Artículos de Prensa / Afectividad
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Hay esperanza! Peter Pan puede crecer!
Fernanda De La Torre

La queja es generalizada por parte de las mujeres: que si los hombres no maduran, que no quieren compromisos, que si ya están cansadas de los eternos adolescentes. Total, que Peter Pan, ese niño tan adorable de los cuentos de hadas que no quería crecer, resulta para las mujeres una auténtica pesadilla y ha venido a caracterizar a toda una generación de hombres del siglo XXI.
Tuve el gusto de entrevistar al afamado psicólogo español y especialista en conflictos de pareja, Antoni Bolinches, quien visitó nuestro país para presentar su libro titulado Peter Pan puede crecer.
De acuerdo con el autor, un Peter Pan es cualquier hombre en edad cronológica de comportarse como un adulto que sigue actuando como un niño. Puede reconocerse cuando tiene miedo al compromiso, es demasiado narcisista, no tiene relaciones simétricas con el otro sexo, le cuesta auto disciplinarse y tiene poca resistencia a la frustración.
Hay 3 causas fundamentales que explican el que predominen tantos hombres Peter Pan: la primera, de orden sociológico, es el modelo de sociedad que nos vende una felicidad consumista producto de la cultura del "no esfuerzo". Hemos de ser felices consumiendo cosas y teniendo esas cosas fácilmente. Eso lo transmite la escuela y la familia. La segunda, es del orden familiar: los padres, además de dar afecto, deben de marcar límites. Los niños necesitan afecto, pero para convertirse en adultos, necesitan armonizar el principio de placer con el principio de realidad. Si no marcan límites de lo que puede no puede permitirse, cuando sea adulto no entenderá por qué no puede tener o hacer todo lo que quiera. El tercer factor, es la enorme evolución de la mujer que en 3 generaciones ha pasado de un modelo de mujer subordinada a un modelo igualitario. Ante esa realidad, el hombre está desorientado y se pregunta si se refugia en el "país de nunca jamás" o empieza a cuestionarse el modelo para establecer una relación más simétrica e igualitaria.
Lo que Antoni Bolinches propone es que el hombre se dé cuenta de estas 3 causas y vea que él no es el culpable, sino el perjudicado de esta situación y que, además, él puede ser el principal protagonista de su crecimiento. Claro que la mujer puede ayudar, entendiendo las razones que lo llevan ahí, pero es el hombre quien debe ayudarse a sí mismo.
De acuerdo con el psicólogo, "La clave de todo es que el hombre tenga voluntad ya que la persona que tiene voluntad, tiene futuro. El que no tiene voluntad se convierte en verdugo de sus propios proyectos. Peter Pan se caracteriza por tener ilusiones, por tener proyectos, pero no poner los medios que se requieren para conseguir los objetivos. Si yo no pongo los medios para conseguir lo que quiero, nunca maduraré. Madurar es afrontar los retos que yo mismo me planteo, más los retos que la vida me trae. Porque una cosa es lo que yo quiero hacer y otra es la realidad que tengo que afrontar, como la pérdida de un trabajo, el fin de una relación, la muerte de un familiar, todos estos son problemas que me llegan sin que los busque. He de hacer 2 cosas o curtirme en la frustración, aceptar el sufrimiento para crecer o evadirme de ese sufrimiento y no aprender. Si el sufrimiento lo acepto, maduro; si lo evito me neurotizo".
Desafortunadamente, en el imaginario colectivo, tenemos muchos más ejemplos de Peter Pan que de hombres maduros. Bolinches lo atribuye a que vivimos en una sociedad inmadura: "Fíjate en los modelos sociales que tenemos. En lugar de fundamentar el éxito y la excelencia en la superación personal, en el mérito y comportamientos constructivos, los modelos sociales son el Ni-ni, el ganador de programas como el Gran Hermano, quien gana notoriedad por sus defectos y no sus virtudes, el listillo que engaña a los demás. En definitiva, del menor esfuerzo, una cultura no ética. Sobre estos referentes, entendemos el éxito como no trabajar, engañar o ser más hábil en lugar de ser más competentes, no vamos a cultivar una cultura del esfuerzo que permita que el hombre se ponga las pilas para dejar de ser un inmaduro".
El autor catalán explica que hay una tercera parte de los hombres, que están reaccionando. Que se dan cuenta que hay que crear un modelo más simétrico, igualitario y cooperativo. Otra parte está desorientada y espera que se sumen al movimiento de auto maduración. Finalmente, el último sector está retrocediendo al tratar de defender sus privilegios. Y en este colectivo están los maltratadores, los que siguen subordinando a la mujer, los que creen que tienen más derecho, porque tienen más fuerza. Él considera que la fuerza no es una razón para predominar, sino que hemos de imponer la fuerza de la razón y entender que ni el hombre ha de predominar sobre la mujer, ni la mujer ha de predominar sobre el hombre; sino que cada uno ha de mejorarse a sí mismo para que podamos construir una sociedad menos sexista y más humanista.

Contenido / Abril 2011


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