Dra. Ma. de la Luz Casas M.
Maestra en Bioética
Escuela de Medicina. Universidad Panamericana.
INTRODUCCION.
En las Conferencias Internacionales sobre la mujer que se han llevado a cabo oficialmente en relación con los roles propuestos a la mujer, se han introducido los conceptos de “perspectiva de género”, “Equidad de género”, se ha afirmado que las diferencias entre hombres y mujeres responden a una estructura cultural, social y psicológica y no a condiciones biológicas.
La propuesta viene fundamentalmente de Organizaciones no Gubernamentales ya expuesta en la VI Conferencia Regional sobre la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina y el Caribe, organizada por CEPAL y ratificada en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en China 1995 convocada por la ONU.
En la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en Pekin del 4-15 de septiembre de 1995, auspiciada por la O.N.U. se debatieron importantes aspectos sobre los problemas específicos de la mujer, asistieron a ella 191 países que representaron 23,000 participantes oficiales además de 4,000 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que se manifestaron dentro y afuera del recinto oficial, demostrando así la voluntad de cambio sobre las condiciones de inferioridad que en muchos aspectos de la vida la mujer ha padecido a través de la historia.
Aunque dicha Plataforma de Acción no es obligatoria, si es vinculante, ya que constituye una instancia de consenso internacional.
Los temas que constituyen la Agenda se reunieron en diversos puntos representativos de la discriminación femenina.
PUNTOS POSITIVOS DE LA CONFERENCIA.
La Conferencia constituyó una llamada hacia la reflexión de la posición de las mujeres en el mundo y la conceptualización de la postura femenina desde su propia perspectiva. En ese sentido su influencia contribuyó de forma importante en la consideración de aspectos que desde hacía mucho tiempo no habían sido lo suficientemente evaluados a la luz de las circunstancias actuales de vida.
El documento analizó y propuso acciones en muy diferentes aspectos de la vida de la mujer.
PUNTOS EN CONTROVERSIA.
Existieron muchos rubros que fueron considerados sin consenso por muchos países, pero sin duda el término de mayor polémica lo constituyó el término "género", pues aunque este vocablo se encuentra aceptado en forma clásica dentro del concepto gramatical de "accidente que indica el sexo de las personas o de los animales", por la insistencia de su uso en diferentes contextos requirió de la asamblea una definición específica por parte de las comisiones que lo promovían.
GÉNERO COMO DEFINICIÓN Y PERSPECTIVA.
Ya desde hacía algunos años antes de la Conferencia el término "género" había sido usado por grupos feministas en sus discursos, como vemos a continuación en palabras de Judith Butler, directora de Gay and Lesbian Human Rights Comission
“el género es una construcción cultural, por consiguiente no es ni resultado casual del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo… al teorizar que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras; en consecuencia hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino.”
Un poco antes de la Conferencia también algunos grupos feministas mexicanos se habían pronunciado en relación a esta nueva concepción de la palabra género :
“el lesbianismo, la heterosexualidad y la bisexualidad, son expresiones a las que tienen derecho las mujeres… el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra sexualidad incluye la libre orientación sexo afectiva… es importante recuperar la reivindicación del ejercicio de la sexualidad como una fuente de placer y de comunicación interpersonal no importando su orientación… lograr el respeto a los derechos de las mujeres lesbianas, constituye un avance para todos los sectores sociales que trabajan por las libertades, el respeto a la diferencia y la convivencia plural y democrática”.
A este respecto “el Closet de Sor Juana” y el Comité Nacional de ONG’s Mexicanas, declaró en su página de internet con referencia a la Conferencia de la Mujer:
“desde el inicio del proceso preparatorio, hemos impulsado la preparación de nuestras demandas y de las lesbianas mismas a la IV Conferencia Mundial de la Mujer. Consideramos ser una gran oportunidad para la visibilidad de las lesbianas en el mundo”
Por el hecho de que los anteriores grupos fueron asesores de CONAPO para la preparación del Documento de presentación ante la Conferencia se consideró la necesidad de aclarar suficientemente las implicaciones de esta nueva concepción.
FUNDAMENTACIÓN FILOSÓFICA DE LA POSTURA DE GÉNERO.
La concepción de la postura de género puede ser enmarcada en una combinación entre la teoría de Engels, la filosofía del estructuralismo de Michel Foucault, el liberalismo radical de Sartre y Simon de Beauvoir.
