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Comedor compulsivo (Binge Eating Disorder, BED)

Muchas personas podrían pensar que son comedores compulsivos… pero pueden estar en un error. El comer compulsivamente es un trastorno de la conducta alimentaria.

¿Qué es un trastorno?
La palabra trastorno se define como enfermedad.

¿Qué es enfermedad?
Uno de los muchos conceptos de enfermedad es: Cualquier trastorno anormal del cuerpo o la mente que puede provocar malestar y alteración de las funciones normales.
La palabra enfermedad proviene del latín infirmitas, -atis que significa “no firme”, “falto de firmeza”. Generalmente se entiende a la enfermedad como una entidad opuesta a la salud.

Un trastorno de la conducta alimentaria se puede definir como una enfermedad provocada por la ansiedad y preocupación excesiva por el peso corporal, el aspecto físico y alteraciones en la alimentación. Para la persona que padece de algún trastorno de la conducta alimentaria la comida adquiere un protagonismo especial, es decir, sus pensamientos y actos en relación a la comida tiene un significado especial ya que basan su vida diaria sintiéndose dependientes de esta idea.

El comer compulsivamente es el trastorno de la conducta alimentaria más común y que puede estar relacionado directamente con la obesidad, sin embargo no es exclusivo de esta enfermedad porque personas con peso normal también pueden padecer este trastorno. Apenas en el año 1992 fue reconocida el comedor compulsivo o BED como una enfermedad a la que se debía poner especial atención.

Las personas con trastorno de la alimentación de un comedor compulsivo o BED tiene episodios recurrentes de alimentación excesiva en un periodo corto con cantidades mayores a las que casi todas las personas comerían. A estos episodios se les conoce como atracones.

A diferencia de la Bulimia, los atracones en un BED no van seguidos de vómitos ni otras medidas para contener el apetito. El BED se presenta en ambos sexos y en todas las edades.

Para que puedas detectar si es posible que tengas BED responde a estas preguntas.
1. ¿Comes más rápido de lo normal?
2. ¿Comes hasta sentirse incomodo o “super lleno”?
3. ¿Comes aún sin tener hambre?
4. ¿Comes sólo y enojado, culpable o deprimido?
Si respondes a todas como afirmativas y estos episodios ocurren de manera frecuente más de dos veces por semana es muy probable que tengas Binge Eating Disorder.
No todos los obesos presentan una ingesta excesiva en atracones pero se ha observado en varias clínicas para perder peso que alrededor de 1/3 de los pacientes cumplen con los criterios de un Binge Eating Disorder.
El tratamiento requiere  de comprensión de los fatores múltiples que contribuyen al problema; comer de manera excesiva en un periodo corto es un problema grave en un subgrupo de pacientes obesos. (Bruce y Wilfley, 1996).

Estrategias de modificación de la conducta nutricional

1.-Stop al régimen.
¿Cómo perder peso sin hacer dieta? Creando una deficiencia de aproximadamente 500 calorías al día durante una semana conseguiremos perder alrededor de 0,5 kg. La mayoría de la gente puede conseguir éste déficit a través del ejercicio e introduciendo cambios moderados en la ingesta de alimentos. Si escoges esta opción, evitarás las consecuencias negativas de una dieta estricta.

2.-Conéctate físicamente, no externamente, con la comida.
Las señales internas de hambre - como ronroneo del estómago, ligero dolor de cabeza, fatiga, irritabilidad y falta de concentración - son para recordarte que necesitas cubrir tus necesidades energéticas y mantener tu peso ideal. Reconectar con tus señales fisiológicas de hambre y saciedad pueden ayudarte a afinar la potencia interna y regular así la ingesta de alimentos.

