Imprimir
Casino: ¿Ronda el peligro de la ludopatía en Temuco?

Ante la llegada del Casino a Temuco, es importante estar atento al comportamiento de quienes suelen tender a la adicción.

Eduardo M.J. le confidenció a su testimonio, aunque no se reconoce como un ludópata:
"El primer año que entré a la Universidad. Comencé a salir de noche. Yo soy de Coyhaique y me fui a vivir con un amigo a un departamento en Santiago. En las reuniones de amigos aprendí a jugar póquer. Con el tiempo empezaron las apuestas y yo tenía que entrenarme. Comencé a jugar por Internet a modo de entrenamiento. Las primeras veces pasé casi toda la noche sentado al computador y mi rendimiento en la U. bajó.

"(...) Empecé a ganar y ganar plata. Perdía a veces, pero era más lo que ganaba. Con todo esto me iba malísimo en la universidad, pero tenía dinero. Pensaba todo el día en estrategias de juego. Así pasaron unos meses hasta que un día llegaron los de investigaciones y se acabó. Me ficharon pero no estuve detenido ni nada. Ya sabía de mi destreza con el juego así que aposté por Internet en unos sitios extranjeros y así he ganado dinero. El juego para mí ha sido una forma de costear ciertas cosas que antes no podía. Soy adicto  pero lo que me diferencia con esa gente que apuesta, es que ellos quiebran y siguen jugando. Yo tengo 26 años y llevo más tiempo ganando que perdiendo".

María Elena

Dueña del Restaurante Marmonch (Marmony) de Pucón, entregó el dramático testimonio, que muestra los perjuicios de la ludopatía incluso en la vida familiar y en el plano afectivo:

"Mi marido iba al Casino de Pucón todos los días y no podía controlar el vicio. Pasaron los años y sólo me di cuenta de los gastos hasta cuando estuvimos casi quebrados. Antes pensaba que el tenía la plata guardada, pero no me había dado cuenta que no quedaba nada en el banco, ni cuentas de ahorro, ni nada. Era yo la que trabajaba y  pasaba todo el día en el restaurante y me esforzaba mucho.

"Él llegaba a las 5 de la mañana y se acostaba mientras yo a esa hora me iba levantando. Después de un tiempo se puso insostenible, porque el juego trae otros vicios y el empezó a mirar para el lado. Nos separamos porque vinieron otros problemas, que nos hicieron caer en una crisis.

"(...) El año 94 lo único que había era deudas y yo caí en una depresión. No tenía nada y todo el mundo sabía que él se iba carretear habiendo una hipoteca donde no había puesto ni un peso, se lo había jugado todo. Como nosotros teníamos una sociedad conyugal, él sacó un crédito de consumo. Se debían imposiciones e impuestos y era un caos total. Me quedé con deudas en tres financieras y dos bancos. Han pasado años y le di una nueva oportunidad, pero volvió a lo mismo. En este momento él no está trabajando, y aún así creo que peso que tiene, se lo gasta".

ProAraucania. Lunes 1 de septiembre de 2008