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No volvería a intentarlo

Isabel Somma. Ginecóloga Asistencial y Docenta de la UNLP en Junín, Argentina>

Esto no pretende ser un artículo...simplemente quise volcar aquí mis Ideas, mi experiencia, tal vez podremos reflexionar juntas a partir de ellas. En un país como el mío, donde la primera causa de muerte materna es el aborto provocado, hablar sobre Reproducción Asistida es casi una paradoja. Sin embargo esta especialidad médica nos ofreció desde que nació Louise Brown.
Isabel Somma

Terminé mi especialidad en Ginecología y Obstetricia siendo muy joven, no pensaba en hijos en ese momento, sólo me preocupaba llegar a ser una excelente profesional. Comenzaban en Buenos Aires las primeras experiencias en Reproducción Asistida. Fue fascinante conocer de sus técnicas, de sus logros... la ciencia estaba contribuyendo a perpetuar la especie... qué oportunidad para las cientos y cientos de parejas infértiles... .

Pero tuve ocasión de verlo todo desde adentro...y llegó el desencanto. Después de tres años de pareja y con casi 34 años los niños no llegaban. Caramba!!! Quién lo iba a imaginar. ¿Qué mejor entonces que viajar a Buenos Aires y acceder a esta Medicina moderna, reciente y tentadora? Yo sabía de qué se trataba, soy médica, corría con ventaja... había aprendido la teoría de la Medicina y de mi Especialidad y también sobre ética, responsabilidad, legalidad...al menos eso creía. Estaba decidida y contaba con el apoyo de mi pareja. Éramos dos tratando de ser tres, y estábamos seguros de poder lograrlo. Entonces comenzó la odisea. Consultas, largas explicaciones, hormonas,horarios,espermogramas, laparoscopias, jeringas, inyecciones... ¡cada vez era más complejo!, y fundamentalmente dinero, mucho dinero. Est*bamos adentro de esa gran vor*gine... difícil escapar... la posibilidad de salir de allí con un bebito en la panza era realmente tentadora.... aparecieron las fuerzas las ganas, enfrent*bamos al mundo... íbamos a lograrlo.. nada podía fallar... estaba todo bajo control.

No lo logramos.... ni la primera vez ni la segunda... habíamos entrado en la estadística de los fracasos... y entonces hice "clik".. nunca volví a ser la misma. Como mujer fué el derrumbe... mi matrimonio se disolvió después de meses y meses de tratar de encontrar un culpable a tan enorme desilusión. La angustia que se instala en la pareja durante estos tratamientos es insuperable.

Y ahora me pregunto: ¿Estamos todas las mujeres preparadas emocionalmente para el fracaso?, quisiera saber que sí... ¿Llegamos todas al límite de la obstinación?, quisiera saber que no... Y como médica sentí el desencanto, la desilusión...En estos Institutos hermosos, empapelados con el mejor papel y dónde todo el mundo sonríe....no nos van a mentir...se basan en las estadísticas y las evidencias: "Uds. tienen un 30% de posibilidades de lograrlo..los pasos son los siguientes...el tratamiento consiste en..el costo del mismo es...."

Es genial..como no intentarlo..!!!! la posibilidad está muy cerca... y volveremos a casa cumpliendo con las pautas culturales: ser padres y convertir a los nuestros en abuelos y a nuestros hermanos en tíos.. todo el mundo feliz...se instaló la esperanza en la familia...

Sin embargo, los resultados están a la vista: estadísticas aparte, muy pocas parejas lo logran. Y el dinero invertido ¿?.. quizá sería mejor utilizarlo en la crianza de un niño del corazòn.. claro que las leyes de mi país tampoco ayudan demasiado.

¿Dónde están los límites, existen?.. Querría creer que sí. En mi país se están aprobando Leyes sobre Reproducción y Maternidad Responsable.. ojalá lleguemos a buen puerto... Es desde lo emocional que exigimos estas leyes... siento que estaremos tod@s más protegid@s. Llegamos al 2000, pero yo vivo en un país en vías de desarrollo, donde los docentes de escuela tienen malos salarios, donde existe la desnutrición infantil, donde las mujeres con embarazos no deseados recurren a abortos ilegales y mueren , donde todavía falla la planificación familiar, donde ..todavía somos pobres. Hay mucho trabajo por hacer aún.... Hoy yo me siento escindida.. quiero apostar por la ciencia, debo creer en ella, pero a veces no puedo. Claro que existen profesionales que trabajan con absoluta seriedad...sucede que a veces no damos con ellos. Mi felicidad pasa en estos días por saber que como médica puedo contribuir al curso normal de la vida, que puedo paliar, aliviar el dolor, evitar riesgos...

Sueño con una medicina que le de las mismas oportunidades a todos, sueño con legislaciones aplicables y no utópicas... con un país donde tener un hijo desde el propio útero o desde la adopción sea fácil, ético, legal y donde el apoyo emocional tenga el mismo valor que la propia vida. Y de una cosa sí estoy segura: Nunca volvería a sumergirme en un tratamiento similar, donde dejas de ser mujer para convertirte en un saco de análisis.

REVISTA DE COMUNICACIÓN INTERACTIVA
MUJERES Y SALUD
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