se han propuesto destruir la moralidad antes de que se acabe esta generación y uno de los más poderosos es el movimiento homosexual. Sus razones para entrometerse en la educación de los niños son obvias.

Nota: Algunos párrafos del libro original han sido eliminados por ser muy explícitos.

Fuentes: Fragmento del capítulo V del libro del congresista de EE.UU. William Dannemeyer Shadow in the Land: Homosexuality in America (San Francisco, EE.UU.: Ignatius Press, 1989).

Fuentes utilizadas por el autor:
1. Carta no publicada a la American Association of Sex Educators, Counselors and Therapists. (26 de abril de 1987).
2. Derroche Calderwood, "How to Begin the Program";
3. Ibíd., "Same Sex Friendships", I.
4. Ibíd., "Lovemaking...", 12.
5. [Episcopal Church] Task Force on Human Sexuality, Sexuality a Divine Gift (New York: 1987), 88.
6. Ibíd., 88-89.
7. Cooper Thompson, Mutual Caring, Mutual Sharing (Stafford County, N.H.: 1987), 2.
8. Ibíd., 7.
9. Ibíd., 29-30.
10. Ibíd., 29-30.
11. Virginia Uribe, en una carta enviada a "Friends of Project 10".
12. Del volante distribuido en Albany, New York, July 8-10, 1977.
13. Ibíd.