México DF, OCT 2000 (Mónica Chavarría/CIMAC).- La fatiga laboral debe incluirse como riesgo laboral en la Ley Federal del Trabajo (LFT), toda vez que representa un factor de muerte para las y los trabajadores, debido a la intensificación de tareas a las que están sujetos.
Al respecto, Mario Ortega Olivares, investigador y autor del libro “Productividad y fatiga laboral” dijo que el trabajo excesivo produce desgaste físico, psicológico, sobre todo en esta sociedad de mercado tan expansiva donde se exige más esfuerzo de los empleados, quienes entran en una dinámica de competencia.
Por eso es necesario que se considere en la LFT la fatiga laboral como riesgo de trabajo, toda vez que en este mundo globalizado y de mercado se exige calidad y productividad y hay quienes se creen este discurso y entregan todo su esfuerzo. Y ello conlleva a daños en la salud.
Asimismo, Ortega Olivares dijo que en los trabajadores en su búsqueda por ocupar los primeros lugares en productividad encuentran como resultado generar estrés y tensión en el cuerpo humano que pone en peligro su salud e incluso su vida a que se vuelven propensos a sufrir un paro cardiaco, entre otras consecuencias fatales.
El problema de la fatiga laboral es tan grave que en países desarrollados como en Japón han identificado un padecimiento que se llama Karoshi, que es la muerte por exceso de trabajo. Ello derivado de los sistemas de producción, control de la calidad y el elevado nivel de rendimiento de los trabajadores, que al mismo tiempo trae más muertes de empleados por fatiga laboral.
Señaló, el también Premio Nacional de Investigación Urbana e investigador de relaciones laborales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que el país nipón es el primero en donde se reconoció legalmente la muerte por fatiga laboral, luego de la demanda de los deudos y de un grupo de abogados que negociaron las indemnizaciones.
En tanto, en México los hombres y mujeres que reclaman su derecho a la atención preventiva en la salud no están protegidos por las leyes del trabajo ni por los contratos colectivos de las empresas proveedoras de empleo.
Por otra parte, Ortega Olivares advirtió que la nueva relación de trabajo y en la LFT se pretende seguir desmantelando los contratos colectivos de trabajo y así eliminar la estabilidad laboral. Asimismo, indicó que estos nuevos contratos laborales estarán regidos por tiempo trabajado en los que se incrementará la fatiga física y emocional.
Consideró que en los próximos años se vivirá una situación de desigualdad social producto del trabajo excesivo y de la economía de mercado, por lo que Ortega Olivares recomendó crear instancias asociativas para defenderse sus derechos laborales.
Sin lugar a dudas se da una ruptura social en la que se produce la desintegración familiar, por los horarios variados de los integrantes de la familia que se va “dilapidando la vida humana”, por lo que se debe responsabilizar al hombre de las tareas domésticas para que las mujeres no tengan tanta carga en la doble o triple jornada.
Por su parte, Bertha Luján, funcionaria del Frente Auténtico del Trabajo (FAT), afirmó que la fatiga laboral no se mide, no se ve, por lo tanto no se considera en la LFT, tampoco se considera un riesgo laboral o como causa de peligro a la salud, ni como fenómeno de los programas unilaterales de flexibilización del trabajo, considerados en el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).
Por ello, dijo Luján, el FAT ha planteado la problemática de la fatiga laboral en las comisiones de higiene y seguridad de las empresas para que se relacionen con la salud del trabajo.
Asimismo, señaló que la fatiga laboral es un problema que se ha agudizado en el país, en los distintos sectores y ramas industriales, debido al incremento de las jornadas de trabajo; a la disminución de las fuentes de empleo y a la caída de poder adquisitivo derivado de los bajos salarios.
Así se ha presentado un fenómeno llamado desdoblamiento del trabajo, que representa tiempo extra o dobles jornadas en su actividad. Y a su vez esto repercute en la salud de los trabajadores, toda vez que se disminuye su esperanza de vida.
“Es necesario indicar que otro factor de desgaste laboral es la desaparición de días de descanso, pues generalmente las y los trabajadores tienen que realizar otra actividad que les genere remuneración para cubrir los gastos familiares”. Y ése es “en el caso específico de las mujeres por la triple jornada que cumplen”.
Ser mujer y trabajadora perjudica la salud de éstas al menos de tres maneras, por un lado la preocupación de los hijos y el hogar que amenazan su equilibrio emocional. En segundo lugar, el doble trabajo de la mujer marcado por el exceso de esfuerzo y falta de descanso que representa desgaste físico y mental, y finalmente el doble trabajo repercute en la salud reproductiva.
De tal manera que el agotamiento es el resultado de los esfuerzos simultáneos del trabajo remunerado y el doméstico. Por ello es necesario que en la legislación se considere la fatiga como un problema de salud, aunque se reconoce que puede llegar a provocar diversas enfermedades, sino se pone atención a los síntomas.
Por su parte, la profesora Susana Martínez, coordinadora de la maestría en ciencias de la salud del trabajo, dijo que la fatiga es un síntoma distinto al cansancio, por lo tanto, la fatiga laboral es la acumulación de diversas formas de estrés que tiene que ver con el tiempo extra laborado.
La académica dijo que las jornadas de trabajo son más prolongadas, por ello se explica que los estudios sobre las condiciones laborales arrojen que 50 por ciento de vida de los empleados la pasan en su fuente de empleo.
Agregó que la rotación de turnos, la intensa carga de trabajo manual, mental, el medio ambiente del espacio físico del empleo que tienen que ver el calor, el frío y las características de la tarea, (que en ocasiones es bajo supervisión estricta), desencadena daños a la salud y la aparición de otras enfermedades arriba mencionadas.
Por ello indicó que la fatiga laboral debe considerase como un riego laboral y demandó que ésta se plasme en la ley Federal del Trabajo, como lo son las enfermedades por neurosis.
Martínez explicó que los síntomas de la fatiga laboral son: depresión, nerviosismo, irritabilidad, angustia, melancolía, crisis nerviosas, pérdida de apetito, dolor de cabeza, insomnio, pérdida de la memoria, disminución de la capacidad de atención, inhibe el tiempo de reacción, la indisposición para realizar las actividades laborales, pérdida de la fuerza física y contracción de músculos fatigados. Así como malestares orgánicos como úlceras gástricas e infartos del miocardio.
Sugirió que cuando estos síntomas son percibidos por el trabajador o trabajadora es una forma de alerta para cambiar de actividad o descansar. En estos casos es importante que el trabajador pare su actividad.
Finalmente, Ortega Olivares, autor de “Productividad y fatiga laboral”, dijo que es necesario hacer énfasis en la conciencia personal, para lograr sobrevivir, por lo que se aventuró a afirmar que se espera un futuro negro para las mujeres y éstas entrarán a una feminización de la pobreza.
Asimismo indicó que para recuperarse de la fatiga laboral se debe tener una buena nutrición, descanso, dormir por lo menos ocho horas y tener acceso a los servicios de salud. |