3.-Utiliza la Escala de Ratio de Percepción de Hambre (RPH).
Utilizar esta escala puede ayudarte a estar más atento a las señales de hambre interna y saciedad. Piensa en el 0 como indicativo de hambre máxima y 10 como señal de plenitud. Con la escala en la mente, empieza a leer tus señales internas. Tu objetivo deberá situarse entre el 3 y el 8. Si bajas al 0, puede que hayas tardado mucho en comer o que comas demasiado a demasiada velocidad, particularmente si consideramos que tu cerebro necesita de 15 a 20 minutos para darse cuenta que tu cuerpo esta lleno. Deberás empezar a comer cuando la escala del RPH se encuentra en el 3 y detenerte cuando llegues al 7 ó al 8, cuando te encuentres cómodo y completamente satisfecho.

4.- Distingue entre hambre emocional y física.
El hambre física es un proceso fisiológico que se origina cada tres-cuatro horas. Cuando no escuchas a tus señales de hambre, tu hambre se asienta y tu cuerpo empieza a ralentizarse para conservar la energía. El hambre emocional implica comer cuando estas triste, feliz, ansioso o aburrido. Comprender cuando estas intentando satisfacer, con comida, necesidades emocionales puede ayudarte a encontrar formas más apropiadas para cubrir esas necesidades.

5.-Neutraliza la comida.
No hay alimentos buenos ni malos — todos son buenos cuando se toman con moderación. Prohibiendo ciertos alimentos puedes simplemente conseguir desearlos todos. Si con ciertos alimentos tienes problemas en controlar las porciones, prueba con éstos estrategias específicas - por ejemplo, mide una cucharada de patatas fritas y deja el resto de nuevo en la cazuela.

6.-No te saltes comidas.
Comer con frecuencia durante el día (3 pequeñas comidas y 2-3 aperitivos) estimulará tu metabolismo. Saltarte comidas (desayuno incluido) puede hacer descender tu metabolismo.

7.-Destruye mitos; no los crees.
Una pérdida de peso segura es de 0,5 a 1 kg. a la semana y no 10.Ten cuidado con  los suplementos y sustitutivos de comidas. Testimonios sobre ciertos productos pueden ser falsos; los interlocutores pueden no tener credenciales. Recuerda, un cuerpo sano se consigue con comida sana.

8.-Sé positivo, no crítico.
Cada uno pierde distintas cantidades de peso. El peso puede descender de golpe, al principio y después paulatinamente o viceversa. Lo importante es que actitudes saludables a largo plazo, obtienen resultados. Ten confianza en que estas trabajando duro para obtener buenos hábitos y conseguirás resultados.

9.-Cuidado con el vocabulario.
A veces te sorprendes pensando "nunca perderé peso" o "me encuentro gordo". Deshazte de los pensamientos negativos o irritantes y mantén los que te ayuden a alcanzar tus objetivos. Comprueba si eres capaz de describir fidedignamente tu estado de ánimo. ¿Estás enfadado, triste, atemorizado?

10.-Cambia el sistema de recompensas.
Probablemente estés acostumbrado ha hacerte algún regalito o que los demás te premien cada vez que pierdes algún kilito, en lugar de hacerlo al cambiar tu conducta. Crea un sistema que premie tus cambios positivos en lugar de los números que salen en la báscula.

Consejos para disminuir el número de calorías

1.- Cuando comas fuera escoge de primero siempre ensalada o verdura.
Al ser platos ricos en fibra tienen efecto saciante y te llenan antes de lanzarte al segundo plato o al tentador postre.

2.-A la plancha o al vapor.
A la hora de escoger menú en un restaurante pide la carne o el pescado cocinados de una forma sencilla, y huye de los fritos y empanados que aumentan la cantidad de grasa y de calorías.

3.-Compara  las  calorías.
Encontrarás una forma de cocinar con menos calorías. Mira los datos: 100g de patatas al vapor tienen 70 Cal, asadas 121 Cal. Las patatas fritas ya suben a 264 Cal y las de bolsa llegan a 539 Cal.