Michel Schooyans catedrático de la Universidad de Lovaina en materia de población señala en una entrevista con Sabine Chevalier:
"La idea de "género" surge de una coalición ideológica de la cual los fundamentos son a la vez socialistas y liberales. Se encuentra en los socialistas, proviniente de Feuerbach (1804-1872), la idea de "humanidad genérica": sólo cuenta el "género humano", del cual el hombre individual no es sino una manifestación efímera destinada a la muerte. Pero la ideología liberal, con su concepción utilitarista del hombre, muy marcada por el malthusianismo, se une a esta visión, particularmente en una concepción globalista del mercado, al cual debe ser subordinada la política y la producción de los hombres; el individuo es reducido al ejercicio de una simple función.
Interviene también en la "justificación" de la ideología del género un aporte del "estructuralismo",que afirma que nosotros entramos en una "nueva cultura", haciendo apelo a nuevas reglas que toca al hombre crear. Esta coalición ideológica del género ha sido lanzada en la plaza pública por la ONU en la Conferencia de Pekín de 1995. Según sus ideólogos, el matrimonio heterosexual monogámico pertenece a una cultura anterior: de él derivaba la función de la maternidad y de la familia. Entrando en esta nueva cultura, debemos barrer estas referencias "caducas". En adelante es necesario considerar que la regla que debe prevalecer es la intercambiabilidad de roles del hombre y de la mujer. Para que la mujer pueda volverse miembro activo a tiempo completo de la sociedad de producción, ella debe tomar en mano su propia liberación, desprendiéndose de la "carga" de la procreación y de su condición " alienante " de esposa y madre. De donde una revolución sexual muy profunda: abolición de la maternidad y de la familia monogámica; atribución de unos sentidos múltiples a la palabra "familia" monoparental masculina o femenina, "familia" proveniente de manipulaciones biológicas diversas, etc.: instauración de innumerables modalidades de prácticas sexuales: "padre" biológico o no progenitor, "madre" biológica o portadora, etc., todos los casos imaginables son considerados en los documentos de la ONU".
Por su parte, Simone de Beauvoir filósofa de la liberación femenina afirma :
“no se nace mujer; se hace. Ningún destino biológico, psíquico, económico, define la figura que reviste dentro de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la sociedad el que elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado que es calificado como femenino. solo la mediación del otro puede construir a un individuo como otro". Y continúa:
"Hay que rechazar la sexualidad como naturaleza. Hay que superar esa institucionalización del amor que vincula a la mujer con el sexo, la maternidad, el hogar. Es menester que haya parejas libres, madres libres, libertad económica para la mujer… el encuentro de los sexos en un nivel de igualdad plena será únicamente el encuentro de dos libertades.
Otra parte de esta fundamentación se encuentra en las obras de Engels quien escribe :
“el primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre hombre y mujer unidos en matrimonio monógamo, y la primera opresión de una clase por otra, con la del sexo femenino por el masculino”.
La postura es retomada por Firestone , líder feminista en épocas recientes:
“se requiere que la clase subyugada se alce en revolución y se apodere del control de la reproducción; se restaure la propiedad sobre su propio cuerpo, como también el control femenino sobre la fertilidad, incluyendo las nuevas tecnologías la meta no solo es el privilegio económico...sino de la distinción de sexos misma: las diferencias genitales entre los seres humanos ya no importarán culturalmente” .
DEL FEMINISMO AL GENERISMO.
De lo anteriormente expuesto puede concluirse que existe a la fecha una confusión entre las estrategias propuestas por los grupos feministas originales y un nuevo grupo, que promueve como fundamental la postura de género, las posturas tienen una diferencia significativa que pueden aclararse en la definición de Hoff :
“el feminismo de equidad es la creencia en la igualdad legal y moral de los sexos...el feminismo de género es una ideología que pretende que la mujer esta presa en un sistema patriarcal opresivo".
Como puede apreciarse ambos conceptos llevan implícitas estrategias diferentes, que serán necesario aclarar, para que el término "género" y "perspectiva de género" pueda ser unívoco en los documentos oficiales.
ANTE LAS REALIDADES FEMENINAS.
La lucha femenina por sus derechos lleva más de cien años de existencia oficial, desde las primeras manifestaciones por el voto en Inglaterra. La importancia de la lucha feminista organizada radica principalmente en la conceptualización de la mujer como grupo capaz de constituirse en grupo de poder social y político significativo.
Es verdad que en la historia la mujer ha sido discriminada con frecuencia, a veces, en forma consentida y en otras por imposición o manipulación, en una realidad sociocultural que bajo los valores actuales de reconocimiento de derechos humanos es insostenible.
Entre los rubros de inequidad social contra la mujer podemos señalar entre otras:
*conceptualización devaluada de la mujer como dependiente del hombre
*preferencia de hijos varones
*preferencia de alimentación y estudio a varones
*diferencia educativa y de cargas de trabajo del hogar para el hombre
*conceptualización machista y de posesión sexual de la mujer por el hombre
*diferencia laboral en puestos y retribución
*carga laboral y familiar inequitativa en la mujer aunque esta sea la proveedora.
