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Nuevas estructuras inducen a los mexicanos a la ludopatía: experta

A pesar de que las posibilidades de ganar en los juegos de azar o apuesta son "mínimas", la frustración por perder se convierte, paradójicamente, en motor que anima a desafiar la suerte, pues una persona se convierte en víctima de alguna adicción debido a una estructura marcada por la dependencia, alertaron especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Quien accede al juego sin establecer límite alguno encuentra en la acción de retar el destino, la suerte o el azar, un placer y ganancia internos que nada tienen que ver con el aspecto económico. La persona "apuesta algo interno, no externo", como dinero, afirmó Patricia Sánchez Bringas, coordinadora de la licenciatura en sicología de la UAM-Xochimilco.

En un comunicado de prensa, señaló que el dejarse llevar y transgredir todo límite -apostar casa, coche, patrimonio familiar e inclusive a la mujer- produce placer al adicto al juego. La búsqueda compulsiva de esa "ganancia" personal tiene que ver con la historia de vida de la persona.

Destacó que en sociedades como la mexicana -con tendencia a inducir, desde ámbitos distintos, a las personas a convertirse en objetos de dependencia de formas específicas de vida, consumo, apariencia, alimentación y socialización- han sido creadas estructuras que hacen a la gente proclive a la dependencia al alcohol, la droga, el tabaco y el juego.
Para que la apertura de casinos u otros espacios lúdicos similares no se convierta en riesgo social, es necesaria la aplicación de medidas desde la base familiar, donde se proveen los elementos contenedores, encuadres y límites que determinan la conducta de una persona.

Cuando los miembros de una familia "comen con la televisión encendida y la mesa deja de ser ritual de encuentro y disfrute de los alimentos que se comparten, cuando los propios padres encienden la computadora para que el niño se 'entretenga' en lugar de platicar, comunicarse e interactuar, se están generando estructuras de dependencia a situaciones externas".

El juego siempre ha existido y no es la apertura total a las actividades de azar y de apuestas lo que alentará el problema. Inclusive, su legalización tal vez disminuya la proporción de personas asiduas a ese tipo de entretenimiento si se considera que la transgresión de la norma es elemento fundamental de placer en el terreno de las adicciones.

LA JORNADA miércoles 21 de febrero de 2007