4.- Las legumbres a lo pobre.
No tienes porque renunciar a un plato de lentejas o garbanzos si las cocinas con verduras (unas 300 Cal/100g) y eliminas el tocino y embutidos (300 Cal de más)

5.-Comer lo mismo de forma ligera.
Si haces la pizza en casa puedes hacer una versión más ligera utilizando mozzarella  auténtica (260 Cal/100 g) en vez de quesos grasos (400 Cal/100g) y escogiendo verduras, hortalizas y atún en vez de aceitunas, carne, embutidos, etc.

6.- Parrilladas nutritivas.
La parrillada de verduras como alcachofa, calabacín, espárragos, berenjenas, etc, tienen un sabor muy intenso y aportan muy pocas calorías.

7.- El pan siempre integral y fresco.
Es el más rico en fibra saciante e hidratos de carbono complejos y te aporta más vitaminas y minerales que el pan blanco, aunque tenga las mismas calorías.

8.- Lácteos.
Los purés de verduras tienen menos calorías que las cremas de verduras con nata que les aportan 300 Cal/100g. También puedes disminuir las calorías añadiendo leche desnatada (35 Cal/100g) o yogur descremado (32 Cal/100g)

9.- Quesos.
Los quesos más frescos son mucho menos calóricos que los elaborados. El queso de Burgos sólo tiene 150 Cal por 100g frente a las 382 Cal del Emmental o 353 Cal del Roquefort.

10.- Evita las salsas en la pasta.
La pasta es un alimento muy rico en hidratos de carbono complejos que se convierte en una bomba calórica con las salsas ricas en nata, huevo, carne, etc. Lo mejor es cocinarla al pesto, al ajo o con verduras y hortalizas para no aumentar las calorías.

11.-Grasas.
La paella más ligera se prepara con verduras y pescado. Si evitas el sofrito y las carnes grasas, te ahorrarás unas 150 Cal

12.-Aderezos.
Adereza las ensaladas con salsa de yogur y limón o con el mínimo de aceite posible. Evitando las salsas y mayonesas (727 Cal por 100g) te librarás de 150-200 Calorías de más.

13.- El postre.
El postre que te aporta menos calorías es la fruta fresca (de 30 a 70 Cal/100 g) o el yogur descremado (32 Cal/100g). Una tarta de queso tienen 365 Cal/100g o 223 Cal/100g si es de fruta.

14.- Los mariscos.
Los mariscos tienen muy pocas calorías. Puedes escoger entre el mejillón (51 Cal/100g), almejas (54 Cal/100g) ostras (47 Cal /100g). Aunque no te conviene abusar por su alto contenido en colesterol y ácido úrico.

15.-Pescado.
Un pescado frito como la merluza tiene alrededor de 180 calorías. Si la preparas al horno o en barbacoa rebajas a 100 calorías. Además es más digestiva, económica y rápida de hacer.

16.-Los frutos secos son bombas energéticas.
Para disfrutar de sus ventajas nutritivas sin engordar sigue la regla de no más de 5 unidades de cada, preferentemente por la mañana.

17.-Lleva siempre fruta en la bolsa.
Así podrás tener a mano un tentempié ligero que mate el gusanillo en el trabajo o con los amigos. Intenta que sea fruta ácida o semiárida. Si es dulce, que tenga mucha proporción de agua.

18.-Los fritos son un atentado contra tu dieta.
Un huevo entero tiene 140 calorías, al freírlo casi consigues doblar su valor a 250 calorías.

19.-El alcohol nunca es una solución.
Las bebidas alcohólicas aportan una gran cantidad de calorías y además empeoran tu salud y bienestar psíquico. Si sales es mejor tomarse una sidra o una cerveza que aportan unas 40 Cal por 100 cc a los licores más fuertes como el whisky o el ron con 300 calorías por 100 cc aproximadamente según gradación alcohólica.

20.-Vida sana.
El último consejo, es el más importante: no te obsesiones con las calorías. La lechuga tiene tan sólo 10 calorías por 100 g, pero no puedes vivir comiendo lechuga. Sigue una alimentación sana y variada y practica ejercicio con regularidad para conseguir mantener tu peso sin engordar.

Fuente: Medline


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