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La metanfetamina

La metanfetamina es una droga estimulante adictiva que activa vigorosamente ciertos sistemas del cerebro. Guarda una estrecha relación química con la anfetamina, pero sus efectos sobre el sistema nervioso central son mayores. Ambas drogas tienen usos terapéuticos limitados, principalmente en el tratamiento de la obesidad.

La metanfetamina se elabora en laboratorios ilegales y tiene un alto potencial para el abuso y la adicción. El producto vendido en la calle se conoce por muchos nombres como "anfetas", "meta" y "tiza" en español ("speed", "meth" y "chalk" en inglés). El clorhidrato de metanfetamina consiste de pedazos de cristales transparentes parecidos al hielo, que se pueden inhalar fumándolos. En esta forma se conoce como "hielo", "cristal" y "vidrio" en español ("ice", "cristal", "glass" y "tina" en inglés).

Peligros para la salud

La metanfetamina libera altos niveles del neurotransmisor dopamina, que estimula las células cerebrales, mejorando el estado de ánimo y el movimiento del cuerpo. También parece tener un efecto neurotóxico, ya que daña las células cerebrales que contienen dopamina y serotonina (otro neurotransmisor). Con el tiempo, parece que la metanfetamina reduce los niveles de dopamina, lo que puede resultar en síntomas similares a los de la enfermedad de Parkinson, un trastorno grave del movimiento.

La metanfetamina se consume por vía oral, intranasal (inhalando el polvo), intravenosa (inyectándosela) o pulmonar (fumándola). Inmediatamente después de fumarla o inyectársela intravenosamente, el usuario experimenta una sensación intensa llamada "rush" o "flash" en inglés, que dura apenas unos pocos minutos y que al parecer es sumamente placentera. El uso oral o intranasal produce euforia, es decir, un estímulo que no llega a la intensidad del "rush". Los usuarios se pueden convertir en adictos en poco tiempo, usándola cada vez con más frecuencia y en dosis mayores.

Las investigaciones hechas en animales que datan desde hace más de 20 años, muestran que las dosis altas de metanfetamina dañan las terminaciones celulares de las neuronas. Las neuronas que contienen dopamina y serotonina no mueren después de haber usado metanfetamina, pero sus terminaciones nerviosas ("terminales") se recortan y la regeneración parece ser limitada.

Las acciones del sistema nervioso central que resultan del consumo incluso de pequeñas cantidades de metanfetamina incluyen prolongación del estado de vigilia, mayor actividad física, disminución del apetito, aumento de la frecuencia respiratoria, hipertermia y euforia. Otros efectos sobre el mismo sistema nervioso incluyen irritabilidad, insomnio, confusión, temblores, convulsiones, ansiedad, paranoia y agresividad. La hipertermia y las convulsiones pueden producir la muerte.
La metanfetamina aumenta la frecuencia cardiaca y la presión arterial, y puede causar daño irreversible a los vasos sanguíneos en el cerebro, resultando en accidentes cerebrovasculares. Otros efectos del consumo de metanfetamina incluyen problemas respiratorios, latidos cardiacos irregulares y anorexia extrema, pudiendo producir colapso cardiovascular y muerte.

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