Adicta a las compras
La adicción al shopping es ya una enfermedad psicológica reconocida por la medicina, un vicio del siglo XXI. Sus causas de fondo son la insatisfacción y la necesidad de llenar nuestra vida con objetos materiales.
Las “shopaholics”
Es preocupante saber que el pasatiempo más común de las mujeres de hoy es ir de compras. Las adictas al shopping son muchas más de lo que podrías pensar, son millones y la gran mayoría son mujeres. El perfil de las adictas es el siguiente: mujeres entre los 20 y 40 años, trabajadoras, independientes, insatisfechas con su vida sentimental y sexual, que llenan sus ratos de ocio en los grandes centros comerciales al menos una vez por semana.
Los síntomas de las adictas a las compras son los clósets llenos de prendas sin estrenar, las deudas financieras y las compras ocultas a sus seres cercanos. La “shopaholic” se gasta el dinero destinado a la compra del mes, al seguro del coche o a la renta, en unas sandalias de Chanel o en un vestido de Armani, que no le hacen ninguna falta.
El vacío emocional
Esta adicción puede llegar a ser tan grave y dañina como el alcohol, las drogas o el juego, porque el proceso mental es el mismo: la enferma recurre a esta evasión temporal que la hace olvidar sus problemas reales, durante el consumo se siente bien pero más tarde experimenta un sentimiento de culpa y remordimiento.
Las mujeres que sufren este problema son víctimas de un vacío, e intentan llenarlo con las compras compulsivas. La mayoría de las veces atraviesan por problemas de pareja que las hacen necesitar verse cada día distintas, siempre buscando la perfección.
Las adictas se autoengañan diciéndose “no puedo dejar pasar esta ganga”, “es el vestido de mis sueños”, “necesito ese anillo para poder vivir", “me fascina la moda”, pero no se dan cuenta de que lo que realmente necesitan es sentirse bien consigo mismas y olvidar su inseguridad.
¿Se parecen a ti?
En su libro "Loca por las Compras", Sophie Kinsella ironiza sobre los problemas de su protagonista, a quien la adicción al shopping le provoca desastres en su vida. Es una mujer con frustraciones por no tener nada en el horizonte, que necesita algo que le levante el ánimo: su bolso, la tarjeta de crédito y las tiendas. Ella está perdidamente loca por las compras, pero por culpa de sus impulsos consumistas, sus deudas se vuelven una amenaza.
"Debo, luego Sufro" es un libro en el que Guadalupe Loaeza presenta personajes a quienes los psiquiatras han llamado “compradores compulsivos”. A ellos los aflige este trastorno y mediante las compras buscan sanar carencias como la falta de un sentido en sus vidas. Pero no sólo les angustia el destino de su existencia, sino también las cuentas y los pagos.
Cómo evitarlo
Si te identificas con las características que te mencionamos, muy probablemente eres una adicta a las compras. Primero que nada, debes tomarlo en serio. Si quieres sanar esta patología emocional, comienza por seguir estos consejos, fundamentales para no basar tu autoestima en el materialismo y además no gastar más de lo que puedes:
• Antes de salir de compras, determina cuánto dinero puedes y debes gastar. Pase lo que pase, nunca gastes más. Haz una lista con lo que realmente necesitas, así te será más fácil no salirte de tu presupuesto.
• No lleves contigo la tarjeta de crédito, paga todo en efectivo, así es más difícil que sucumbas a las tentaciones.
• No vayas de compras en temporada de rebajas, porque son una forma de engañarte. Es común que las tiendas primero suban sus precios y luego les apliquen los descuentos, para que termines pagando lo mismo o incluso más.
• Cuando las tiendas estén cerradas, pasa frente a sus aparadores con una pluma y papel en mano, y apunta todo lo que te comprarías. Al día siguiente revísalo y te sorprenderás al ver que el 90% de lo que apuntaste en realidad no te interesa.
• Si tu deseo de comprar es muy fuerte, sal a tomar un café con un amigo, a correr a un parque o al gimnasio. Lo importante es que hagas una actividad que te distraiga y te dé placer.
• Evita ver canales de televisión donde pasen anuncios de telemarketing. Si te es imposible, pídele a alguien de tu familia que te bloquee esos canales con un código que desconozcas.
Si con ninguno de los consejos anteriores logras solucionar tu problema, es importante que vayas con un psicoterapeuta, porque aunque no lo creas, ser adicta a las compras habla de un problema grave de inseguridad en ti.
Fuente: Esmas.com/mujer