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Preocupados. Clinton y el vicepresidente Al Gore. Piden firmeza para resistir la tentación de reproducirnos a nosotros mismos.

Miércoles 05 de marzo de 1997, Buenos Aires, República Argentina

POLEMICO EXPERIMENTO: Debemos resistir la tentación de reproducirnos a nosotros mismos

Apenas tres días después que se enteró de la clonación de dos monos en un instituto público de Oregon, el presidente de los EE.UU. prohibió que fondos del Estado se utilicen en investigar esa práctica en humanos • Dijo que "debemos resistir la tentación de reproducirnos a nosotros mismos" • Y ordenó que la Comisión de Bioética estudie en 90 días recomendaciones para los legisladores

(Nueva York. Especial).- El presidente de los Estados Unidos Bill Clinton prohibió ayer la utilización de fondos públicos para la clonación de seres humanos, y exhortó a los laboratorios privados a plegarse a una moratoria similar. Y les pidió a los científicos que "no jueguen a ser Dios". Minutos antes de abordar el avión presidencial que lo llevó a Arkansas, su estado natal, para presenciar las consecuencias de un desvastador tornado que el sábado cobró la vida de decenas de personas, el presidente dijo: "Debemos resistir la tentación de reproducirnos a nosotros mismos".

Clinton se apresuró a condenar el uso de esta práctica en la experimentación humana, luego de enterarse que en el estado de Oregón un grupo de científicos había clonado un par de monos en agosto.

Por tratarse de la primera experiencia con una especie tan cercana a la humana, a muchos les molestó que el Centro Regional de Investigaciones en Primates de Oregón la hubiese mantenido tantos meses en secreto. Pues si bien el experimento no fue tan sofisticado como el que dio lugar a la creación de Dolly, ya que en este caso se usaron células adultas y en aquel, embrionarias, permite suponer que la técnica estaría a punto para ser probada en seres humanos.

También produjo malestar el hecho de que los monos se clonaron en una institución financiada con fondos públicos.

"Cualquier descubrimiento que toca de cerca a la creación humana no puede quedar como una simple cuestión científica", sentenció el presidente durante su discurso en la Casa Blanca.

Solo para animales

La prohibición, que no impide la clonación de nuevos animales, pero sí de individuos adultos, niños, fetos y embriones humanos, resulta sin embargo más amplia que la enunciada en 1994, cuando Clinton frenó las investigaciones en embriones humanos que habían comenzado a realizarse en los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH).

En aquel momento, los NIH -bajo cuya ala se sostienen centros tan importantes como el Instituto Nacional del Cáncer, el Instituto de la Edad y el Envejecimiento y el Instituto de Nutrición y Cuidado del Niño- habían solicitado más fondos para este tipo de investigaciones, argumentando que "son ética y científicamente válidas y deben ser permitidas por el gobierno federal".

Clinton no estuvo de acuerdo e inmediatamente ordenó a los NIH cancelar todas las investigaciones que se estaban haciendo sobre embriones humanos. Como consecuencia, rápidamente empezaron a desaparecer los fondos, no solo en instituciones públicas, sino también en los laboratorios de universidades y clínicas privadas que se guían por las directivas promulgadas por los NIH.

Don Rubotsky, vocero de los NIH, dijo a Clarín que los Institutos Nacionales de Salud apoyan totalmente lo que dijo Clinton, pese a las severas regulaciones existentes. "Los NIH están en contra de la clonación en humanos. Pero esta prohibición no impide que se hagan ciertos estudios en embriones, por ejemplo en relación con la fertilización in vitro".

Rubotsky dijo, además, que el organismo oficial tiene permiso para continuar con la clonación de animales. "Podemos hacerlo, inclusive con monos", aclaró.

Durante el discurso, Clinton sostuvo con firmeza que "no podemos jugar a Dios". Y recordó que desde la semana pasada se encuentra trabajando la Comisión Nacional de Bioética de los Estados Unidos, que en 90 días deberá presentar un informe y recomendaciones para los legisladores, con una perspectiva ética y legal de la clonación.

"Mientras tanto, debo tomar medidas para prevenir la clonación", dijo el presidente norteamericano. "El gobierno federal ya restringe el uso de fondos públicos para este tipo de investigaciones. Pero después de analizar las restricciones, nuestra administración ha comprobado que existen vueltas que podrían darse y que permitirían la clonación de un ser humano, si la tecnología fuese desarrollada", advirtió.

Ni un solo dólar de impuesto

Clinton no aclaró a que "vueltas" se refería. Pero las interpretaciones no tardaron en llegar. "Lo que quiso decir el presidente es que si bien los NIH no tienen fondos para esa clase de investigaciones, el dinero podría salir del Departamento de Defensa, de Transportes o de otras reparticiones. Clinton quiere estar seguro de que ni un solo dólar de los impuestos de la gente será destinado a la clonación de una persona", comentó un analista a la cadena de televisión CNN, inmediatamente después del discurso presidencial.

El fantasma de una legión de "copias carbónico" de seres humanos traspasó la semana pasada el umbral de la ciencia ficción para convertirse en realidad, luego del anuncio de la clonación de Dolly, la primera oveja que se obtuvo por reproduccion asexual, utilizando una célula de la ubre de una oveja.

Aunque la clonación de personas no parece inminente, muchos científicos creen que algún día será posible, y esto generó una avalancha de comentarios a favor y en contra. El premio Nobel ítalo-norteamericano Renato Dulbecco dijo que "sería un error bloquear por completo la posibilidad de experimentar también con los seres humanos, ya que la técnica podría revelarse útil".

Pero otros no estuvieron tan de acuerdo. "Nos hemos opuesto a la clonación humana desde los días en que era una simple teoría. Pero ahora urgimos a que no se haga", exhortó Carl Feldbaum, presidente de la Organizacion de Industrias Biotecnológicas, una entidad que agrupa a estas instituciones.

Durante el discurso, Clinton reconoció que la tecnología de clonación, aplicada a animales o a células humanas y a proteínas, podría brindar enormes beneficios para la ciencia, la agricultura y la medicina. Pero haciéndose eco de la preocupación que despertó Dolly, dijo que se sentía "profundamente preocupado" por la posible clonación de un ser humano.

Clinton dejó en claro su deseo de establecer un balance entre los beneficios y los peligros de la clonación.

"Tenemos la posibilidad de movernos con precaución y cuidado, y si sabemos aprovechar las poderosas fuerzas de la ciencia y la tecnología, lograremos aumentar los beneficios mientras minimizamos los potenciales peligros".

LAURA ROZENBERG
EL CLARIN