5, Septiembre, 2007
Enrique Gallud Jardiel escribe en 20MINUTOS, que siempre han existido adicciones psicológicas (al juego, al sexo, al trabajo, a las compras…). A principios de los ochenta se escribió mucho sobre la adicción a la televisión. Paralelamente, hoy se estudia la adicción al móvil y a los videojuegos. Pero con la popularización de la informática nos enfrentamos a una modalidad adictiva más peligrosa: Internet.
Cuidado con…
Las páginas web.- Lo más común. Buscamos páginas de nuestro interés y su alto número hace imposible verlas todas. Cuanto más navegamos, más webs descubrimos que exigen nuestra atención. En ellas conseguimos apoyo social o satisfacción sexual, creamos personalidades ficticias o sacamos a la luz aspectos ocultos o reprimidos de nuestro carácter y tenemos sensaciones falsas de poder.
El correo electrónico.- Mucha gente es adicta sin ser consciente de ello. Ha dejado de ser una herramienta de comunicación para convertirse en un instrumento para manejar nuestras agendas y contactos. Además, nos sentimos bien si recibimos correos: creemos que la gente nos quiere si nos escribe.
El ‘blog’.- Comprobamos demasiadas veces cuánta gente ha entrado en nuestra página, analizamos todo lo que nos sucede, lo que vemos o leemos por si es material aprovechable para un post, apreciamos más a nuestros lectores que a nuestros amigos y envidiamos a los que tienen más lectores, comentarios o escriben mejor que nosotros.
El chat.- Adaptamos nuestros horarios a los de nuestros interlocutores, nos enredamos en conversaciones banales mientras nos engañamos pensando que estamos teniendo una vida social plena y, cuando no chateamos, tenemos la sensación de que nos estamos perdiendo algo. Además, el carácter temático de la mayoría de los chats (fútbol, sexo, etc.) contribuye a alienarnos más y a distanciarnos de otras realidades.
La solución, en la propia red
Ya existen algunos centros médicos especializados en el tratamiento de las adicciones psicológicas. En Internet se pueden encontrar programas para su solución, que aconsejan cambiar la rutina y los horarios de conexión a Internet, emplear interruptores externos que obliguen a dejar la conexión, fijar metas para reducir el tiempo, hacer un inventario de las cosas que se han dejado de hacer debido a la patología, entrar en un grupo de apoyo o hacer terapia familiar y modificar nuestro estilo de vida.
Fuente: 20MINUTOS |