La caña de azúcar se produce de forma silvestre, siendo por lo menos 5 especies nativas de la India. Sin embrago la caña de azúcar ha sufrido una considerable hibridación a lo largo de su historia de domesticación. En la actualidad el azúcar es un psicoactivo legal de uso irrestricto que se produce y se vende por toneladas, ya sea en forma pura o incorporada a una enorme cantidad de productos alimenticios y farmacéuticos.
El abuso del azúcar es la menos discutida y la más difundida adicción de mundo. Es uno de los hábitos de más difícil abandono. Los adictos al azúcar pueden ser usuarios de mantenimiento o comedores compulsivos. Algunos “adictos” al azúcar utilizan tranquilizantes para mitigar la angustia que produce resistirse a comerlos. El abuso de azúcar en algunos casos esta asociado al abuso de alcohol.
Historia
Entre las drogas que le fueron traídas al rey persa Khusraw I (531-578 DC) desde la India estaba el sukkar o azúcar. Después, durante mucho tiempo, el azúcar solo se utilizo para endulzar medicinas que de otro modo hubieran sido muy amargas. El azúcar llego a Inglaterra alrededor de 1319. Se trataba de una novedad cara y exótica, que la mayoría de las veces se encontraba en la medicina. En la época anterior a los antibióticos, se empleaba sobre las heridas antes de vendarlas.
Fabricación
El azúcar se produce a través de un proceso químico a partir del jugo de caña o de remolacha (beterraga), eliminando toda la fibra y las proteínas que forman el 90% de dichas plantas. El proceso de extracción del azúcar tiene los siguientes pasos:
Las remolachas se cortan en trozos después de lavarlas y luego se lixivian. Para dejar limpio el líquido que contiene el azúcar, se le añade cal. En este momento, la reacción alcalina destruye casi todas las vitaminas. En el líquido, mezclado con cal viva, se introduce dióxido de carbono, para así precipitar la cal. El líquido "saturado" se conduce hacia las bombas de filtración que separan el líquido azucarado de las impurezas. Tras otro tratamiento con sulfato de calcio, por el cual el ácido sulfúrico lo decolora hasta dejarlo casi blanco, se hierve el líquido hasta que espesa. Una centrifugación permite separar el jarabe del azúcar crudo llamado melaza, un producto que contiene muchas sustancias que no son propias del azúcar.
La melaza se utiliza para preparar una sustancia similar al alcohol de quemar y para alimentar al ganado. En las refinerías, este azúcar crudo se ha de transformar todavía en azúcar común o de consumo, para lo cual ha de pasar por varios procesos más de limpieza con carbonato de calcio, de blanqueo con ácido sulfúrico, de filtración a través de carbón de huesos y de cocción hasta obtener los cristales.
Mecanismo de acción
Como es sabido, las funciones cerebrales dependen de los niveles de glucosa. La falta de este combustible cerebral puede ocasionar desde hipoglucemia hasta esquizofrenia debido a que el cerebro se encuentra "hambriento" de glucosa. El azúcar refinado es una glucosa bastante simple que por su misma composición no requiere de un largo proceso de digestión, el hígado prácticamente no tiene que sintetizarla y por lo mismo llega con asombrosa rapidez al sistema nervioso. Para que el organismo funcione en condiciones óptimas, la cantidad de glucosa sanguínea debe estar en equilibrio con la cantidad de oxígeno sanguíneo.
Refiriéndose a los efectos psíquicos del consumo del azúcar, el Dr. M.O. Bruker explica que la elevación en los niveles normales de glucosa ocasionada por su ingestión, se experimenta como una leve euforia. Las consecuencias del regreso a los niveles normales, es decir, la baja de glucosa, se halla en relación directa con la cantidad de azúcar consumida. Si ésta fue baja, la sensación es de una leve disforia. Entre mayor haya sido la cantidad, la baja estará más cercana a experimentarse como una sensación depresiva que William Dufty (4) ha dado en llamar sugar blues (tristeza del azúcar).
Lo que normalmente suele ocurrir a toda persona que consume azúcar en forma cotidiana, es que sus niveles de glucosa se mantienen permanentemente por encima del nivel regular, es decir, rara vez se experimentará una baja hacia la auténtica normalidad en los niveles de glucosa. La mayoría de la población mundial literalmente vive bajo los efectos del azúcar sin saberlo y sin notarlo. Este desequilibrio permanente está siendo asociado con diversas enfermedades nerviosas, especialmente en los niños.
