Estos pequeños que ilustran el artículo están con sus gafas oscuras, el sol de alta montaña podría perjudicar su vista. ¿Qué hacemos para proteger a los nuestros? Tenemos en nuestras manos una gran herramienta educativa, pero que debemos saber utilizar. Reflexionaremos sobre este tema que es tan presente en la vida de nuestros niños y jóvenes. Debemos conseguir el uso responsable de Internet y, como siempre, deberemos acompañar y formar a los hijos e hijas de tal modo que puedan navegar por la red, con total tranquilidad, sin interferencias que malogren su formación humana integral.
Victoria Cardona Romeu Profesora y educadora familiar
Saber ir por delante
Se hace imprescindible, por lo tanto, aprender unas nociones de informática y así podremos dar criterios sobre que páginas son interesantes para el entretenimiento, la cultura, la mejora personal... y evitar los contenidos nocivos como por ejemplo violencia, droga, racismo, etc.
Detallaremos a continuación unos aspectos sencillos pero aconsejables, para llevarlos a cabo dentro del ámbito familiar:
1. Colocar el ordenador en un espacio de paso: según estudios realizados, un 50 por ciento de usuarios entre 8 y 14 años se conectan a Internet. Siempre es más fácil recibir el apoyo de un adulto si un niño está situado en una zona común de la vivienda, y no a solas en su dormitorio, porque fácilmente pueden introducirse en la web visitada por nuestros hijos e hijas contenidos no deseables.
2. La conveniencia de establecer y pactar horarios para navegar por Internet: como en el uso de la televisión y para ir creando hábitos de orden; el uso indiscriminado de este medio podría resultar poco pedagógico, y en algún caso provocar adicción. En cambio, con moderación y buscando webs adecuadas, ya sea para hacer un trabajo escolar, o para obtener una información, es un medio bastante provechoso y pedagógico para nuestros niños y adolescentes.
3. Proporcionar estrategias para enseñar a navegar por la red: Debemos saber que los jóvenes están muy interesados en los chats, especialmente las chicas. Se debe insistir a nuestros hijos o hijas del riesgo que podrían correr en dar sus señas personales –sería como dar las llaves de casa a un desconocido–, y en que no deben citarse nunca con nadie para hacer una nueva amistad.
4. Crear un clima de confianza: Podemos tener la ayuda de filtros (consultar las webs indicadas más arriba), para evitar los mensajes nocivos de Internet. Pero, para conocer las aficiones de nuestros hijos o hijas, lo mejor es saber que les gusta y que buscan. Debemos escucharlos. Si no nos explican que les interesa no les podremos asesorar. También es conveniente animarlos a que nos pregunten cuando algo les sorprenda.
Que saquen el máximo partido
Tenemos que dar la suficiente formación e información para que nuestros hijos e hijas sepan hacer un uso responsable de Internet. Cuando están conectados en el propio hogar es más fácil tener idea de por donde navegan, en cambio lo ignoramos cuando lo hacen con los amigos o conocidos. Se ha hecho popular la frase "enseñar a navegar sin hundirse", y esto es lo que debemos intentar como buenos padres, conociendo el ambiente que frecuentan los nuestros y proporcionando los medios necesarios para fortalecer su espíritu responsable.
Estas nuevas tecnologías, bien orientadas, tienen grandes posibilidades para el crecimiento personal y para fomentar una curiosidad positiva de nuestros hijos. Internet ofrece una ventana abierta al mundo para la búsqueda y el conocimiento pero, como todo, requiere la atención de los padres y madres para instruir y orientar la manera de aprovecharla.
Fuente: Familia y Vida.18 febrero, 2007