REALIDAD Y GÉNERO.
Las propuestas generistas tratan de lograr la igualdad entre hombre y mujer, lo cual es muy justo, pero negando la realidad entre los seres humanos sexuados. La mujer no es "un ser intermedio entre el hombre y el castrado" como lo dicta S. de Beauvoir, es un ser íntegro con propia naturaleza, la femenina. El tratar de igualarse al varón por el solo hecho de tener mismas funciones laborales o de poder, o negar el valor de la función reproductora de la mujer no harán que la realidad cambie, más que en cargas de trabajo o poder.
La biología marca diferencias estructurales del hombre y la mujer que no pueden ser ignoradas y si bien marcan diferencias de función no tienen que ser estas consideradas como fuente de manipulación o discriminación.
DIFERENCIAS BIOLOGICAS.
El ser humano desde la perspectiva biológica pertenece a la especie hommo sapiens. Las especies sexuadas, mamíferas tienen dos géneros: femenino y masculino.
Existe biológicamente un determinismo genético, expresado fenotípicamente en forma de dimorfismo sexual complementario y vinculado como toda especie sexuada a la reproducción de la especie.
Esta realidad científica puede ser constatada desde el punto de vista de la embriología, genético, molecular, endocrinológico y neurológico entre otros, y constituyen en sí la base del dimorfismo sexual que enmarcan comportamientos y funciones femeninas y masculinas imposibles de ignorar.
DIFERENCIAS PSICOLOGICAS.
Tampoco las diferencias genéricas se circunscriben al ámbito solamente cultural como se señala en el modelo cognoscitivo del desarrollo psicosexual de Kholberg :
"el concepto de identidad de género y estereotipos masculino/femenino, presentan elementos comunes universales, no se aprenden por transmisión directa de patrones específicos a un grupo familiar son creados por el niño mediante interpretación activa de:
a) diferencia en la estructura corporal del hombre y la mujer
b) diferencia asignada por la sociedad a los roles".
Con referencia al desarrollo del papel femenino y masculino
“es producto de una construcción cognitiva, en donde ni las presiones sociales, ni la enseñanza directa juegan un papel primordial”
La identidad sexual masculina o femenina al menos en parte tiene que ver con esta peculiar conformación biológica.
La feminidad masculinidad es un fenómeno complejo que no se explica por el solo hecho biológico, pues implica conductas eróticas y afectivas específicas de cada sexo.
DIFERENCIAS EN LA ANTROPOLOGIA FILOSOFICA.
Para la concepción de la antropología filosófica de la sexualidad la sociedad no es último y único parámetro de la identificación genérica:
”ser hombre y ser mujer no son accidentes del ser humano, sino que pertenecen inseparablemente a su esencia ”.
En esta polémica se aprecia el debate del antiguo tema de “Natura contra cultura”, el ser humano desde la perspectiva personalista es natura y cultura y no debe existir un antagonismo entre ellos.
Lo natural, en el sentido de innato, no coincide con la naturaleza humana, que transforma lo innato en un sentido que lleve hacia la humanización humana, entendida como la perfección de lo propiamente humano, esto es sus valores.
La diferencia sexual entre hombre y mujer genera tipos de relación entre personas que son habituales y persistentes y que no están vinculados solamente a la reproducción de la especie.
La psique no pertenece enteramente ni al organismo corporal, ni al espíritu. Las diferencias psicológicas no se pueden anular o atribuir enteramente a influjos socio-culturales. La cultura no constituye por sí sola esta diferencia en la psicología del hombre y de la mujer. La cultura puede influir al acentuar roles e inducir prejuicios y falsas concepciones, pero la psique tiene raíces en el soma
La sexualidad humana tiene como en toda la persona la característica vital en donde el principio metafísico de la forma sobre la materia. La forma es la que da perfección a la materia y la actualiza y no al contrario .
Existen, por tanto, diferencias entre hombre y mujer, que más que ser negadas han de ser reconocidas y apoyadas en sus particulares demandas.
PROPUESTA BIOÉTICA DE ACCIÓN.
La filosofía realista nos marca como ineludible la necesidad de considerar la realidad como una marco de acciones y decisiones.
El análisis de los objetivos es prioritario, pero también lo es la selección de estrategias, pues para que un acto humano sea considerado como adecuado han de serlo tanto sus intenciones como sus medios y sus fines. Así podemos observar que la inequidad de la mujer es un hecho para muchas de ellas y existen poblaciones femeninas que las sufren más profundamente, el reconocimiento de la licitud de los objetivos a vencer, propuestos por la Plataforma de Acción, son justos y realistas en gran medida, sobre el análisis de los fines, se encuentran ya marcadas diferencias, pero la verdadera problemática existe tanto en la selección de medios como de fundamentos, pues estos dependen de la postura feminista o generista de las propuestas.
