Piden «cuarentena» de tres meses al esperma de los donantes
LONDRES, 6 mar (ZENIT).- Según las revelaciones de un equipo médico alemán a la revista «The Lancet», una enfermera alemana se vio contagiada de SIDA tras una inseminación artificial, a causa de que el esperma del donante no se había sometido a suficientes análisis.
Se descubrió que esta mujer era ceropositiva a raíz de un análisis que se le hizo en el transcurso de una enfermedad, tres meses después de la inseminación. Al mismo tiempo resultó que el esperma del donante, que en análisis previos había dado un resultado negativo, dio positivo tres meses más tarde.
«No todos los países imponen una "cuarentena" de tres meses al esperma de los donantes, y Alemania no tiene leyes en este sector», comentó el doctor Matz, del Instituto de microbiología e inmunodeficiencia de la Universidad de Bonn. El médico recuerda que en los primeros estadios de la infección la carga viral crece en la sangre y en los líquidos seminales y, por tanto, estos líquidos «son particularmente contagiosos». Por todas estas razones, habría que disuadir a los médicos de utilizar esperma fresco para las inseminaciones artificiales, y este procedimiento debería considerarse «de alto riesgo».
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