Síntomas de Hipoglucemia
Los pacientes experimentan fatiga, un “desfallecimiento o cansancio repentino, irritabilidad, nerviosismo, agresividad, impaciencia, ansiedad, bostezos, falta de concentración, dolor de cabeza, transpiración excesiva, manos húmedas, falta de eficacia profesional, trastornos digestivos, nauseas, dificultad para expresarse. No siempre se presentan todos los síntomas. Algunos síntomas son muy efímeros, y pueden desaparecer en cuanto uno ha comido.
Potencial de dependencia
Es considerablemente alto. La dependencia es de tipo psicológico y físico. Su síndrome de abstinencia se experimenta hasta después de varias semanas de haber descontinuado totalmente el uso de azúcar y alimentos que lo contengan. Sus síntomas incluyen depresión, fatiga, nerviosismo, ansiedad por comer alimentos dulces, falta de concentración, alergias e hipertensión. En grado extremo la dependencia al azúcar se presenta como hipoglucemia, en cuyo caso una privación de alimentos dulces puede conducir a ataques fatales.
Entre las comidas, la proporción de azúcar en sangre de nuestros contemporáneos es, de manera crónica, anormalmente baja. Y esta situación es la consecuencia secundaria de una alimentación excesiva en glúcidos simples. Demasiado azúcar, demasiadas bebidas azucaradas, demasiado pan blanco, demasiadas papas, arroz blanco y galletitas, que provocan una secreción excesiva de insulina. La gran cantidad de insulina llevara a una hipoglucemia, y esta a experimentar síntomas de “abstinencia”, con la consecuente nueva ingesta de hidratos. De esta forma el ciclo se perpetua.
Mecanismo adictivo
El azúcar actúa como un estimulante. Un puñado súbito de glucosa (el azúcar que nuestro cuerpo usa como combustible) puede pasar por el torrente sanguíneo causando un estímulo inmediato del cerebro similar al efecto de cocaína, nicotina y metanfetamina. Esto es el por qué muchos de los mejores centros de tratamiento tratan de mantener en un mínimo el uso de azúcar por sus pacientes. Los azúcares son carbohidratos y la mejor manera de ingerir carbohidratos no es por consiguiente en la forma de azúcar sino en forma de hidratos de carbono complejos, especialmente las frutas frescas y las verduras.
La otra manera en que los carbohidratos (de nuevo sobre todo los azúcares) afectan la manera en que nos sentimos es su acción en la insulina. Los carbohidratos causan un aumento en la insulina lo que causa que el azúcar entre en las células más rápidamente. Esto lleva a una caída en los niveles de azúcar que pueden llevar a una baja del azúcar en la sangre y a sentirse cansado. Por consiguiente, el azúcar puede llevar a una estimulación inicial y energía seguidas 2 - 3 horas después por letargo y sueño.
Las grasas tienden a llevar a la sedación. Las proteínas causan que su nivel de azúcar sea más equilibrado. Los neurotransmisores los neurotransmisores al mismo tiempo, llevándolo a tener en equilibrio su centro de sentir.
De la gaseosa al alcohol
Desde el momento en que se reduce la alcoholemia, el alcohólico se siente mal y experimenta la necesidad de la bebida. La nueva bebida alcohólica dará una impresión transitoria de un “latigazo” de energía, ingresando en una curva de hipoglucemia dentada. Los adolescentes, grandes consumidores de bebidas muy azucaradas, también presentan una curva de glucemia dentada. Su organismo se halla condicionado a ir de las gaseosas al alcohol, al pasar de una “droga” a otra muy similar en cuanto al equilibrio glucemico.
Bibliografía
Appleton, Nancy: Lick the sugar habit, Avery, USA,1988.
Brau, Jean-Louis: La historia de las drogas, Bruguera, España, 1973.
Bruker, M. O.: ¡Azúcar azúcar! Cómo evitar la perniciosa influencia del azúcar en la alimentación actual, Integral, España, 1994.
Cunningham, Danna y Andrew Ramer: The Spiritual dimensions of healing addictions, Cassandra Press, CA, USA, 1986.
Cunningham, Danna y Andrew Ramer: Further dimensions of healing addictions, Cassandra Press, CA, USA, 1988.
Dufty, William: Sugar Blues, Centro Macrobiotico Maldonado, Uruguay, 1987.
Escohotado, Antonio: El libro de los venenos, Ómnibus- Mondadori, España, 1990.
"Sugar does not affect children behaivor" The New England Journal of Medicine, Enero de 1996, Vol 2, No. 1, Massachusetts Medical Society, USA.
Urbina, Laura: Primer Manual de Nutrición Consciente, Grupo Tepozcahuic A.C., México, 1997.
Weil, Andrew y Winfred Rosen: Del café a la morfina, Integral, España, 1993.
Fuente: doctormax.com |