Desde la perspectiva filosófica realista el ser humano es naturaleza y cultura, no es solamente "natura", término entendido, como "lo nato" o actitud "natural", fuera del proceso de humanización y que tampoco es concepto unívoco con el de "naturaleza ontológica" del hombre, que se refiere a su propia esencia, sus propios fines y medios adecuados para lograrlos.
En otras palabras, el ser humano no es solamente el ser que nace y se desarrolla sin marco de actuación, dejado solamente a sus impulsos naturales; el ser humano no solo "nace", sino también "se hace" a través de la cultura, que lo posibilita en el conocimiento de las posibilidades de su naturaleza, del uso de su inteligencia y su voluntad y no solamente de sus impulsos y su emotividad. Es por ello que el ser humano es un compuesto muy impredecible, pero a la vez definible en cuanto a lo que se espera de su conducta humana como especie.
La naturaleza es base de partida de la realidad.
La cultura descubre el significado de la naturaleza del hombre y lo humaniza.
Las filosofías que niegan alguno de los componentes del ser humano o son idealistas o materialistas puras pues poseen un marco conceptual dualista de la naturaleza del hombre.
La postura personalista es unicista y enmarca ambos aspectos.
Desde esta perspectiva el hombre y la mujer existen como seres sexuados en función de la procreación en el amor. El acto sexual humano, no lo es si no se enmarca en el amor y si niega la naturaleza propia del acto, que es la procreación, aunque a través de su inteligencia y voluntad planifique su familia, lo cual nuevamente es prueba de la armonización de natura y cultura.
El ser humano no puede negar su naturaleza sexuada, ser hombre o ser mujer con el correspondiente comportamiento, feminidad y masculinidad, como seres iguales en derechos, por pertenecer ambos a la especie humana, pero diferentes en cuanto a necesidades, por pertenecer a un género específico.
No es posible para el ser humano naturalmente sexuado, luchar contra natura ante algo que le es natural, su naturaleza sexuada y los fines propios que la misma marca para cada género, no es posible considerar la naturaleza como una imposición o una carga que ancla, en el caso de la mujer, inexorablemente a la inequidad ligada a la posibilidad procreativa, sino aceptar, no en forma impuesta, sino connaturalmente, lo que de la naturaleza procede, buscando a través de una cultura de promoción de la dignidad de la persona el reconocimiento de la complementariedad.
Para la persona el fin último de la existencia es la experiencia del amor, y de los tipos de amor, el sexuado, tiene en la complementariedad y en la procreación su fin propio. Toda persona desea ser amada y en el amor sexuado, la procreación se deriva como un don en el hijo, es antihumano negar no solamente la naturaleza sexuada de la persona, que promueve la no identificación bio-afectiva, sino la finalidad de los sexos y la formación de la pareja en la constitución posterior de la familia, pues todo ello tiene un origen natural y no impuesto por la sociedad, sino solamente reconocido por ella. El hombre y la mujer se atraen naturalmente y no por imposición social y la consideración del género masculino como opresor nato de la mujer con quien habrá que entablar una "lucha" de géneros no contribuirá a la aspiración natural de la formación de la pareja humana en el amor.
Es cierto que existen condiciones de inequidad e injusticia, por lo que la promoción de los Derechos Humanos Universales es imperiosa y para ello se requiere el fomento de una cultura por la igualdad en las diferencias, una cultura propositiva y no destructiva, de sustitución de marcos socioculturales inadecuados mas no de negación de realidades.
Las propuestas en salud reproductiva deben respetar a la persona, en decisiones libres e informadas y como tales no pueden estar en contra de la dignidad o la vida de otra persona, como se refiere al no nato, pues ello perpetuaría nuevamente un círculo de discriminación, ahora ya no contra la mujer, sino ante la dignidad de la vida humana.
La humanidad ya no puede dividirse en opresores y oprimidos, es una ganancia de nuestro siglo el concepto de igualdad de todos los seres humanos, el adoctrinamiento hacia la lucha de géneros promueve ambivalencia en la persona, pues es una realidad que la aceptación congruente del sexo biológico acorde a sus funciones y su expresión : feminidad/masculinidad, maternidad/paternidad pues ello responde a los dinamismos de la persona, la cual es única. Si los diversos componentes o dinamismos de la persona no operan en armonía, la personalidad en vez de estar integrada se desintegra, la persona desintegrada presenta un problema psicológico que a la vez es trascendente: la neurosis por falta de aceptación de la realidad y la pérdida de la capacidad de amar. |